No es que tengamos ganas de incordiar la legendaria soberbia argentina lanzándole una piedra al Museo Mundial del Tango, pero ya que estamos hablando de piedras y ya que la apropiación cultural está tan a flor de piel en el mundo todo, bien le viene a nuestra desubicación histórica —esa que pretende que las estampitas del niño Jesús no vengan envueltas en plástico para preservar el hábitat de la medusa brillantina— contemplar cómo el sábado en Buenos Aires se llevó a cabo el primer encuentro de trap y tango que haya combinado beats y bandoneones con algunas de las principales figuras de la música urbana local.
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La gesta tuvo lugar en La Trastienda y estuvo a cargo de Argentina Tango Rap (ATR) , grupo que lleva ya una temporada mezclando el género de Buenos Aires con la cultura hip hop, y contó con las participaciones de Fire, Pattu, Fresco, J Mastermix, El As, Masi, Decano Flow, Fresco y el amigo de esta casa y admirador de Carlos Gardel, El Doctor.
Los muchachos de antes no usaban gomina
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En esa misma ciudad y en ese mismo lapso de tiempo, explotó el movimiento musical más fuerte de la década, El Quinto Escalón, cuya sede fue el Parque Rivadavia del barrio de Flores. El mismo barrio que hace 90 años era la periferia semiurbana de Buenos Aires y entre sus festivales barriales presentaba nada más y nada menos que a un joven… Carlos Gardel.Por eso, cuando empezaron a aparecer Massi y el As, Pattu y Fresco, sus barras y sus performances cayeron perfectamente en el marco sonoro y tímbrico que armaron los instrumentistas de ATR. Claro que el ensayo y el nivel técnico y conceptual del tango estaban a punto en la banda, pero hubo un feeling extra que aportó la condición naturalmente callejera del tango, el rap y el trap.
Así, los shows se intercalaron y a la noche porteña le encajó perfecto el plan de Nación ATR. Con Alex y Mariano Rucci como cabezas instrumentales y Smoller Bazz, del Sindicato Argentino del Hip Hop, como pulso rapero, la noche fue una síntesis de dos energías que vienen de la misma fuente, aunque a la museística del tango le pueda incomodar, aunque ciertos sectores de una sociedad, lejos y en el tiempo, puedan llegar a apropiarse culturalmente de sí mismos.Entre el público, Gala, porteña y estudiante de Música Popular, apoyaba la moción: “Para mí es buenísimo que las músicas se puedan fusionar sin prejuicios. Está bueno que pibes de la escena del trap o el hip hop puedan involucrarse en otros géneros, como el tango, que es algo más clásico, y también me parece bien sacar al tango de ese lugar intocable que tiene muchas veces. Nunca se puede saber cuántos pibes pueden llegar al tango a través de temas como los que está sacando este grupo, por ejemplo”.
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“Mi Buenos Aires querido yo soy Gardel”
Y ahí mismo pasó El Doctor, que, cabal como siempre y seguro como nunca, sentenció: “Esto fue chiquitaje. Estamos para mucho más, mucho más”.Con la luna ya alta por Callao y los MCs siguiendo la gira en un auto que se perdió por los adoquines de San Telmo, Mariano cerró: “El show fue una aplanadora y vemos a estos chicos como el futuro de la música. Se animan a investigar y a poner su arte al servicio de esta locura”. O, como se decía del Zorzal, cada día cantan mejor.Conéctate con Noisey en Instagram.