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Música

El otro rock radical vasco

'Euskodemos. Rock Underground Vasco 1981-1986' rescata las maquetas originales de grupos desconocidos y fundamentales que se vieron eclipsados por la explosión punk de los ochenta. Hablamos con el responsable de este hallazgo arqueológico.

Ilustración inédita de Josetxo 'Bicho' Exponda (1981)

Este artñiculo se publicó originalmente en VICE España.

Todos sabemos que en los primeros ochenta, el rock radical vasco nos escupió en la cara una tonelada de grupos punk que hoy siguen ocupando un rincón acolchado en nuestros corazones. Lo que no todos sabemos, es que en aquella misma época surgieron muchas otras bandas igualmente underground pero menos conocidas, que el 16 de febrero salen a la luz con el disco Euskodemos. Rock Underground Vasco 1981-1986. Una colección de maquetas originales y fundamentales que se habían quedado sepultadas bajo el éxito de Cicatriz, Eskorbuto, La Polla Records y demás enterradores del sistema.

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'Canciones Desde la Tumba' (Subterfuge Records) rescata canciones que jamás pasaron del formato casete, a cargo de Médanos de Singapur, Los Extraños (pre-Cancer Moon), Fiebre, Lo Del Perro, Revolver, Los Scooters, Los Impecables y Neon Provos (germen de Los Bichos). Esta "arquelogía en ferrocromo" se completa con ilustraciones del fallecido Josetxo Bitxo y un libreto del periodista Fernando Gegúndez, con el que hemos querido hablar de aquella época en la que las demos eran mejores que los discos y el rock era considerado imperialista por la izquierda abertzale.

VICE: ¿Qué papel jugabas tú en la escena de estos grupos que has rescatado?

Fernando Gegúndez: Pues en 1983 tenía 25 años y llevaba dos programas en radios libres, tenía un fanzine que después se convirtió en revista (Sintonía / Síntoma Rock), ayudaba a programar en alguna sala, era jurado de concursos y metía muchas horas en locales de ensayo y en los bares. Nos daba tiempo a todo. Teníamos una hiperactividad brutal, casi siempre altruista. Y gracias a la labor de otros colgados como yo, aquello fue saliendo adelante.

Parece claro que en los ochenta las maquetas tenían un peso que hoy ya no tienen.

Sí, hace tiempo que es imposible distinguir una maqueta de un disco autoproducido. Y hace unos años ya casi no existe el formato físico. Doy fe de que las demos de Mamá y Nacha Pop sonaban mejor que sus discos posteriores. A la mayoría de las bandas de la movida y de Euskal Herria les pasaba eso. Un buen ejemplo es la canción Marianne del grupo Fiebre, que en la versión del LP posterior sonaba mucho mas cartón-piedra que la que hemos incluido en el disco. No se trata solo del sonido, siempre más crudo y directo, sino de la frescura que transmitían aquellas grabaciones. Cuando más me interesan los grupos es en sus albores.

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Algunos de los grupos incluidos en 'Euskodemos. Rock Underground Vasco 1981-1986'.

¿Qué fue lo más duro del trabajo de investigación y búsqueda de bobinas originales?

Lo más duro fue localizar a los miembros de los grupos, quien más y quien menos aburguesados hasta límites insospechados, y que nada querían saber de sus pecados de juventud. También comprobar las bajas y encajar las negativas a participar de grandes bandas seminales como La Insidia (luego Family) y Matrona Impúdica (luego El Desván del Macho).

Sorprende que haya canciones realmente buenas que jamás pasaron del formato casete.

Eso sucede por circunstancias diversas y ocurre hasta hoy en día… ¿Por qué los Scooters dejaron fuera de su LP estas dos canciones que nosotros hemos rescatado? Para mí fue un error, pero los condicionantes de cada banda son infinitos. Otra cosa es cuando la discográfica decide qué canciones van y qué canciones no, que ya se trata de otro tipo de intereses. Una canción que a un ejecutivo discográfico no le parezca adecuada, casi seguro que será una gran canción

¿Cómo eran aquellos muestrarios de cintas de los bares, tan típicos de la época?

