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Música

La guitarra intergaláctica de Eddie Hazel

Cuando se hacen listas de mejores guitarristas de la historia, triste y erradamente olvidan al buen Eddie.

Cuando se enumeran a los grandes guitarristas en la historia de la música moderna aparecen los nombres comunes Eric Clapton, Jimmy Page, David Gilmour y Eddie Van Halen, entre otros recurrentes. Por si no se han dado cuenta, estas listas están dominadas por guitarristas blancos. Vamos, no le voy a quitar ningún mérito a Page, que también es uno de mis guitarristas favoritos, y al resto de los nombres mencionados. Todos tienen los méritos para aparecer en esas listas.

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Lo anterior es consecuencia de que el rock de guitarras hasta hace muy poco se asociaba con bandas de blancos (Zeppelin, Stones, The Who…). Una vez más: no pretendo demeritar los logros de esas bandas, pues son universalmente reconocidas como influyentes e indispensables para moldear al rock como lo conocemos hoy.

Reconociendo la influencia de las bandas y guitarristas mencionados, es indispensable incorporar por encima de todos ellos al linaje de guitarristas afroamericanos que ayudaron a definir, modelar y re definir géneros como el blues y su hijo más exitoso: el rock. Dentro de esa exclusiva lista deben aparecer nombres como Robert Johnson, quien a pesar de que mientras vivió, nadie lo valoró; su trabajo es considerado como definitorio en la estética del blues de Chicago.

En esa misma línea hereditaria podemos encontrar a Muddy Waters y Howlin Wolf, señalados por guitarristas como Page, Clapton y Richards cuando hablan acerca de sus grandes influencias. Después de esa generación del blues que es —piedra angular del rock—, podemos mencionar a Rick James. El viejo Rick —inmortalizado y ridiculizado durante uno de las más famosas rutinas de Dave Chapelle—, no puede ser soslayado cuando se habla de grandes guitarristas de los setenta.

Uno de los últimos eslabones en ese linaje de grandes guitarristas afroamericanos, es sin duda alguna Prince; quien combinaba el funk de Rick James y la contundencia de los riffs de Muddy Waters.

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Como pueden ver, existe una gran herencia afroamericana cuando de tomar una guitarra se trata. Hay un caso particular que debemos mencionar por su importancia y legado: Eddie Hazel. Hazel formaba parte del núcleo de músicos que conformaron la legendaria y original alineación de Funkadelic durante sus primeros discos.

Del conglomerado Parliament/Funkadelic hemos hablado en ocasiones anteriores; y sus aportaciones al rock en general —en particular al rock psicodélico de los setenta—, están bien documentadas. Discos como Maggot Brain y Standing On The Verge of Getting it On son obras icónicas de la música popular, y su influencia se puede sentir en discos recientes de D'Angelo y Childish Gambino, por mencionar algunos nombres.

Como dijimos, el caso de Hazel es indispensable dentro de la cosmogonía y génesis de la banda de Clinton. El guitarrista oriundo de Brooklyn, NY es un eslabón perdido entre el estilo de guitarra bluesy y el estilo de guitarra funk.

Debido a que la banda de Clinton podía tocar el género que fuera (blues, soul, funk, jazz…), Hazel y el resto de los músicos tenían una adaptabilidad envidiable y de ahí que el mismo Hazel podía tocar rolas con influencias de estándares de blues hasta riffs con reminiscencias a los Ohio Players.

Rolas como "I'll Bet You", "Funky Dollar Bill" y "No Compute" son claros ejemplos del estilo blues que la banda tenía en gran medida por su guitarrista. Por el otro lado temas como 'Hit It And Quit', 'Nappy Dugout' y 'Red Hot Momma' representan una muestra del sonido más funk/rock que Hazel podía lograr. De hecho rolas como la última mencionada se convertirían en influencia directa en el sonido funk/rock que años después popularizaron los Red Hot Chili Peppers quienes claramente hicieron una investigación exhaustiva acerca del sonido de Funkadelic.

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Dentro del trabajo de Hazel en Funkadelic destacan dos temas en los que su guitarra es indispensable. "Maggot Brain" que es la rola que le dá título al disco del mismo nombre que incluye un solo de guitarra de Hazel que dura poco más de diez minutos. La leyenda menciona que Clinton le pidió a Hazel un solo inspirado en la hipotética muerte de su madre. La otra rola icónica de la era de Hazel dentro de la banda es 'Good Thoughts, Bad Thoughts' que cierra el lado be del Standing on the Verge of Getting it On. Este tema de más de nueve minutos también incluye un largo solo de Hazel que no es tan melancólico como el de 'Maggot Brain' pero que cualquier viernes por la noche podría erizar la piel de quien sea.

Después de co-escribir todos los temas del Standing On The Verge of Getting it On Hazel dejó la banda pero siguió colaborando de manera regular en las producciones del conglomerado Parliament/Funkadelic. En 1977 se editaría su único disco solista en vida: Game, Dames and Guitar Thangs. El disco producido por Clinton es uno de los discos más buscados por los aficionados a Funkadelic y la guitarra de Hazel.

El legado de Hazel ha quedado plasmado en sendos solos y dentro de la discografía de P-Funk. Podría intentar convencerlos que Hazel es uno de los mejores cinco guitarristas de todos los tiempos pero con que escuchen esos dos solos que mencioné me doy por bien servido.

En Revancha tenemos varios títulos de Funkadelic disponibles.

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