Esta es la única forma correcta de medirte el pene

En los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, Alfred Kinsey, un pionero dentro del mundo de la sexología, descubrió que el tamaño medio de un pene erecto no supera los 15,7 cm de largo y los 12,3 cm de circunferencia. Dado que Kinsey y su equipo fueron los primeros en investigar al detalle el tamaño del pene y en hacerse famosos por llevar a cabo un estudio tan interesante, estas cifras se establecieron como la medida estándar durante las décadas siguientes. Tengo la teoría de que estas cifras, que setenta años después siguen causando revuelo, junto con la universalización del porno y el rumor del enorme cipote de Jared Leto, tienen parte de responsabilidad en la existencia del síndrome del pene pequeño o el trastorno dismórfico del pene.

De hecho, la mayoría de los hombres que están obsesionados con la idea de que tienen un pene demasiado pequeño están en la media real. Aunque no toda la culpa sea de las limitaciones de los estudios, las publicaciones recurrentes de numerosos datos incorrectos no han ayudado mucho. Antes de sacar la regla a pasear, en este artículo podrás conocer la razón por la que estas cifras son tan poco consistentes.

MIRA:

Los 3.500 participantes del estudio revolucionario de Kinsey de 1948 eran todos blancos y universitarios y, por lo tanto, no estaba representado el conjunto de la población. Sin embargo, en lugar de dudar de los resultados obtenidos, Kinsey y su equipo los aceptaron como si hubieran alcanzado la verdad absoluta.

Aunque parezca increíble, el simple hecho de preguntar a un conjunto no representativo de personas por el tamaño de su pene se consideró un método válido para recopilar los datos en la segunda mitad del siglo XX. En los años 90, Durex realizó una encuesta con menos representación en la que las cifras aumentaron hasta los 16,2 cm y los 13,2 cm, respectivamente.

En 2001, Lifestyles, la competencia de Durex, fue un paso más allá y realizó un estudio en el que dos enfermeras midieron el pene erecto de 301 voluntarios. Sin embargo, los encuestados seguían siendo principalmente universitarios estadounidenses, por lo que todavía no existía una muestra representativa de todas las razas y edades. Además, los datos no se obtuvieron en un entorno clínico, sino en las proximidades de una discoteca de Cancún durante una noche de fiesta.

A pesar de que podían contar con todo tipo de materiales, el 25 por ciento de los voluntarios no pudieron tener una erección y cabe la posibilidad de que aquellos que la tuvieron no estuvieran dando el máximo rendimiento por culpa de la cantidad de tequila y cerveza que había dentro de sus cuerpos morenos. Las medidas obtenidas fueron 14,9 cm y 12,6 cm, respectivamente.

En 2013, Debby Herbenick, también del Instituto Kinsey, decidió recopilar nuevos datos basados en la autoevaluación, pero esta vez se intentaba que los encuestados fueran más sinceros ofreciéndoles un condón que encajara perfectamente en su talla. En caso de que exageraran, el condón les quedaría holgado y, en el improbable caso de que se quedaran cortos, se el condón les quedaría demasiado justo.

Los tamaños medios que obtuvo Herbenick fueron aún más bajos: 14,4 cm de longitud y 12,2 cm de circunferencia. El estudio también obtuvo otro descubrimiento interesante que mucha gente ya conoce: incluso cuando se trata de la misma persona, no todas las erecciones son igual de impresionantes y esas diferencias de tamaño pueden variar los datos de manera significativa.

Herbenick observó que los participantes que se excitaban con el sexo oral antes de la medición tendían a contar con más centímetros que aquellos que no lo necesitaban. Sin embargo, al hablar con LiveScience, Herbenick destacó: “No sabemos si esto significa que los hombres que practican sexo oral se ponen más cachondos y tienen erecciones más grandes o que los hombres que tienen penes más grandes practican más sexo oral de primeras”.

Mientras que incentivar la sinceridad fue una idea muy inteligente por parte de Herbenick, al año siguiente un equipo de investigadores británicos decidieron acabar con todas las encuestas en las que la gente simplemente daba una cifra y lo dejaron en manos de profesionales. El investigador David Veale y su equipo del King’s College de Londres realizaron un estudio en el que unos urólogos midieron los penes de 15521 hombres en un entorno clínico respetando el protocolo habitual de mediciones. Cuando salieron los resultados, el tamaño medio del pene volvió a descender.

Veale situó las medidas en 13,1 cm de largo y 11,6 cm de circunferencia. Sobre el papel, admite que “se realizaron relativamente pocas mediciones en un entorno clínico”. Es posible que esto, como ya he defendido anteriormente en otro artículo sobre penes, se deba a que es más fácil tener una buena erección en un entorno clínico en la teoría que en la práctica. En lugar de la medición de penes erectos, el estudio de Veale se centró en el tamaño del pene flácido y estirado que, como ya sabían los urólogos, es proporcional al del pene erecto.

El estudio de Veale tenía algunas limitaciones, pero parece que ha ayudado a codificar y estandarizar la manera en la que se miden los penes. Teniendo en cuenta que el método con el que se consigue una erección puede alterar el resultado final, es aconsejable hacer lo imposible por maximizarla.

Coloca una regla transparente en la parte dorsal (zona de arriba) de la superficie del pene y aprieta la base de la misma todo lo que puedas contra el hueso púbico, justo en la intersección entre el pubis y el pene. Independientemente de que el pene esté circuncidado, no tengas en cuenta el prepucio, ya que eso solo lo hacen la gente que usa el miembro de 13 cm a su favor para poder decir que le mide 15 cm. La medición correcta comienza en la punta del glande.

Este tipo de medida se denomina BPEL (Bone Pressed Erect Length). Tanto la medida BPEL como la medida BPFL (Bone Pressed Flaccid Length) —en la que el pene flácido se estira— se usaron en el estudio de Veale porque permite medir el tamaño real del pene al apretar la regla. No se puede pasar por alto este detalle, ya que, cuanta más grasa acumula un hombre, más escondido estará el pene, provocando que su tamaño se reduzca.

En cuanto a la circunferencia, es mucho mejor tener una cinta métrica a mano, pero no se necesita más que un trozo de cuerda o cordón para rodear el pene en la zona más ancha para después hacer la medición con la regla. Sin embargo, traigo malas noticias: si resulta que el glande es la zona más ancha, esta no cuenta.

Habiendo utilizado un metodología convencional y teniendo en cuenta los datos recientes contrastados, muchos hombres obsesionados con el tamaño de su pene ya deberían tener una percepción menos distorsionada de la realidad y, por lo tanto, tendrán menos posibilidades de sufrir el síndrome del pene pequeño.

Sin importar el tamaño real de su pene, invito a los hombres que son susceptibles de sufrir este tipo de dismorfia a que recuerden que, a la hora de dar placer a tu pareja, son mucho m á s importantes la duración y la calidad de las erecciones que el tamaño.