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Venezuela en tránsito

Mira este corto para que entiendas cómo es salir de fiesta en Caracas

"Autocannibalism", de Cédric Blaisbois, narra fielmente la vida nocturna de los jóvenes venezolanos.
venezuela fiesta caracas
Imagen cedida

Artículo publicado por VICE México.

Vivir en constante paranoia por criminales motorizados. Tener un amigo con pistola cada vez que sales. Soportar el internet demasiado lento. También, la cocaína de buena calidad, la marihuana de buena calidad, el reggaetón de noche, las polarcitas negras bien frías, las cervezas Zulia. Perder tiempo viendo tus redes sociales: selfies de familiares que se fueron del país, videos de militares reprimiendo estudiantes o manifestantes. Los cortes de electricidad y agua. Los memes de Chávez. "Caraquistán". Los malandros. Los hijos de su puta madre, malandros, diciendo "dame el teléfono" o "¡quieto, mamagüevo!".

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111,19 homicidios por cada 100.000 habitantes en Caracas; según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Es decir: en Venezuela tu teléfono vale más que tus 26 años viviendo. Los Iphones están ranqueados en la más alta escala alimenticia; te dan de comer, no están regulados por el gobierno y puedes likear gente en Instagram. Unión perfecta. Salir con tu teléfono metido dentro de tu ropa interior para que ningún malandro te asalte y te eche dos disparos por él es un deporte que deberían oficializar como venezolano.

Las armas largas. Los malandros tienen armas largas. Cinco mil dólares por volver a ver a tu novia secuestrada. Las decenas de devaluaciones de la moneda venezolana hicieron que los bolívares fueran más útiles para usarlos de servilletas que de moneda de pago. Los dólares son la norma y su precio en el mercado negro los fija una página de internet. Black Mirror antes de Black Mirror. La economía más dolarizada del mundo en la que ningún ciudadano gana en dólares. Un oxímoron que parece más bien de Ricardo Arjona.

Cuatro veces me pusieron una pistola en el cuerpo: cabeza, estómago, pecho y espalda. Tres para robarme el teléfono y una para quitarle el auto a mi padre. Nunca me dispararon. Por suerte. Pero sí me mataron a amigos. Salir a tomar cinco cervezas, consumir alguna droga y divertirte es bien complicado en Venezuela. "¿Hay estacionamiento dentro del edificio?". "No puedo ir porque no tengo dinero para el taxi". "Ya son las 9:00 p. m., está muy obscura la calle y es mejor nos salir". "Tranquilo, tiene vidrios blindados mi auto". Todas estas preguntas y comentarios los oí muchas veces en los 27 años que viví en Venezuela. Una constante ansiedad que solo podíamos combatir tomando cualquier alcohol que pudiésemos pagar. Una mezcla odiosa de emociones.

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Alternar nudes de tu pareja con asaltos en la calle. El constante bailar de lo que está bien o qué está mal. Varios conocidos han tenido que tomar acciones por sus propias manos. La policía no sirve. No funciona. ¿Qué se hace con todos los criminales que han puesto a Caracas en el top 1 o top 2 de ciudades más peligrosas del mundo por varios años? ¿Cuánto tiempo tendrá que pasar para que el país vuelva a ser medianamente normal?

Autocannibalism es un corto que retrata perfectamente todo lo que narro arriba. En palabras de Cédric Blaisbois, director de la pieza: "Más que un corto, me gusta decir que es una colaboración, un video musical conceptual basado en el track 'Autocannibalism', del productor finlandés Aku Raski, aka Huoratron (que también produjo el corto). Fue grabado en diciembre de 2017, año en que la represión contra los estudiantes tocó límites nuevos.

Es uno de los documentos más fieles y precisos sobre qué significa ser un joven y salir de fiesta en la Venezuela de Nicolás Maduro. Además, lo ves desde la realidad más posible en la segunda década de los dosmiles: desde Instagram Live. ¿No que todas nuestras vidas pasan por Instagram?

El casting es de 100% actores venezolanos, menos su director, Cédric Blaisbois que interpreta a Lou, el chico francés. Acá abajo puedes ver el corto.

Puedes seguir a Diego en Instagram.