FYI.

This story is over 5 years old.

Música

Nos dejamos regañar por las Savages

Muchos no podían creer que fueran mujeres. Porque hacen rock de hombres. Lo hacen con la seriedad de un cardiólogo y el profesionalismo de un abogado egresado de Harvard.

Fotos por Oscar Villanueva

Fuimos a festejar el onceavo aniversario de Ibero 90.9, la estación de radio universitaria con más fuerza en la Ciudad de México. Para ésta ocasión, y para la buena suerte de todos los que estuvimos invitados, trajeron a las Savages a reventar el José Cuervo Salón.

Entraron a tocar “I Am Here” sin preámbulos. Todas vestidas de negro. Gemma Thompson hizo evidente su presencia con unos ecos de distorsión ronca. Veía al suelo mientras se movía al ritmo de las intervenciones de su guitarra verde pistache. El pelo le tapaba la cara y dejaba su nuca descubierta. Jehnny Beth se paró frente a los monitores al centro del escenario con unos pantalones altos y una camisa de escote abierto. Traía tacones. Negros también. La boca pintada de rojo. A su lado izquierdo, Ayse Hassan le rompía la madre al bajo sin voltear a ver a Faye Milton, que le pegaba a la batería más y mejor que Dave Grohl en su mejor época con Nirvana. Inmediatamente después tocaron “Flying to Berlin”, un sencillo que no está en el Silence Yourself, y para terminar su introducción contundente soltaron “Shut Up”. Todo eso sin parar.

Publicidad

Vimos a Jehnny Beth moverse con la elegancia y la frialdad de una maestra de ballet mientras nos regañaba por ser tan débiles. El juego de contrastes con el humo y las luces hacen del show una cosa fascinante. Nada de joterías. Sólo usan luces blancas y color ámbar. Hubo un pequeño solo de guitarra acompañado de un bombo que invitó a todo el mundo a aplaudir mientras Jehnny cantaba “I’m a breaker of the ocean leaden like a bullet to the sun”. Las manos del público se iluminaron con una luz frontal y dorada. Como cuando atardece.

Después de eso la regañiza se puso ruda. Tocaron “City Is Full”, una canción que ataca directamente a la dignidad de los imbéciles que se someten a ese tratamiento pasivo-agresivo de las Savages. “Why do you treat yourself so bad?” decía Jehn para restregarnos en la cara la deshumanización de quienes vivimos en las ciudades grandes. En especial a nosotros, que vivimos en la más grande del mundo. Para ese momento ya estaba descalza. Se veía igual o más alta que cuando traía puestos los zapatos. Sus movimientos se relajaron un poco. Como una maestra de ballet que de pronto se ve complacida por alguna razón completamente ajena al desempeño de sus bailarinas. Jehnny se acercó al publico en una esquina del escenario. Se paró encima de ellos y les dijo que tomaran una foto. Posó un momento. Después les pidió que guardaran las cámaras. Estuvo batallando con un par de rebeldes que no podían contra esas ganas que dan de tener guardado ese momento para postearlo en Instagram inmediatamente después. No empezó a cantar hasta que todas las cámaras estuvieran abajo y las manos arriba aplaudiendo de nuevo.

Publicidad

La gente se puso loca. Al principio sólo habían ocho cabecitas brincando durante las canciones. En serio, pude contarlas desde arriba. Cuando empezó “She Will” todo el mundo ya estaba desquiciado. Esa es una canción en la que Beth se permite a sí misma mucha improvisación. Hacia al final se puso a gritonear “she will, she will, she will…” hasta el infinito. Lo increíble de verla ahí arriba es que aunque se ponga a gemir en el micrófono no pierde el control de nada. No le sobran movimientos. No abusa de la capacidad de su voz. El show está pensado para verla a ella, escucharla a ella, obedecerla, y que todo el resto esté lo suficientemente bien hecho para que no haya distracciones. Es un adoctrinamiento directo y violento. A ratos dicen cosas como “you have no face” mientras el público se entrega por completo a ellas. No quitan el dedo del renglón. El mensaje es muy claro: no nos pertenecemos a nosotros mismos.

Mientras tocaban “Husbands”, un pinche rolón, muchos no podían creer que todas fueran mujeres porque hacen rock de hombres. Lo hacen con la seriedad de un cardiólogo y el profesionalismo de un abogado egresado de Harvard. Ellas saben eso y lo usan de todas las maneras en las que les conviene. Después de coquetear con el público durante el set con toda su indiferencia y unas cuantas migajas de atención con una dulzura intermitente, tocaron “Hit Me”. “Son hermosos. Pero ahora nos vamos a poner sucios” dijo Jehn. Entonces se soltó un poco más y se puso a bailar. En algún momento hasta se dio una nalgada a sí misma. Puede hacer lo que quiera. Es tan guapa que no se ve ridícula bailando como Neandertal. Se ve elegante, la muy perra.

Publicidad

Se paró, como se paran las jirafas sabiendo que tienen el cuello muy pinche largo, y con las manos en la cintura dijo: “Esta canción se llama Fuckers. ¿Cómo se dice Fuckers en español?” Entonces todos gritaron: ¡culeros!. “Culeros”, dijo ella. “Esta canción dice: no dejes que los culeros te opriman”. O algo así. Entonces se arrancaron a tocar esa última canción. Thompson le trepó a la distorsión, a Hassan se le deshacían los dedos en el bajo sin ningún esfuerzo y Milton le estaba poniendo una súper madriza a la batería. Mientras pasaba todo eso Beth brincoteó por todos lados hasta que se paró frente a la batería para decirles que ya estuvo. Terminaron. Como en el teatro, se pararon todas en una fila a agradecer a su público con el escenario iluminado. Después de darnos la cara, caminaron todas juntas hacia la oscuridad. Beth regresó corriendo. Levantó sus zapatos del suelo y desapareció detrás del humo.

Artículos relacionados:

Johnny Hostile: Pop Noire Records y las nalgas de Jehhny Beth.

Mira "Strife" el video de las Savages.

Todas las presentaciones en vivo de las Savages.

Sigue a Raquel en Twitter: @salvenseustedes