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Música

¡Muerte a las rancheras!: llegó la hora a la serenata rock

Ahora si le vas a poder dedicar a tu novia alternativa las canciones que le gustan.

La felicidad y el despecho son los pilares de toda buena serenata. Ya sea para pedir matrimonio o para pedir perdón después de recontracagarla, no hay nada mejor que armar una parranda con un montón de músicos medio destemplados recogidos en la Caracas. ¿Pero qué pasa con los que no les gusta las rancheras? No tienen como boletearse frente a todo el barrio y expresar su amor al ritmo de su canción favorita.

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Por suerte para los rocanroleros, hace unos años Sergio Cortés, un joven músico empírico del norte de Bogotá, se agarró con su novia. Y para deshacerse del despecho y reconquistarla, decidió armar un grupito con un amigos para sacar canciones de Caifanes y Calamaro, y dedicárselas a la chica. Por desgracia para Sergio, la pelada lo despachó, pero a los amigos con los que se juntó les quedó sonando la idea de hacer un conjunto de serenatas rockeras.

Desde hace unos siete años, Serenata Rock anda dando vueltas por todo Bogotá con su repertorio de 180 canciones que van desde Led Zepelin hasta Don Tetto. 13 músicos conforman el grupo que se puede presentar en formato de dúo hasta sexteto, y cobra entre 179 y 495 mil pesos por tocar una hora y media dos.

Cumplaños, matrimonios y cenas románticas son los lugares donde este grupo toca. Su público es esa gente cansada de escuchar una y otra vez “Si nos dejan” y el “Mariachi Loco” y desean cantar a grito herido “Laura no está” de Nek o “Forever Young” de Alphaville.

Nos juntamos con Sergio, un tipo algo timido que toca el saxofón, la armónica, canta y es el coordinador de Serenata Rock, para hablar de su proyecto.

Los Mariachis siempre abren con “El son de la negra”, ¿ustedes con que canción abren?

Con “Get Lucky” de Daft Punk. Siempre que llegamos la gente nos ve medio sorprendida como diciendo: “¿estos manes qué hacen?”

¿Cómo hace una banda para ensayar 180 canciones?

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Cada paquete que tu elijas trae de 10 a 13 canciones. Cada músico tiene que aprenderse 30 canciones para que al momento en que sale el contrato, dos días antes poder sacar los temas de la serenata. No es tan difícil, las canciones de rock clásico no son tan complicadas como un ensamble de jazz o algo así.

¿Cada cuánto los llaman?

Antes habían temporadas, la semana del día la madre o la del padre, pero ahora hay dos o tres serenatas a la semana.

¿Cómo se transportan, tienen una van?

No. Nos movemos de cualquier manera: en Transmi, algunos vamos en moto, a veces un amigo nos lleva en carro o en taxi. Cómo se pueda.

¿Qué es lo más lejos que han ido a tocar?

En Mosquera. Esa serenata fue chistosa porque él era de Bogotá y ella de Mosquera. Eran pareja tenían un hijo y todo, pero el man le había puesto los cachos como tres veces a la nena. El man estaba retriste y nos dice: “muchachos quiero que me ayuden”. Nos encontramos con él en el Portal de la 80. Él cogió su flota y nosotros nos fuimos detrás en las motos. Llegamos allá, nos llovió y ellos se agarraron. Empezamos a tocar, él llevaba un vinito y un peluchito, pero la vieja se los botó por la cara. Nosotros seguíamos tocando una de Zoé mientras el niño lloraba y los otros dos peleaban. Todo fue un desastre.

¿Han tenido que tocar en la calle para que la homenajeada se asome al balcón?

Sí. Cuando eso pasa hay que llevar cuatro músicos y tocar hasta que la persona salga. Lo hemos hecho dos veces y una la nena no salió. El man que nos contrató estaba bien triste.

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En las paradas de vallenato se toma ron y en las de mariachis tequila. En las de rock, ¿qué se toma?

Lo que haya a la mano.

¿Ustedes toman mucho?

Tratamos como de no igualarnos. Aunque sí, no te puedo decir que nunca lo hacemos. A veces nos bebemos un aguardiente o algo así.

¿Y nunca se han quedado en la farra?

Sí unas tres veces. Es raro porque uno no conoce a nadie y la gente lo llama a uno por el instrumento que toca. Es muy chistoso. Pero intentamos no quedarnos hasta que la fiesta se acaba.

Dicen que los músicos de orquesta de matrimonio levantan mucho en las fiestas, ¿ustedes también?

Mmmm, sí ahí uno levanta pero es difícil crear una historia de amor.

