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Música

La hora de escribir es siempre la mejor del día: Una charla con Proof de Lineaz Muertaz

Si no conoces a Proof, o si tienes una idea hecha de él, no dejes de leer esta entrevista. Rap de horro desde la Ciudad de México.

foto por Sarah Bluee, (todas las fotos: vía)

La escena del rap en la Ciudad de México ha tenido una evolución que parece alejada del resto de la geografía nacional, un poco porque es el único lugar en el país donde realmente existe una demanda de rap en vivo (lo que ha implicado dos cosas: 1) que muchos artistas de otros lugares se vengan a vivir para acá, y 2) que sea el lugar de paso obligado para cualquier rapero que quiera darse a conocer), pero un poco también la evolución que ha habido en los MC's nacidos y crecidos en la ciudad está íntimamente ligada a la herencia de las batallas de rap, a la importancia del freestyle como semillero de raperos y a un muy característico y marcado sonido que puede adjetivarse con palabras como: oscuro, callejero, lúgubre y subterráneo, y que se puede constatar si revisamos los últimos diez años de grabaciones de raperos chilangos. Incluso en los casos de raperos totalmente alejados en sonido y estética de estos adjetivos, existe en general una ética cerrada, estricta y muchas veces sectaria en los diferentes colectivos dedicados al noble arte de hacer rap en CDMX. La ruptura y las separaciones han sido parte importante de la historia de este género en la capital, y eso implica que ahora existan escenas diferentes, con visiones a veces diametralmente opuestas, y que cada una florezca alejada de las otras, gracias a que la infinita dimensión del monstruo de concreto lo permite.

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Una de estas nuevas escenas de raperos, que puede verse como las herencias del hardcore y del freestyle mezcladas en un tipo de producto musical nuevo, pero perfectamente incrustado en movimientos urbanos que llevan décadas de hacer valer la misma estética radical y opaca, nihilista y nocturnal (y que es un reflejo fiel de la vida en las calles de la ciudad), está mejor representada para lxs nacidxs en los años 90, en raperos como Proof o Lírika Inverza, quienes mucho más que otros antes de ellos, juegan un papel como juglares o nodos de información para sus comunidades, tal vez más por culpa del recrudecimiento de la estupidez provocado por ser nativos de Internet (como la mayoría de su público), pero tal vez también por la intención explícita en estos raperos por hablar de autores de la tradición literaria europea en sus temas, o de usar grandes palabras como "ser", "muerte" y "existencia", o simplemente por la sencillez de sus letras, con la que un número increíblemente grande personas se ha identificado y han decidido darle a Proof (sobre todo) este papel de profeta o visionario que cumple para su generación. Un fenómeno interesane que habla más de su público y el nicho que han cubierto, que de sus búsquedas personales como artistas.

En este entramado de cosas, buscamos a Proof para charlar con él sobre estos y otros temas y nos hizo el amable favor de contestar un cuestionario. El pretexto fue la salida de su útlmo disco, Verdugo: 34 minutos de rap hardcore divididos en doce temas, con dos colaboraciones y un abultado número de rimas afiladas, juegos de palabras, imágenes complejas, reflexiones hiperrealistas, confesiones difíciles, visiones apocalípticas y frases célebres. Proof ha sido de los raperos chilangos de su generación con mayor proyección, y ha trabajdo de modo consistente en tres frentes: la grabación de canciones y la manufactura de discos (Verdugo es, según nuestro cálculo precario, su quinto disco, después de Amarillismo, Zona Cero, Fuera de los libros y Rap de horror); la participación en el mundo de las batallas escritas; y la escritura creativa alejada del rap: narrativa, poesía y prosa diversa. Cala abajo su disco nuevo en Spotify (o adquiérelo en iTunes) y después checa lo que nos dijo en entrevista.

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Noisey: A diferencia de otros lugares del país, donde ha evolucionado más a la par que las tendencias, parece que el rap en CDMX se mantiene oscuro y hardcore. ¿Tú cómo ves el rap de tu ciudad? ¿Cómo lo describirías?
PROOF: El rap en la Ciudad de México es como un mercado. Hay de todo. Está el novato que parece que va a brincar al éxito y se estanca, está el que llega al éxito sin avisar ni dar casi ninguna señal. Igual hay los que van con las tendencias y otros que vamos a donde se nos antoja La ciudad es muy grande y eso le ayuda a cualquier persona que tenga visión. Hoy en día la Ciudad de México se está volviendo el nido de las batallas de rap escritas porque se contrata a muchos MC's extranjeros y, sin embargo, los locales nunca nos vemos opacados. Estamos hechos en la Ciudad de México, tenemos la personalidad de los barrios bajos, y eso en el rap importa.

¿Cómo comenzaste a rapear? ¿Cuántos años tenías? ¿Con quién te juntabas?
Empecé a rapear con mi hermano hace unos diez años, escuchando Control Machete, Cartel de Santa, Cypress Hill… Escribía y también improvisaba, aunque sin pensar realmente en dedicarme a esto (tenía unos 11 o 12 años). Ya a los 15 o algo así, empecé a imaginarme que podía llegar a algo con las canciones que escribía.

