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Noisey

Guía Noisey de Jonathan Richman

Os contamos algunas cosas que sabemos sobre Jonathan Richman.

Deberíamos hacer algún tipo de ONG para fans de Jonathan Richman. Haríamos reuniones y terapias donde pasar un par de horas explicando anécdotas que sepamos de él. Nos contaríamos que reparte tarjetas donde se anuncia como picapedrero, que no tiene internet ni teléfono móvil, que le vimos una vez tocando con Kiko Veneno emocionadísimo por tocar con uno de sus ídolos, y soñaríamos con que alguien descubriese una grabación de cuando Jonathan Richman fue el batería de Patti Smith durante unas pocas semanas. Cuando un par de fans de Jonathan Richman nos encontramos, solemos pasar algunas horas hablando sobre él. Os lo recomiendo mucho.

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Pero hasta que nos encontremos para poner en común nuestras anécdotas favoritas, aquí tenéis un pequeño aperitivo. Esta es parte de mi historia con Jonathan Richman, espero con ganas la vuestra.

LA CULPA DE TODO LA TIENEN HEFNER

Pasé los dos últimos años de los 90 y los dos primeros de los 2000 obsesionado con Hefner, hasta el punto que se convirtieron en una especie de escuela del rock. Con ellos descubrí alguno de los grupos que luego serían mis favoritos. Leyendo los créditos de sus primeros discos fui a parar a las Raincoats, a Weather Prophets, a Vic Chesnutt, a los New Bad Things y muchos más. Pero me voy del tema. En la cara B de "I took her love for granted" había una canción firmada por un tal Jonathan Richman. Cuando la escuché, enseguida supe que se convertiría en alguien importante para mí. No tenía ni idea en realidad.

Después de escucharla fui a una conocida tienda de discos barcelonesa y encontré un recopilatorio que acabé aprendiéndome de principio a fin, I Must Be King. Me acuerdo perfectamente de la sensación de escuchar la primera canción ("That summer feeling", probablemente la mejor canción del mundo). Había encontrado por fin la música con la había soñado durante años.

VELVET UNDERGROUND

Imaginad lo que debió ser para un chaval tirando a raro de las afueras de Boston escuchar por primera vez a The Velvet Underground. Se dice que su primer disco lo compró muy poca gente pero que todos los que lo hicieron acabaron haciendo música. Eso se cumple en el caso de Jonathan Richman, que se volvió majara por su grupo favorito y llegó a seguirles a Nueva York donde se convirtió en algo así como su protegido, ¡incluso a Lou Reed llegó a caerle bien! Se dice que les tocaba sus canciones todo el rato y les perseguía para leerles sus poemas. Y como es de bien nacido ser agradecido, cuando por fin formó su propio grupo hizo una canción explicándolo todo. En directo solía versionar "Foggy Notion", y llegó a grabar "I'm Sticking with you" cantando con la mismísima Moe Tucker.

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LOS MODERN LOVERS

Hoy nos quejamos (sin razón), pero a principios de los 70 la música era mucho más mierdosa. Roquete chungo, tipos malotes, solos infinitos, malas drogas… arrancaba el rock sinfónico y empezaba a oler a cerrado. En ese contexto, un grupo que glorificase el amor verdadero, la sinceridad, la pasión, estar sereno y compartiese una fe ciega en el poder de uno mismo para enfrentarse a toda la mierda que nos pueda tirar el mundo, eran casi marcianos. Ese grupo se llamaban los Modern Lovers, y llevaron tan hasta el extremo esa idea que buscaron a conciencia su fracaso. Claro que mantenerse impolutos es lo que les convirtió en un mito.

Se dice que cuando los A&R de las discográficas empezaron a llamar a su puerta, ellos sólo les preguntaban por sus libros y películas favoritas. No quisieron trabajar ningún manager porque no encontraron ninguno a quien le apasionasen las mismas cosas. ¡En esas reuniones ni siquiera querían hablar de dinero! Grabaron maquetas con John Cale y Kim Fowley, marearon la perdiz un par de años y cuando finalmente iban a grabar su disco de debut, Jonathan Richman simplemente estaba en otras. Había empezado a tocar en hospitales infantiles y asilos de ancianos, y ya no quería tocar a un volumen atronador esas canciones. Sólo quería cantar sobre pequeños dinosaurios, los ruidos de los pájaros e insectos y hacer fiestas en el bosque. Como tenían el compromiso, accedió a grabar el disco avisando de que no tocaría nunca más esas canciones en directo. Evidentemente, la discográfica les mando a paseo y el grupo se disolvió para siempre. Ojo a esa formación clásica: Jonathan Richman, David Robinson (luego en The Cars), Jerry Harrison (luego en Talking Heads) y Ernie Brooks (luego tocó con con gente como Elliott Murphy o Arthur Russell), pero antes había estado también John Felice (de los Real Kids).

