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Música

“Un viaje selvático y por la costa”: Una entrevista con Nicolá Cruz

Platicamos con Nicolá sobre lo bueno y lo malo de la tradición, tanto en la música de cada país como en la electrónica.

Foto tomada del Facebook de Nicola Cruz

Muchos artistas han tratado de conectar la música del pasado con diferentes tecnologías para lograr cierta fusión de géneros. Muchas veces buscan que más gente le ponga atención a la historia de un lugar en específico, mientras que otros quieren darle un toque original a lo que hacen. En cualquiera de los cosas, nunca son suficientes para hacer música interesante.

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Es imposible no mencionar esto cuando hablamos de Nicolá Cruz. El músico electrónico nacido en Francia, pero de padres ecuatorianos, hace música basada en sintetizadores, beats y muchas de las texturas e instrumentaciones de la música del Ecuador antiguo. Sin embargo, Cruz destaca de entre tantos hippies al hacer piezas de gran imaginación y ejecución magistral en arreglos y producción. Escuchar su debut Prender El Alma es un verdadero viaje que no simula ni aproxima nada; más bien, es su propio estilo. No es una fusión como tal, sino música diferente que toma influencias del pasado y el presente.

Nicolá ha sido toda una revelación mundial, habiendo colaborado en la disquera de Nicolas Jaar y publicando su debut a través de ZZK Records. Tuvimos la oportunidad de platicar con Nicolá sobre lo bueno y lo malo de la tradición, tanto en la música de cada país como en la electrónica.

NOISEY: ¿Cómo va todo con la gira?
Nicolá Cruz: Bien, ha estado bien apretada. Bastantes shows y montones de ciudades en muy poco tiempo. Perio ha sido muy gratificante.

¿Se arma muy bien la fiesta en tus shows?
Deja tú la fiesta. La buena conexión con la gente va más allá.

¿Cómo armas tu set? ¿Extiendes las canciones, improvisas?
El show varía en cada fecha. Normalmente tengo la idea de antemano y ya cuando llego a la prueba de sonido, veo el lugar y la hora a la que toco, voy pensando de donde me gustaría partir. A veces se presta para abrir con algo más introspectivo, a veces quizá con algo más energético. Cuando viajo llevo un set relativamente ligero: una computadora, un controlador y un sintetizador que no es muy grande, y dos pedales de delay. Con eso puedo.

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Hablemos del disco, Prender El Alma. Es tu primer full length y se siente como un álbum completo. ¿Planeaste que tuviera un concepto o que los tracks estuvieran interconectados de alguna manera?
Por supuesto. Para mi un álbum tiene que tener cierto concepto. Algunos temes quizás ya habían estado en el aire hace algunos años o tiempo antes, pero definitivamente formaban parte de este concepto. Estoy muy contento con la secuencia del álbum, se abre y se cierra a través de un viaje selvático y también por la costa.

Lo grabaste en un lugar muy especial. De hecho, hay rumores que tu estudio lo pusiste muy cerca de la selva en Ecuador.
[ríe] No.

¡Ya empezamos con los rumores para crear las leyendas!
[continúa riendo] Buena esa…Tengo un estudio donde vivo en Quito. Tengo ahí todas mis máquinas y es donde compongo. Es interesante porque está a las afueras de Quito, no está exactamente en la ciudad. Es en el valle, está retirado. Es más tranquilo, no hay ruido, todo alrededor es verde. Es muy bueno para componer y grabar.

Justamente te quería preguntar que tanta influencia tuvo el estudio a la hora de componer y la grabación de los tracks.
Cien por ciento. Creo que una de las influencias directas más grandes que tienes es tu entorno y este disco fue hecho en las montañas de los Andes, por eso tiene ese color. Si lo hubiera grabado en la playa hubiera sido completamente distinto.

Tu música en general tiene un sabor andino. ¿Qué te hizo retomar esa parte de tus raíces? .
Bueno, tú también vives en una ciudad latinoamericana, creo que siempre estamos expuestos a bastante folklore. En la radio nacional --tal vez en México no tanto-- se escucha folklore del lugar, o por gente tocando en las calles o en ciertos eventos. Crecí con esto y ha sido muy normal. No hubo un punto específico en el que dije que iba a tomar el folklore y hacerlo electrónico porque es nuevo; más bien fue solo algo que se dio naturalmente.