¿La gente hace pogo en las serenatas?

Sí claro, eso pasa cuando el público está alcoholizado.

¿Tocan las peticiones que les grita la gente o eso tiene un costo extra?

Sí pero somos relajados. No es que nos tienen que pagar antes o solo tocamos las diez canciones que cuadramos. Intentamos romper ese estigma. Si nos alargamos dos canciones todo bien, y si nos quieren botar una propina bacán.

¿Qué es lo que más les piden?

Soda Stereo tiene mucha fuerza. Los Rodríguez y Héroes Del Silencio también.

¿Y sacan peticiones antes del concierto?

Sí lo hacen con anticipación lo hacemos.

¿Qué es lo más raro que les han pedido? ¿Alguna vez le han pedido que saquen una de Cannibal Corpse?

No pero sí nos ha pedido de Korn. A veces también nos han pedido canciones que se salen de la línea del rock y ahí nos toca decirle al cliente que no.

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Ustedes dicen que se "mamaron de la rancheras", ¿por qué?

Ese fue el primer pensamiento que tuvimos al hacer la primera serenata. No es una competencia desleal porque el mercado de lo mariachis y de los tríos de boleros, pues es bonito. Pero sí estamos intentando llegar a un público joven, más loco por así decirlo.

¿Alguna vez se han encontrado con unos mariachis en la calle, tipo pelea de pandillas?

Sí, una vez saliendo de un ensayo nos encontramos con unos mariachis y fue gracioso porque nosotros estábamos medio borrachos y ellos también. Y yo llevaba el saxofón y dije: “vamos a probarle el aceite a este trompetista”. Me acerque y le dije: “toquemos una ranchera juntos”, entonces salí con una de Juan Gabriel y el man ahí me siguió. Después toque una Soda y el man no pudo. Entonces le dije: “Serenata Rock le ganó a los mariachis”. El man se ofendió y llamó al violinista que era un monstruo. Al final terminamos tomando todos juntos. Fue divertido.

¿Ustedes andan en motos porque son rockeros?

Jajaja. No es que en moto no hay trancón y es económico. Y sí, de pronto para vernos rockeros. Así tipo Motorhead. De hecho los uniformes que vamos a hacer van a ser bien rockeros. Unas chaquetas de cuero clásicas.

¿Nunca les han votado calzones en un serenata?

No, no. Los más raro fue esa vez que te digo que la nena no salió. El man estaba muy triste porque tuvo que pagarnos y todo, y en la banda estaba un compañero también despechado. Al lado de la casa de la nena había un bar y nos fuimos a tomar con él. Nos gastamos todo lo que nos pagó.

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Pero sabroso emborracharse con los clientes.

Sí es raro, es que nosotros buscamos más que un cliente un amigo.

¿Por qué tanto despecho en este ambiente?

Cuando la gente la caga es cuando recurre a los buenos regalos. Es curioso porque cuando llama una chica generalmente es para un cumpleaños o una celebración. Son los chicos los que llaman para pedir perdón cuando la embarran. Eso es gracioso.

Vi que tienen canciones de Don Tetto ¿por qué?

Esa nos las pidieron para una fiesta de 15. Ese repertorio nuestro es como un goulash, hay de todo.

¿Cuáles son las mejores serenatas que han dado?

Una vez estuvimos en una propuesta de matrimonio. El man se le declaró con una de Carlos Vives.

Otra vez tocamos en una cena romántica con el dúo para una pareja de lesbianas. Fue bonito, lo hicimos en un restaurante y ellas comían mientras tocábamos.

En un matrimonio en el sur había 250 personas. Nos tocó llevar sonido y todo. Más que una serenata fue un toque. Cobramos muy barato porque la idea no es aprovecharse del cliente. Fue chévere, hasta el marido se subió a cantar y todo.

Una vez, un día de la mujer en el banco Falabella. Habían muchas chicas bonitas, nos sentimos muy admirados.

Y las serenatas que les damos a los seres queridos. Esas son las más bonitas y las que dan más nervios.

¿Han tocado en un funeral?

Todavía no. Espero que no nos llamen

¿Qué repertorio recomendarías para un velorio?

No sé. Algo feliz porque a un muerto hay que recordarlo con alegría. Tal vez algo de Bunbury.

¿Qué es lo que más disfrutas de las serenatas?

Me gusta ver a la gente feliz. Siento que cuando transmites un buen mensaje la gente lo capta. Un aplauso y una sonrisa vale más que el dinero y es una buena forma de mostrarle mi sueño a los demás. Eso es chévere. ***
Si la embarró y quiere dar una serenata rockera entre por aquí.