¿A qué sector del rap en la ciudad dirías que perteneces?
Hay un movimiento que está pasando, no sólo en nuestra ciudad, sino en mucha ciudades en Latinoamérica. Ese rap que se usa para decir frases soberbias, inmorales, y de cualquier forma bien hechas y aunque nunca se dicen cosas irrefutables, todo se dice seguro, y nunca se dicen mentiras. Somos muchos por aquí y por allá, pero el que es parte de esto sabe que es parte de esto o está a punto de enterarse.

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Háblame de la historia de Lineaz Muertaz.
Lineas Muertaz es un proyecto que Lírica Inverza y Rapozt Mortem ya tenían desde antes de conocerme, hace unos 7 u 8 años. Después de un tiempo de conocernos y de ser amigos, se les ocurrió la idea de agregarme y acepté. Después se agregaron a otro par de integrantes y hoy en día, a pesar de que ha habido cambios en el grupo, el cambio ha sido más del nombre que de otra cosa, porque los mismos de siempre seguimos con el mismo movimiento y Lineas Muertaz ya intenta ser una revolución más que solamente un grupo.

¿Por qué tienen ese rollo como horrocore tú y los raperos asociados, como Rapozt y Lírika?
En lo personal le fui agarrando gusto no sé muy bien cómo. Hoy usar bases lúgubres de vez en cuando con letras como las mías, es una buena forma de decirle a quien te escucha que esta realidad muchas veces es una historia de terror.

A diferencia de otros raperos, tú tienes una relación abierta y explícita con la poesía, ¿cómo comenzaste a escribir y qué relación existe entre rap y poesía para ti?
Yo ya escribía poesía y cuentos cortos antes de escribir mi primera canción. Un tío mío me prestó un libro de Julio Cortázar: Final del juego. Y me apasioné por los cuentos cortos, entonces empecé a escribir. La poesía la escribía más por estar oyendo siempre música que por haber leído a algún gran poeta. Después me fue gustando lo de rapear y empecé a hacer las dos cosas, pero creo que la única relación entre mi rap y mi poesía soy yo. Quiero decir que los principios acerca de los que escribo son consistentes pero no me parezco a la hora de rapear una canción y a la hora de leer un poema. La poesía necesita solemnidad, humor y luego fuerza. Y el rap necesita humildad, y después fuerza y fuerza y más fuerza. Sin embargo, en general hay una relación ínitima entre rap y poesía, y como me dijo mi amigo Carlos Narro: "Hoy en día una de las poesías más vivas en México está en el rap".
También existe rap al que le falta algo y poesía que es pura fuerza, pero siendo así, a veces quedan huecos. El rap es un hijo malcriado de la poesía, igual que la poesía de hoy es la hija malcriada de la poesía de los siglos pasados.

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¿Cómo es tu relación entre escribir canciones, escribir poemas y escribir batallas?
Son tres cosas muy diferentes. No siento lo mismo escribiendo una canción que una batalla, y definitivamente ninguna de esas dos sensaciones se parece a lo que causa escribir un poema. La única relación es en sí la escritura, ese momento de fumar o tomar o las dos cosas en frente de un cuaderno o de un monitor y volver la hoja blanca algo que nunca hubiera existido si yo no estuviera en frente fumando.
La hora de escribir es siempre la mejor hora del día, pero a veces escribiendo poesía me llego a deprimir o a estresar por los temas que toco y las respuestas que encuentro, y a la hora de escribir una batalla solo voy inflando el globo de adrenalina para reventarlo en el escenario.

Háblame de tu experiencia en las batallas de rap.
Ha sido muy divertido. A Amehr y a Ezko los conocía; a Blon, a Markitos, a Ente, a Denter no los había conocido antes de batallar. Y fui viendo diferentes tipos de rival y de actitud en el rival. Yo siempre procuro subir igual, como si fuera a pelear en el ring: en vez de un guante me ponen un micrófono, y cada vez me siento más cómodo en esa disciplina.
Los rivales con los que compito van siendo mejores y el público va generando cariño u odio por los participantes recurrentes de cada liga. Entonces es un circo y a la vez un museo, y es una maravilla que te aturde pero te enseña. Las batallas escritas están abriendo la puerta a muchas cosas.

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Tus dos últimos tiros, tanto el de Eptos como el 2x2 con Aczino Vs R.C. y Gino, fueron clave en la trama narrativa del rap de batalla mexa para el 2016. ¿Cómo fue la experiencia, tanto a nivel rap como personalmente, de ambos tiros?
Con Eptos me interesaba batallar por los rumores que siempre corren en lo que le llaman escena. Como la batalla fue en Secretos de Sócrates sentí que había varias cosas que medir y fueron medidas, según yo él hizo mejor un par de cosas. Usó bien su papel y mantuvo su estrategia de juego, pero también yo hice algunas cosas mejor que él. Yo subí a ser yo y él a parecer mejor que yo. Yo nunca parezco mejor que nadie porque rara vez hay un punto de comparación.