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El disco oficial está formado por esas maquetas, pero hay un par de discos no-oficiales de esa formación: The Original Modern Lovers, con las maquetas de Kim Fowley, y el increíble directo Live At The Longbranch And More.

PARA MÍ, ESTO ES SOUL

Quien habla es David Berson (entonces, A & R de Warner Records) en "There's something about Jonathan", la biografía escrita por Tim Mitchell: "Lloraba en escena más que cualquier otro músico que haya conocido. Caía de rodillas, por la cara le bajaban lagrimones y golpeaba el soporte del micro contra el suelo. Las chicas más cercanas al escenario le lanzaban pañuelos y le decían: ¡Jonathan no llores! Lo bueno del caso es que sacaba todo adelante con la sinceridad más ingenua. No se burlaba por haber conseguido la respuesta que buscaba, ¡realmente agradecía los pañuelos! Las lágrimas caían y él se las limpiaba". Escuchando canciones como "A plea for tenderness" no es difícil imaginar la escena. Hay pasión, inocencia y un dominio del tiempo sólo comparable a los pocos directos de Otis Redding que quedaron grabados. Para mí, esto es soul.

LAURA PALMER, TE HE GRABADO UNA CINTA

A finales de los 90, un tipo llamado Brad estaba escuchando a Jonathan Richman en casa, acompañado por Laura, su nueva novia. Al escuchar esa voz, ella le dijo: "Ep, conozco a ese tipo, me grabó una cinta una vez". Ese fue el origen de uno de los mejores discos piratas que hayas escuchado nunca. Esa cinta era ni más ni menos que una carta de amor a Laura cantada por el mismo Jonathan Richman en 1974, grabada en su habitación con una guitarra y una grabadora de casete para enviarle a la chica que le gustaba.

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Alguna de las canciones luego formarían parte de sus discos, pero otras se quedaron sólo entre Laura y Jonathan, como "My honest dear" o una canción en la que habla sobre conocer a los padres de tu novia ("So much respect"). También tiene una versión increíble de "Singin' in the rain", pero lo mejor de todo es escucharle hablar directamente a Laura sobre lo difícil que es colocar el micro, pedir perdón porque se le ha roto una cuerda y la cumbre de la cinta: "Laura song" y ese final con él diciéndole que si le gusta lo que escucha le enviará más, que la quiere y que le escriba cuando la reciba.

GAIL LOVES ME

Seguro que conocéis la sensación. Es posible que con esta temporada rara de nostalgia pre-adolescente y Stranger Things os haya venido un par de veces a la cabeza. Es verano en el pueblo donde pasas todos los agostos y el día antes de volver a tu ciudad hablas un momento con la chica que te gusta. Te pones tan nervioso y contento que vuelves con la bici corriendo como un loco para quemar algo de esa adrenalina que no acabas de saber de dónde viene. Es muy posible que ese viaje en bici con dolor de barriga y algo de tembleque alegre sonase parecido a Jonathan Richman cantando "Gail loves me".

Jonathan Richman se enamoró de Gail en su propio concierto, y pasaron la friolera de cuatro años escribiéndose y hablando por teléfono. Así que os podéis imaginar la velocidad que debió pillar Jonathan con su bici el día que Gail le dijo por fin que le quería.

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JONATHAN TE VAS A EMOCIONAR

Durante los 80 y los 90, Jonathan Richman tocaba en España tan a menudo que en seguida empezó a rondarle una idea. Quería comunicarse con la gente más profundamente que simplemente cantando sus canciones como si estuviese en cualquier sitio. Quería hacerse entender.

De modo que durante una gira decidió que traduciría al castellano tantas canciones como le fuese posible para poder cantarlas en cada visita. Algo bastante complicado si tenemos en cuenta que entonces Jonathan ¡no hablaba español! Pero él no es la clase de persona que se rinde por algo tan tonto como eso. Se compró un diccionario inglés-español, y fue consultando a periodistas, camareros y promotores durante todo el viaje hasta que pudo armar una parte importante de su repertorio en este castellano richmaniano que tanto nos gusta. Incluso llegó a grabar un disco entero con esas traducciones, Jonathan Te Vas A Emocionar, en cuyo libreto hay una valiosísima lección de vida: "Supe que mi pronunciación era una risa, pero si empezaba, no lograría nada". He repetido esta frase como un mantra desde entonces.