Fue un fenómeno un poco exclusivo de aquí. Eran cintas de casete con portada a veces currada y a veces pura fotocopia. Detrás de la barra había una pared completa de maquetas (algunas superventas) y fanzines, cada una con un bote debajo para la recaudación, siempre íntegra para los grupos. Generalmente, las copias no eran encargadas a ningún estudio, sino que el grupo las copiaba una a una, doblaba la portada y la adaptaba a la cinta. La gente compraba y mucho. Uno de esos bares era el Muga de Bilbao, que aún existe y vende discos autoeditados. El sonido analógico de una cinta es asombroso. Mi colección de maquetas sigue sonando con brillo y me niego a digitalizarlas.

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¿Desde los canales públicos se apoyaba a los grupos locales maqueteros?

Sí, hubo programas de rock increíbles en la ETB 1 (Popazoro, por ejemplo), en la ETB 2 (Katu Kale) y en la radio, que cuando comenzó tenía al menos 20 horas a la semana dedicadas al rock, y gran parte de maquetas de grupos locales. Así se creo una cultura de apoyo a lo nuestro, que puso el germen de lo que hoy es una escena tan amplia y jugosa.

El éxito del rock radical vasco convirtió a estas bandas en desconocidas y minoritarias. ¿Eso ha hecho que -paradójicamente- sean más underground que el punk?

Bueno, aquel punk que salía de las entrañas era masivamente aceptado y no cabe duda que los grupos que no eran rock radical vasco (RRV) tenían que luchar contra la incultura del público y contra el propio fenómeno RRV, que era lo que todos los ayuntamientos y la mayoría de gaztetxes programaban. Lo fácil sería presentar a estas ocho bandas de Euskodemos como damnificadas por el peso del RRV, pero no fue exactamente así. El circuito creció mogollón y muchas bandas que no eran RRV se beneficiaron de él. No sé, como todo, hay que vivirlo para entenderlo.

El disco se completa con un libreto que analiza la escena musical, con imágenes de la época y maquetografía.

¿Como los veían los punks? ¿Como unos pijos? ¿Yeyés?

En Vitoria, Cicatriz (que para mí fueron lo más en el punk vasco) se dedicaban a zurrar a los mods. Pero, por ejemplo, Eskorbuto no llevaban esa actitud, sino que se comunicaban con todos por igual. Las Vulpess tuvieron mas de un rifirrafe con Los Santos, Los Impecables y los grupos de pop, pero nada que no ocurriera en Madrid entre las hornadas irritantes y el pop baboso.

La música de Euskodemos no se caracteriza por su mensaje social pero imagino que entre sus miembros sí existía el compromiso político.

Sí, entre las bandas vascas cuya música estaba exenta de temática social había de todo. Desde los politizados o comprometidos con la independencia (más de un miembro de Duncan Dhu votaba a Herri Batasuna) que no veían su música como vehículo para expresarlo, hasta muchos que la política se la traía floja y vivían en otro universo (esto era y sigue siendo habitual en lugares como Getxo). También había verdaderos antivascos, que podían amar su tierra pero que acabaron asqueados de tanta política hasta en la sopa.La izquierda abertzale acusaba a las bandas de rock de imperialistas hasta que el crecimiento popular fue tan claro que decidió adoptarlas y defenderlas creando la campaña Martxa eta Borroka. Fue a partir de ahí cuando los grupos no RRV acumularon más motivos para sentirse marginados.

El fallecido Josetxo 'Bicho' está presente en el disco con su música pero también sus dibujos.

Josetxo era todo un personaje. Si maquearse y disfrazarse hasta para ir a comprar el pan era algo insólito en cualquier lugar del Estado, lo era mucho más en Pamplona. Fue un luchador. Su personalidad era realmente conflictiva, un tipo vampírico que te estaba robando la energía mientras hablaba contigo. Y como tal, un genio a su manera. La enorme escuela que creó en su ciudad (y en otras) está hoy a la vista en segundas y terceras generaciones de grandes grupos.