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Moda

Diccionario de la Espriella

OPINIÓN | Una iniciativa que busca llevar al extremo el análisis semiótico de semejante personalidad criolla.
Foto tomada de Abelardo de la Espriella Lawyers Enterprise

Consideremos la foto de un reloj de 85.000 dólares en la muñeca de un hombre. En un lado del cuadrilátero un periodista que se pregunta por el reloj, por su costo y por su portador. Al otro lado un colombiano de bien, ingenuón, que defiende al portador del reloj porque el reloj no puede sino significar el galardón al trabajo duro y la crítica a ese objeto, tan caro, no puede sino significar envidia porque el periodista no tiene ese objeto y se atreve a cuestionarlo. Misteriosas son las arenas de la discusión pública; movedizas si se las experimenta en las redes sociales. Pero, ¿por qué un producto de esa naturaleza provocaría un debate nacional? La respuesta está en su portador, un personaje pintoresco, un jurista, inversor, autoproclamado marchand d’art, dueño de un restaurante, productor musical, social media wannabe, potencial escritor de ficción, entusiasta del combinado zapatos-corbata, poseedor de “genética italiana”, demandador, #HombreDeÉxito, dueño de un #avión. Abelardo de la Espriella, mejor conocido como: abogado de turbios.

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En una de las tantísimas notas que le han hecho en Jet Set —esa penosa revista colombiana empecinada en querer volver a la colonia— presentan a De la Espriella como un penalista al que “la estética […] le mueve la fibra”. Luego proceden a nombrar las marcas que usa —y que él en sus fotos nos hace saber, insistentemente, que puede pagar—. El párrafo termina con un lamentable “y su clóset […] parece la vitrina de un almacén de ropa de marca”. En otra de las notas de la misma revista, la entrevistadora le pregunta sobre “su feeling con la moda”, a lo que él responde que viaja a Italia cada seis meses para renovar su clóset y que una marca de ropa para hombres le ha propuesto ser imagen de su marca. Pero luego, en un clásico De la Espriella, cuando la entrevistadora inmediatamente le pregunta que si con eso de la moda no le da miedo perder credibilidad como abogado —suponiendo que la tiene—, él nos deja saber su aspiración honesta: “Los penalistas trascienden la esfera del derecho y se vuelven figuras mediáticas. Además, ahí está Gorvachov, quien posó para Louis Vuitton”.

Con todo esto queda clara la validez de las preguntas y observaciones de Daniel Coronel sobre el reloj de 85.000 dólares de Abelardo de la Espriella. El penalista de verdad personifica la profunda relación epistemológica de la moda: persona vs objetos. Pero el @DelaEspriellaStyle está lleno de elementos, así que para desenmarañar su esencia y examinar las posibilidades reales de conseguir una campaña de LV, aquí va el Diccionario de La Espriella, una iniciativa que busca llevar al extremo el análisis semiótico de semejante personalidad criolla:

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A

Accesorio: Según la RAE: “adj. Que depende de lo principal o se le une por accidente”, también “Utensilio auxiliar para determinado trabajo o para el funcionamiento de una máquina”. Un ejemplo: De la Espriella, accesorio de los culpables.

B

Bacanería: A lo que De la Espriella dice que su perfil de Instagram está dedicado. Luego introduce el término dolce vita. Un verdadero bilingüe. ¿¡O trilingüe!? (ver M).

C

Consumo Conspicuo: Este es fácil. Es consumir productos solo por ostentar una determinada clase social. ¿Alzarse la manga en la foto para dejar ver el Audemars Piguet en la foto? Consumo Conspicuo, pero común. ¿Poner en la misma foto el hashtag #Millonario? Imperdonable, desesperado, innecesario.

D

Demonio: “Me importa un demonio el que dirán. No estoy con la gente que no quiero ni en los lugares que no me gustan. Siempre he hecho lo que me da la gana”, dijo en una entrevista. Esto es evidente en sus ropajes (y curiosas compañías).