ALGO PASA CON JONATHAN

Con una carrera tan larga y tan a la contra como la suya, Jonathan Richman ha pasado temporadas largas semi-olvidado. A mitades de los 90 poca gente se acordaba de Jonathan Richman, pero los hermanos Farrelly sí. Le invitaron primero a hacer un cameo en "Vaya Par De Idiotas" (aparece en un bar tocando "That summer feeling") y le invitaron a hacer de narrador en su siguiente película, "Algo Pasa Con Mary", en la que aparecía con su inseparable escudero Tommy Larkins. La edición en DVD incluía un pequeño documental sobre él y, como era de esperar, le fue tan bien que simplemente dejó de salir en ninguna otra película.

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ESTOY CONFUNDIDO

Cuando vivía en casa de mis padres tenía temporadas de escuchar compulsivamente a Jonathan Richman. De repente durante un par de semanas no escuchaba otra cosa, me ponía algunas canciones una y otra vez, salía por la puerta silbando y creo que hasta caminaba más rápido. Mi padre me dijo un par de veces: "¿Tienes novia nueva? Llevas dos semanas muy pesado con Jonathan Richman". Solemos asociar a Jonathan Richman con la búsqueda y encuentro del amor feliz, pero no siempre es así. "La gente piensa que soy el alma de la fiesta pero si miras cerca verás la marca de mis lágrimas", que cantaba Smokey Robinson. Hay un disco que podría servir de ejemplo perfecto para esto, I'm So Confused. Echad un vistazo a la lista de canciones: "True love is not nice", "If she don't love me", "I can hear her fighting with herself", "I can't find my best friend"… Y claro, una vez rascas bajo esa superficie, es imposible no ver lo que esconde.

El disco salió justo un mes después de su aparición en "Algo pasa con Mary", en su mayor momento de popularidad en años pero también al final de una de sus épocas personales más oscuras, después de divorciarse de Gail y de una trilogía de discos llenos de dudas y esfuerzos por estar mejor que empezó con una de sus obras maestras, You Must Ask The Heart.

LA ENTREVISTA

Entrevisté a Jonathan Richman en 2004 para Mondo Sonoro, con mis amigos Xavi Sanchez y Jordi Irizar. Los tres en calidad de fans un poco lelos y con una falta absoluta de profesionalidad –en realidad nunca la quisimos-. Acababa de publicar Not So Much To Be Loved As To Love y le traíamos una botella de vino bueno y un montón de preguntas más bien tontas que mi cabeza se ha encargado de bloquear. Lo que sí recuerdo es que se puso a cantar en un par de ocasiones, cuando le preguntamos cuantos idiomas hablaba y si solía cantar en la lengua de cada país que visitaba –cantó un momento en hebreo y otro en japonés-, y una anécdota que me impresionó: Dice que no tiene discos en su casa, que cuando uno le gusta mucho se aprende las canciones y lo regala, porque no tiene ningún interés en coleccionar el objeto, se queda sólo la música.

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JONATHAN EN DIRECTO

Si no habéis visto nunca a Jonathan Richman en directo no sabéis lo que os estáis perdiendo. Baila muchísimo, hace versiones en castellano de sus canciones, e incluso las corta para hacer diálogos imposibles entre parejas, imitando las voces femenina y masculina. No se corta a la hora de pedir silencio o hablar el público, hace unas introducciones increíbles y si está triste o de malas pulgas enseguida lo notas.

Algún amigo mayor que yo me contaba que en los 80 solía venir muy a menudo con grupo, con Jonathan tocando el saxo y todo el mundo haciendo coros como un grupo de doo-wop. Me da mucha envidia. Yo le he visto siempre en formato dúo, acompañado de Tommy Larkins, otro ídolo personal, siempre en un segundo plano con una batería mínima, de pies acompañando a Jonathan y atento a sus giros imprevisibles. Ninguna queja, ¡es increíble!

Para haceros una idea de esos directos, nada como ver algún directo que hicieron para la TV española, o escuchar su disco "Live", donde hay una versión larguísima de "Ice-cream man" donde va repitiendo el estribillo hasta el delirio. Cuando mi hermana tenía 4 o 5 años, a veces me quedaba de canguro con ella y bailábamos delante del tocadiscos haciendo el tonto. Me pedía que se la pusiese siempre y se partía de la risa con Jonathan. ¡No es para menos! Pegadle una escucha, que os alegrará el día.

NO DEJES QUE DESPERDICIEMOS NUESTRA JUVENTUD

Hay un montón de grupos que han versionado a Jonathan Richman. Incluso David Bowie lo hizo (bastante mal, por cierto). De todas esas versiones, la que más me gusta es la que hicieron Galaxie 500 de "Don't let our youth go to waste", llenando el original con esas guitarras que luego escucharíamos hasta la saciedad. Además esa canción tiene una de las mejores frases de Jonathan: "Puedo darte recuerdos que rivalicen con Berlín en los años 30". ¡Vaya si puede!