Aquí puedes ver la PREMIERE que tuvimos de este tiro de cabrones en Noisey.

Contra Gino y RC la experiencia fue de mucha prisa porque Aczino viajó a España para batallar con Chuty, y yo estaba en la grabación de Verdugo, entre otras cosas, y pudimos ensayar muy poco como equipo; sin embargo, nos sentimos cómodos juntos y nuestra idea de subir a reventar funcionó tanto cómo la de Gino y RC. Cada quien jugó sus cartas, y aunque no mucho con sus letras, los rivales me sorprendieron con su entrega. Eptos, RC y Gino fueron muy buenos rivales y me da gusto que todo esto esté pasando en México y que estas dos batallas estelares en diferentes ligas hayan sido entre contendientes nacionales que demostramos por qué estamos ahí.

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Háblame de Verdugo. ¿Cómo comenzó su gestión, cuánto tiempo te llevó hacerlo, de qué va a grandes rasgos el disco?
Me llevó un poco más de un año desde que escribí la primera canción que salió a la luz del disco, que fue "El onceavo mandamiento", y se grabó en TITANIUM, después grabé "Tratos con el Diablo" con THE CYPHER EFFECT. Y a partir de ahí fui yendo una vez cada quince días o algo así a grabar tomas para el video de Verdugo y las canciones del disco en Studios Infante, que es a más de dos horas de camino desde mi casa. Estuve escribiendo dos o tres días por semana cosas para el CD y trabajando con Ese O y Traficante de Almas para las instrumentales, y ya tenía tres beats de Gilbert Hyde, y pues fue formándose el disco. Tenía ganas de hacer algo con el título de VERDUGO, un dibujo, o un cuento o una canción y terminó siendo todo un disco.

En las rolas que he escuchado del disco (las que has subido a tu canal de YT), te noto más suelto, más relajado. ¿Cómo ha sido la evolución de tus canciones, de primeros ejercicios a estos?
Creo que mi música se va moviendo conmigo. Me siento más relajado que antes. Más seguro, y supongo que se refleja en el disco. Lo estuve escuchando y no está nada mal: lo hice como quería, escribí cada frase seguro y sin importarme quién era yo para el público o para mí mismo sino solo haciendo las canciones porque las tenía que hacer o no iba a poder dormir en paz.

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Tu música tiene la característica de ser viral, en el sentido de cómo se transmite la información en Internet y cómo se ha dado a conocer tu música. Como artista, eso puede ser a veces engañoso. ¿Cómo ha sido a nivel personal vivir el rollo del reconocimiento en la era del like?
No me fijo demasiado. Estoy enterado de algo así como la opinión pública acerca de mi música, pero solo eso. Con esto del Internet no sabes con quién estás hablando, si con un idiota o con un genio o con un idiota que cree que es un genio (que pasa mucho). Entonces solo me da gusto que tanta gente me esté escuchando. Les guste o no, yo tengo algo que decirles y se los estoy diciendo.

Cuéntame un poco sobre tu rutina creativa. ¿Cuánto y cómo escribes?
Escribo como sea en la cantidad que se me antoja. A veces una sola línea en una servilleta o unos cuantos renglones en la última página del libro que voy leyendo, donde está en blanco. Siempre digo que escribo diario, pero no sé si sea cierto. Pero escribo más de lo que hago cualquier otra cosa, eso es seguro. Escribo novelas, cuentos, poemas, canciones, y otras cosas que no sé cómo se puedan llamar, pero a final de cuentas ahí están. Mi rutina creativa es levantarme de la cama, me pongo a fumar y a escribir y listo. En cualquier hora del día me puede asaltar a lo que le dicen inspiración; de hecho a veces me agarra dormido y a veces me agarra cuando no estoy fumando.

¿Qué estás leyendo ahora?
Estoy releyendo MAUS 1 y 2 de Art Spiegelman. Los leí hace varios años pero estoy de vuelta con ellos a ver qué encuentro porque son increíbles. Y también estoy terminando la Historia universal de la infamia de Jorge Luis Borges, que es de mis maestros.

¿Qué haces además de rapear y escribir y leer? ¿Estudias? ¿Trabajas? ¿Qué o en qué?
Fumo y bebo y como lo mejor que puedo. Trabajo para Radio UNAM escribiendo varias cosas. No estudio en ninguna escuela, pero en mi cuarto estudio todo lo que se me pueda ocurrir. Mejor dicho: todo lo que me importa.

Planes para el resto del 2016 y a futuro.
Por ahora me voy de vacaciones. Voy a cantar en Torreón, en Tula, en Ciudad Juárez, y vamos a ver en qué otros lugares van saliendo cosas para presentar Verdugo. Quiero publicar algún libro de poesía por aquí o por allá este año, vamos a ver qué tal sale eso. Y bueno: Seguir escribiendo, ese siempre es el único plan verdadero.