E

Estados Unidos: “Me alcanza hasta para contratar a uno de los mejores abogados civilistas de Estados Unidos para demandar por difamación a Daniel Coronell, como en efecto ya lo hice”, dice De la Espriella en su última “columna”. No sé, Abelardo, en Estados Unidos hay millones de cosas que hacer con la plata, incluso cuando no se sabe qué hacer con ella, no sé, mira a Elon Musk.

F

Ficción: Abelardo quiere —también— incursionar en mi gremio. Ha empezado a escribir una colección de cuentos inspirados en sus procesos legales. Esos procesos serán ficcionalizados para “no herir susceptibilidades”. Vaya, cómo si herir susceptibilidades no fuera su trabajo… Y hobby.


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El mundo de ellos


G

Gucci: Solo mokasines lok.

H

Harvard: Universidad a la que nunca entró, pero quiso, porque según él mismo tiene “sensibilidad” para el arte, por eso sabe qué significa “Marchand d’ art” y supongo que pensó que eso era suficiente para descrestar a estos connoisseurs.

I

Ingrato: ¡Pero vamos Abelardo, no seas tan ingrato repitiendo y repitiendo esa tesis tonta de que el proceso de paz será el apocalipsis para Colombia! A la final toda tu carrera se la debes a FIPAZ, esa Fundación Iniciativas por la Paz que por allá conformaste en el 2006 y que [según una columna de Daniel Coronell de 2006] buscaba que “el Estado reconozca el mismo estatus político de todos los actores armados”.

J

Jacquemus: Simon Porte Jacquemus, para que nuestro litigador se inspire con referentes que no sean de los setenta.

L

Lobería: Término que junto a guiso, corroncho y ordinario comúnmente describe su estilo personal en los comentarios en redes sociales. No soy muy fan de estas palabras, pero esto es lo que indican los indicadores.

M

Marchand d’ art: Persona que vende obras de arte, pero en francés, ya saben, para impresionar… en 1808.

N

Nonconformity: Una cualidad, pero todo un concepto de estilo de vida luego de la explosión económica en Silicon Valley. Nonconformity tiene que ver con el rechazo a las normas, así, por ejemplo, Mark Zuckerberg, el #millonario, sale a exponer sus productos en hoodie y flip-flops. Así, también, en San Francisco los millonarios manejan Priuses o Teslas, y los “lobos” Maclarens (ver HBO, Silicon Valley).

P

Porte: #porte en las fotos de Instagram del abogado usualmente seguido por otro hashtag ridículo: #fino. Me pregunto si a). sabe para qué sirven los hashtags y b). si las personas que buscan #fino buscan exactamente fotos de un tipo en kakis con blazer del color de los mocasines.

R

Rugeles: Acusado de abusador de mujeres. Amiguis entrañable de Abelardo y en ocasiones ha sido también su defendido. Ver: “Lo que realmente le importa al país sobre la denuncia contra Gustavo Rugeles”.

S

Sombrero: Esta payasada no necesita explicación.

T

Temor de dios: A de la Espriella le deseo, como decía mi abuela cuando se indignaba con mi estupidez, temor de dios, a ver si así deja de escribir columnas incitando a matar presidentes.

U

Uribista: De los bien uribistas, requeté uribistas; de los que andan evangelizando el mundo con la palabra “mermelada” y que bajo el cinturón con la hebilla grandísima de alguna marquilla de Le Collezioni llevan siempre un “castrochavista” para repartirle a alguien gratis.

V

Vuitton: Sin dudar, la marca que más aparece en las fotografías de Abelardo de la Espriella. Y no es para menos, Louis Vuitton es de las marcas más fáciles de reconocer por su emblema LV. Así que si quieren hacerle saber a alguien que tienen dinero, nada mejor que un bolso lleno de LV LV LV Look at me, I’m so filthy rich.

Z

Zegna: ¿Por qué si Abelardo se viste de Zegna y Boss y Ferragamo sigue suscitando análisis, observaciones y comentarios virulentos? La ropa es mensajera, carga en sí misma un pedazo de nosotros que desfila en la valla de nuestra carne. Tal vez, entonces, el problema de Abelardo no sea la ropa.


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