Latora 4 Brazos: epicentro de la escena alternativa capitalina. Paraíso de la noche bogotana, lugar de fiesta, amores, actos infecciosos, presentaciones memorables. Casona roja de puertas negras con un número 4 encerrado en neón. Ese punto en pleno corazón de chapinero fue, durante siete años, uno de los lugares más interesantes para la música local, para las apuestas arriesgadas. Un venue como pocos que acogió todo tipo de actos, desde el tenaz y avanzadísimo Atom ™, hasta Los Pirañas; el Freaky, La Pulpa, Riobamba y un montón de actos nacionales y latinoamericanos que hicieron de esas noches algo digno de quedarse clavado en el cerebro.
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A un año de su cierre y celebrando su renacimiento como Marino Submarino, quisimos recordar esas noches donde después de atravesar aquel portón negro pesadísimo y subir sus escaleras de madera, nos sumergimos en licor, amores, sudor, baile y cigarrillos en el diminuto pasillo cuyo piso de rejas dejaba caer la ceniza sobre ese patio que conectaba a los baños. Sus dos ambientes, su oscuro ritual y su energía acogedora, estarán por siempre en nuestros recuerdos.Esta es la selección del Gato Fotógrafo, quien registró lo que pasaba en este espacio desde el primer hasta el último día, de los que para él fueron los mejores momentos de los siete años de vida de Latora 4 Brazos.
