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Música

No existe eso del "revival" emo, sólo dejaste de prestar atención

No empiecen con eso del "comeback".

¿Alguna vez has visto a un bebé con un juguete? Casi siempre pinche adoran ese juguete por sobre todas las cosas de la tierra hasta el momento en el que les vale madres. En el momento en el que se cansan de metérselo por la nariz o de estrellarlo mil veces contra la tele, lo tiran al suelo y se olvidan de él para siempre. Para siempre o hasta que alguien más empiece a jugar con él, en cuyo caso ES SU COSA FAVORITA EN EL MUNDO Y LO QUIEREN DE REGRESO AHORITITITITITITA. Los críticos de música son como los niños y ahora su juguete es el emo.

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En algún punto reciente, alguien debió haber recogido el juguete del suelo y todos los que escriben sobre música quisieron jugar con él porque de pronto, de la nada, en los blogs de música más populares empezaron a aparecer un chingo de artículos como “20 bandas del emo revival que te urge conocer,” “El revival emo es real y las marcas en tus muñecas también” o “Saca las navajas de tu rastrillo y empieza a cortarte de nuevo, pinche nerd, porque el emo está de regreso”. Todo es pura mamada porque, para empezar, el emo no se fue a ningún lado. Como el juguete tirado en el piso, ahí se quedó esperando a que alguien quisiera jugar con él.

Claro que el emo tuvo sus años dorados a mediados de los 90 cuando bandas como Sunny Day Real Estate, Mineral y Texas Is The Reason estaban en fuego (en Estados Unidos, porque como todo, el emo llegó diez años tarde a tierras calientes). Estas bandas estuvieron en llamas durante todo el tiempo que unos tipos pueden escribir canciones sobre chicas que les rompen el corazón. Pronto la prensa musical pasó a cosas más importantes, como chuparle el pito a Jack White durante una década entera o pretender que el folk rock no es lo más vergonzoso que ha hecho el hombre blanco en sus días en la tierra. Pero eso no significa que el emo se murió. Nuevas bandas llegaron y se fueron. Algunas bandas viejas se separaron y se reunieron para separarse otra vez, otras se quedaron igual.

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Miren a tipos como Tim Kasher de Cursive/The Good Life o Mike Kinsella de Owen o Jonah Mantraga de onelinedrawing. Todos se estancaron. Todos ellos han estado sacando más o menos lo mismo durante diez años. Lo mismo pasó con los abuelos del emo como The Appleseed Cast y Jimmy Eat World. Carajo, hasta Chris Carrabba, el emo-millonario que parece la versión de bolsillo de Hugh Jackman, todavía se va a dormir escuchando a Dashboard Confessional.

O miren a alguien como Evan Weiss. Literal, véanlo. Es un hombre hermoso. Evan está disfrutando muchísimo las peripecias de la cobertura mediática del “revival emo”. Su proyecto Into it. Over it. ha estado recibiendo menciones positivas dentro de esta cuestión del barullo del emo en The Village Voice, Stereogum y Pitchfork. Un gran paso para este artista floreciente. Solo que… esperen. Evan lleva 14 PUTOS AÑOS enjaretándole sus cancioncitas cobardes emo a la gente. Y nadie se había tomado la molestia de escribir sobre eso hasta ahorita.

Para Evan, eso de la tendencia del “revival emo” es agridulce. “Está padre que grandes medios musicales o publicaciones chidas estén escribiendo sobre estas bandas” me dijo. “Pero creo que llamarle ‘revival emo’ es muy chafa. Todos andan diciendo como: ‘Guey, mira estas bandas que más bien son gustos culposos.’ No me chinguen. Es casi como uno de esas ofensas en forma de cumplidos.” (Nótese que cuando hablé con Evan sobre esto, traía puesta una sudadera del video de “Mama Said Knock You Out” de LL Cool J y me tuve que sentar ahí a escucharlo gritar: ‘¡No es un comeback! ¡Llevo años haciendo esto!’)

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Evan Weiss, tocando sentado en un banco como un músico emo de verdad.

Evan supo digerir todo esto a pasos agigantados porque ya tiene tablas, o por lo menos las suficientes como para saber a dónde se dirige este tren del revival. “Los raros se van a poner más raros y los más comerciales van a destruir todo por completo y se va a colapsar encima de sus cabezas para empezar otra vez. Es un ciclo. Cada género tiene su propia forma de asimilarse.”

Justo ahí, Evan dio justo en el clavo desde su infinita sabiduría emo: la asimilación. La situación actual del emo se remonta a aquellos días en los primeros años 2000 cuando cualquier periodista musical mediocre fue el primer idiota en llamarle “emo” a esas bandas compatibles con MTV como My Chemical Romance, The Used, y Fall Out Boy. Para su información: no son. No, déjenme ponerlo todo en mayúsculas. NO PINCHE SON. En serio, alguien debió haber inventado un nuevo género para esas bandas hace años. ¿Es muy tarde para sugerir “la-banda-favorita-de-tu-hermana-puberta-core” o “rock de Hot Topic”? Porque al asociar esas bandas con el emo te estás meando en el río emo y envenenándolo todo. Le están dando un estigma que no trae nada más que delineador bajo los ojos y un peinado ridículo. En la realidad, los emos son nerds fresones que usan lentes de pasta negros y tienen opiniones MUY SERIAS sobre Jets to Brazil.

No es emo. Ni ahora ni nunca.

La ironía en todo esto es que una de las razones de peso por las que el emo “se murió” —aparte de que muchos de sus fans finalmente perdieron la virginidad y se consiguieron una vida— es que fue forzado a enterrarse en el underground cuando todo medio de exposición musical los asociaba estúpidamente con My Chemical Romance y Paramore. Y en el 2013, esos mismos medios basados en la ignorancia total empezaron a tratar de decirle a todo el mundo qué bandas emo nuevas hay que escuchar. Es como cuando Laura Bozzo usa helicópteros del gobierno del Estado de México para ir a “salvar” mexicanos a la sierra o lo que sea. Gracias niños, pero preferimos comernos un sándwich de Hitler antes de tragarnos sus recomendaciones hipócritas de mierda.

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Eventualmente, el problema se va a resolver a si mismo. Los artículos sobre el “revival emo” pronto van toparse con un desastre grave. Va a llegar un punto de quiebre en el que un escritor del New York Times va a terminar de escribir la nota número 500 que descubre el hilo negro como esas de título: “¿Han notado que hay muchos hipsters que viven en Brooklyn?” y entonces se le va a antojar escribir algo de tendencia sobre emo.

El toque anti-Midas del Times va a matar la tendencia en ese instante y todos van a perder el interés en el emo para enfocarse en el trip-hop-celta-indie-drone o cualquier subgénero musical estúpido que esté de moda esa semana. Pero por el momento todos estamos atrapados en un infierno con sus cimientes en una idea falsa sobre un género que señala lo equivocado y no podemos hacer nada al respecto.

Dan Ozzi tiene un blog JadedPunk.com pero se roba todas las noticias emo de WashedUpEmo.com. Está orgulloso de poder decir que nunca ha llorado durante un concierto. Síguelo en Twitter - @danozzi

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