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Recuerdo un tema que hice dos años atrás…cuando compongo me gusta un montón experimentar con texturas sónicas y en este caso en específico trabaja con un fragmento de una canción muy típica de Ecuador que se llama “La Vasija de Barro”. Cuando la terminé, di un paso atrás para escuchar cómo quedó y me gustó y desde entonces se ha vuelto más una investigación para mi. Me gustan mucho los vinilos y me gusta explorar el folklore de Ecuador y Sudamérica a través de ellos. Me gusta buscar melodías que me cautivan.

Estudiaste sonido y producción en México. ¿Cómo balanceas la parte analítica y de exploración con la parte más emocional o sensible de la expresión artística cuando haces música?
Ahí está una de las cuestiones de la música electrónica. Las máquinas pueden ser muy expresivas. Si la música solo fuera hecha por máquinas entonces de alguna manera sería fría. Hay que encontrar este balance en composición musical y la textura sónica. El tema 10 del disco se llama “Cocha Runa”, es un tema que tiene un buen balance de sensibilidad y composición, y por otro lado es muy clavado en diseño de sonido.

Has estado de gira en un montón de lados. ¿Cómo ha sido acercarte en otros países del mundo con tu música que tenga un identificación cultural tan fuerte con Ecuador?
Hay gente que está más preparada que otra cuando me presento y la absorbe. Sin embargo, la gente que nunca ha escuchado…ayer tuve un show en Barcelona, y en España como que tienen un poco tachado a lo latino; pero el público escuchó las primeras canciones y luego se dejaron llevar por la música. Eso es lo bonito, cuando presentas tu música para gente totalmente nueva y creo que en mi caso sí les gusta [ríe]. Es una conexión bien bonita. Toqué en Corea del Sur y nada, se abrieron…tal vez es una comunicación que das en el escenario, que no eres el tipo cerrado que les está poniendo a huevo esta música, sino estás presentando algo y hasta teniendo una simbiosis con ellos. Creo que esta onda de un buen show va mucho por ahí, esa conexión que tengas con el público.

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Foto por Gabriel Perez MoraBowen

¿Cómo ves la movida electrónica en América Latina y España? Hubo una época en la que todos tenían que trabajar en un solo género que estuviera de moda pero veo que ahora la cosa es mucho más ecléctica. ¿Tú has tocado con muchos artistas, sientes que hay mucha relación entre todos?
A mí me da bastante gusto que se de este rollo ecléctico como tú dices. Yo disfruto de escuchar bastantes cosas, de esa manera uno se mantiene fresco. Es muy interesante llegar a tal o cual país y te topas con esta nueva ola de música electrónica y también a muchos artistas que están trabajando con los sonidos folklóricos de su país. Ahorita siento que los árabes están haciendo cosas muy interesantes, el acid arab que cada que hago DJ set pongo algo. En América Latina, algunos países lo han desarrollado más que otros, como en Argentina o Brasil o Perú que tienen un sonido más propio. México se ha mantenido más bass, creo, tal vez por su proximidad con el gabacho.

También pienso que no tenemos tanto contacto con la música folklórica o de nuestro pasado que no sea tan inmediato, lo que ha provocado una especie de crisis de identidad.
Tampoco es obligación hacer esa fusión. Me gustan mucho las cosas que salen de electro en México, por ejemplo me encanta lo que hace Mijo.

También me he sentido saturado por la escena house o techno. Yo adoro eso, vengo de ese mundo. Pero estoy saturado, es música que te ponen en todos lados y esa sí te la ponen en la cara. [ríe].

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Foto vía

Es más fácil hacer negocio con esa música. Siempre tendrá lugar en los clubes y antros. Por otro lado, no es que no hay espacios para otras expresiones, hay festivales y noches, se va expandiendo.
Siento que es una cuestión de sinceridad. También es un problema del acceso a la tecnología. Hay mucha gente que trabaja por ejemplo en economía y también tiene su proyecto de música. ¿Por qué? Mejor dedícate a lo que sabes hacer. No todos tenemos que ponernos a hacer música electrónica pero es por el fácil acceso. No hay suficientes filtros. Hay cosas de buena calidad y hay otras de bastante mala calidad, cosas muy desechables.

Pienso que es cuestión de compromiso. Debe ser más que solo armar un track o conectar tu laptop en una noche de DJs. Para empezar, debes ponerle tu sello a la música que haces y querer decir algo.
La música electrónica no deja de ser música. Debe tener una armonía, una melodía, un ritmo y algún sentimiento detrás. Es algo que nunca ha dejado de ser, Muy poca gente hoy en día hace eso. Hace más bien lo que dices, arma un track, le da forma y ya está.

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