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Música

Coros de misa con reguetón

Chivo-Trópico es un festival bizarro de la sierra madrileña.

Dick El Demasiado. Mitad holandés, mitad avería mental.

Valdemanco es un pueblo de la sierra madrileña como dios manda, de toros y carajillo. Con su cruz a los caídos y sus lectores de La Razón. Lo maravilloso es que, una vez has entrado, te adoptan. Y con vecinos como la Marcela no te faltarán huevos de corral ni amor del bueno. Por eso el próximo sábado 21 de junio, el día más largo del año, las gentes del Chico-Trópico organizan allí un festival que no es exactamente un festival pero que será el mejor festival del año, sin duda. Generado todito con energía solar, cortesía de Wapapura. Se agradece un corte de manga feliz y festivo como el Chivo-Trópico. Si no tienes coche, hay bus directo desde la estación de Plaza de Castilla.

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VICE: ¿Qué tal Sara? ¿Cómo lleváis los preparativos?

Sara Brito: Bien, tenemos el permiso del alcalde. Lo hemos cerrado de palabra, como se cierran las cosas en los pueblos. Sólo nos faltó sellarlo con un cognac. Nos pidieron poner el logo del Ayuntamiento en el cartel y dejar el sitio limpio. Oye, por cierto, he leído tu entrevista a Silverio con Nacho Vigalondo y espero que a mí no me metas en un jardín como ese.

¿Por qué? ¿Conoces a Silverio? Llevadle al Chivo-Trópico.

Claro, lo conozco de mi época mexicana, el loco de Julián. De hecho es muy amigo de Dick El Demasiado que actúa este año en el Chivo-Trópico y fue parte de su sello cuando tenia Nuevos Ricos. Silverio fue el precursor de Meneo en eso de desnudarse en escena.

Valdemanco es así. Foto de Fer Garrote.

¿Acaso sois una secta?

Es un contubernio, una alianza secreta, ilícita y reprochable. El otro día nos escribió un tipo de un sello en argentina que quiere incluirnos en un recopilatorio y resultó que era colega de Nico, parte fundamental de Los Síquicos Litoraleños y que también tocó con Dick cuando estaba con sus Exagerados. Siempre pasa esto, porque es todo como un barrio, pero desparramado por el mundo y conectado a través de Internet.

Dick El Demasiado como nexo entre todos vosotros.

Bueno Dick es quien montaba a principios de los 2000 los Festicumex, unos festivales de cumbia experimental, y ahí estuvieron por ejemplo Mario Galeano (uno de los más activos activistas de la escena de música tropical experimental psicodélica de Colombia) o Christian de Experimental Christian Music (Argentina). El Chivo-Trópico no es tanto un festival en sí, como un encuentro o un experimento familiero. Queríamos hacer algo en el pueblo donde vivimos Pedro (Pipo El Sucio) y yo, que nos conocimos en el primer ChicoTrópico.

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Entiendo que sin Pedro todo este lío habría sido imposible.

Es que aquí en el pueblo no entienden nada, creo, pero entran a todo. Y la clave de eso es Pedro, que da clases a las mujeres del coro de la iglesia y a la mitad de los nietos de esas señoras les da clases de guitarra o piano. Gracias a eso nos dejan carta blanca. Pedro es el Bach en pantuflas de Valdemanco, maestro de capilla de un coro entusiasta y entrañable.

Y ese coro de señoras del pueblo, ¿también actuará?

Sí Meli, del núcleo duro del coro de la Cofradía de la Virgen del Carmen, nos ha confirmado que no sólo actuarán sino que harán rosquillas para apoyar el festival. Todas las abuelas de Valdemanco aman a Pedro, músico del pueblo y maestro de capilla. Ha redinamizado la rondalla del pueblo y el coro y claro tiene a la tercera edad en el bolsillo. Les está creando pistas de cumbia y reguetón para temas de misa y ahí que van.

Suena todo bastante tronado.

La propuesta es picnic experimental y hacer un poco lo que nos dé la gana. Aquí hay mucha piedra de granito que dicen que distorsiona la cabeza, por eso hay mucho loco. Puede sonar tronado, pero estamos interesados en la música folk latinoamericana. En una revisión del concepto de raíz, desde el lado del juego y la irreverencia, y de la distorsión popular y la poesía. Cagarse de risa y difundir el trabajo de gente que está experimentando y jugando con las músicas populares latinoamericanas desde lo contemporáneo. Conciliar dos mundos: la tradición de la experimentación y la de la música popular.

¿Qué grupos encajan esa escena?

Muchos. Se puede hacer reguetón experimental mucho más irreverente que todos los grupos que suenan en Radio 3. Hay grupos increíbles haciendo cosas que la mitad del indie español jamás soñaría. Los Ganglios, por ejemplo, juegan con la cumbia y nos gustan porque hacen lo que les da la gana. Ese es el espíritu. O los Meridian Brothers, que tocan 25 de julio en la sala El Intruso de Madrid. Es la primera vez que vienen a España después de años tocando en Europa con reseñas superpotentes y que aquí no se les hace ni caso. Nosotros no somos emisarios de nada pero está claro que España es un poco paleta y etnocéntrica.

¿Qué más sorpresas habrá?

Un poco de todo. El Intruso, que es un grupo de improvisación -uno de ellos también es vecino de la zona- armado con mochilas con amplificador, para tocar por ahí conectando sus sintes, guitarras… y haciendo ruido por donde les place. La rondalla del pueblo, que interpretará jotas distorsionadas. Habrá pinchadas bien esquizo. Y estará presente el colectivo Wapapura, que permitirán que las últimas dos horas de Chivo-Trópico se transmitan en streaming en directo.