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Igualdad Animal vuelve a mostrar la cara oculta de la carne que comemos

Igualdad Animal acaba de hacer pública una nueva investigación sobre el origen de la carne de cordero.

El lunes Igualdad Animal hizo pública una nueva investigación realizada por su filial italiana. Esta vez, los voluntarios de la organización se infiltraron en dos granjas de corderos en la región del Lazio y en dos mataderos de Lombardía.

Cualquiera puede imaginarse las cosas que pasan en un matadero. Matan animales, claro. Pero como habitualmente suele pasar con los vídeos que consiguen grabar las organizaciones de defensa de los animales, muchas veces jugándose el tipo, la realidad supera por goleada a la imaginación de cualquiera, por mucho que uno sea un discípulo de Jack el Destripador.

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En el vídeo puede verse cómo los corderos son degollados sin ningún tipo de aturdimiento previo, además de mostrar las terribles condiciones en las que los corderos nacen y viven mientras les dejan. Uno de los momentos más impactantes del vídeo es cuando los corderos son pesados justo antes de salir de camino al matadero. No hay que ser ningún experto para darse cuenta de cómo sufren los animales, colgados bruscamente de las patas que en muchos casos se les fracturan.

El vídeo forma parte de la campaña de Igualdad Animal Italia Salva un Agnello (Salva un cordero), que la organización inició ya el año pasado y que tuvo un gran impacto en la sociedad italiana. Durante la Pascua el consumo de carne de cordero es tradicional en Italia y el año pasado, tras salir a la luz las investigaciones de la organización, las ventas de cordero se redujeron en aproximadamente un 40% o, lo que es lo mismo, 320.000 corderos.

En España la situación no parece que sea mucho mejor. Aunque Igualdad Animal no ha investigado concretamente las explotaciones de corderos, sí que lo ha hecho con las granjas de cerdos, revelando un auténtico museo de los horrores.

Es cierto que ver este tipo de imágenes es muy duro, pero no podemos perder de vista que esto es algo que ocurre todos los días y que la carne que nos espera empaquetada en el congelador del supermercado hace unos días era un animal que probablemente no vivió en verdes praderas, sino que pasó su corta vida en unas condiciones parecidas a las de estos corderos y que murió de una forma bastante similar.

Puedes seguir a Juanjo Villalba en @juanjovillalba