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Música

“Yo siempre he hecho lo que he querido”: Mala Rodríguez

Así estuvo el paso de la española por Hip Hop al Parque.

Fotos por: Carlos Basto 'Spoon' "Estos dos días y el primero de enero son los más seguros de Bogotá", le escuché decir a alguien en Hip Hop al Parque. Una broma bastante floja que intentaba meter en el mismo paquete a todos los que el pasado fin de semana estuvieron en el Simon Bolívar y no deambulando por la ciudad: ladrones. Una palabra que no le hace justicia a un público absolutamente volcado hacia su religión musical. Hacia la mística de la calle. Un parche exigente y puritano en términos de música. De los que piensa que el rap tiene que sonar de cierta manera y hablar de ciertas cosas porque si no, entonces no es rap.

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En esa lógica estática y sin duda violenta en su discurso del rap bogotano, la noticia de la española Mala Rodríguez como la cuota extranjera elegida para cerrar la primera jornada de la celebración de los 20 años del festival no le cayó muy en gracia a muchos, que se quejaron airados y no sin cierta dosis de tufillo machista. "Qué falta de respeto", comento uno de los más decentes en la página de Facebook del evento.

La Mala lleva casi los mismos años que el festival haciendo rap. Nació en Jerez de la Frontera, desde muy joven buscó suerte en Madrid y ahora está radicada en Barcelona. Ella, que ha movido el rap por donde ha querido, se ha erigido como una de las mujeres más importantes del movimiento hispano, sino la más. Libre, ha sobrevivido y se ha destacado en una industria dominada por los machos.

Pero su versatilidad puede ser obstáculo para la rigidez de aquellos que piensan que el rap se limita a un sonido específico, a una historia tantas veces contada. Un rap estancado y encasillado por las palabras que procuran definirlo. Un rap que tiene que ser "real" o "consciente", como si la historia de cada uno no fuera una verdad suficiente.

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A Mala eso no le importó, quizás ni se enteró. Simplemente vino y se subió a la tarima justo después de La Etnnia, el crew más emblemático en la historia del rap colombiano. Fueron solo ella y su DJ  delante de 60 mil personas. Ella rapeando en falda, montada sobre el monstruo, temeraria. Ella, arrolladora, contándonos la historia de la Mala.   ​

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"Yo siempre he dicho lo que me ha dado la gana y he hecho lo que he querido… y al que no le guste que se joda". 

La Mala tiene una voz suave, que no tiembla, y un cuerpo pequeño que no retrocede ni se deja arrinconar. Su habilidad para rapear sumada a su carácter la han convertido en un modelo de mujer en el escenario del rap hispanoamericano. Casi todas las preguntas que le hicieron en la rueda de prensa previa a su presentación en el festival tenían que ver con eso:

-¿Qué le dirías a las mujeres que quieren rapear?

-Lo único que digo es que hagan lo que sientan, lo que crean… es lo que le diría a cualquier hombre igual.

Con el pelo suelto, falda, camisa negra, medias y tenis blancos, Mala se subió al escenario a eso de las ocho de la noche. Más o menos a la mitad del show cantó, a capela, el estribillo de "Quién manda" .

¿Quién manda aquí? ¿Quién?

¿Quién manda aquí? ¿Quién?

Tiempo de ver cómo se levanta la gente… Yo no necesito poder.

A ella le sobra carácter. A pesar de ser bastante espontánea y sonriente, su presencia y su manera de ser, directa, intimidan.

Justo después de la rueda de prensa y antes de montarse a la tarima le dio una entrevista corta a uno de los canales privados más grandes del país. El periodista no parecía estar muy enterado de lo que es el festival. Todo pasó rápido. Apareció, prendieron la cámara y con micrófono en mano hizo su primera pregunta. Ella, sonriendo y tocándose el pelo en actitud coqueta, le quitó el micrófono, respondió y luego jamás se lo devolvió.

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La Mala manda.

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"Quiero llevar a la gente en un viaje conmigo, que sientan lo que yo siento".

Un bate, un micrófono y dos pistolas de agua la acompañaron en tarima. Se subió cantando "Egoísta". La gente respondió con gritos y silbidos, con un entusiasmo que fue aumentando con el pasar de las canciones, con el sonar de las más conocidas. El público se fue acomodando y ella agradeció la presencia de tanto parche. Los ánimos se iban exacerbando y pasó lo que muchos temían, lo que aquellos, los más radicales, no querían.

Casi en la mitad del show, Mala tiró el bate, soltó el micrófono y agarró su pistola de agua. Dejó de cantar y empezó a brincar por toda la tarima al son de su trap. La gente se quedó impávida, pero nadie se fue. El monstruo aguantó la tanda de trap y la preocupación por el traquear de un sonido nuevo en un festival que apela a lo viejo fue desapareciendo. Ella retomó, cogió de nuevo el micrófono y continuó con "Volveré" .

Es su rap, que ha sonado clásico, flamenco y hasta ha coqueteado con el reggae. "Estoy libre a lo que pueda hacer".

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"Yo no me denomino así, yo simplemente expreso lo que tengo dentro".

Ni real ni conciencia. Su rap no se encasilla. En su discografía convergen, con igual importancia, el sexo y el amor, la esclavitud y el racismo, el tráfico, la vida moderna, la política. Historias personales, reflexiones y sentimientos que sobreviven en el tiempo y que van emergiendo de a poco hasta convertirse en canción. Sin categoría, ni más ni menos que rap.

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Catorce canciones después ella se bajó del escenario. La gente se fue tranquila y ella quedó feliz, satisfecha. Al entrar al camerino empezó a tirar al aire el papel picado que había en una caja de regalo que le había dado una pareja de fanáticos antes de salir del hotel. ​

"Me emociona que haya tanta gente amante del hip hop. En España no montas un festival así y mucho menos de rap así, clásico, combativo, como la mayoría de los grupos que han tocado. Yo no me considero así".

Y sin embargo cerró con broche de oro esta jornada de sábado.

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"Ella es como Lauryn Hill"

Hace dos años que Mala está girando con Dj PTRIX, un estadounidense de origen filipino y radicado en Los Angeles. PTRIX ha girado con artistas de la talla de Chali 2na de Jurassic 5 y en 1999 se coronó campeón del DMC, un campeonato mundial de Dj que se celebra desde 1985.

Desde que escuchó a Mala supo que quería trabajar con ella. "Mientras más la escucho, más me gusta, su energía, su vibra, es muy buena. He escuchado su música vieja, de los 90 y principios de los 2000 y es la música y el sonido con el que crecimos".

PTRIX, que se ha movido por años en la industria del hip hop, sabe perfectamente que para las mujeres es más difícil abrirse paso. "Definitivamente es más difícil, pero ella tiene esa energía de chica mala, tiene todo el hip hop en ella, además puede cantar y hacer muchas cosas mejor. Para mí, viniendo de Estados Unidos, ella es como Lauryn Hill. Cantando, rapeando y siendo mujer. Ella puede rapear y seguir siendo ella, ser dura y suave y sexy a la vez. Es una mujer fuerte".

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Y sí.

Al final, ella hizo lo que le dio la gana,

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Este encuentro fue posible gracias al parche de Zoocio.