Imagen cortesía del artista.
El pasado mes de agosto, el gobierno del presidente francés Emmanuel Macron publicó un decreto de salud pública donde obligan a clubes, conciertos y festivales a reducir los decibeles de sonido como medida para reducir los problemas de audición ligados a este tipo de espectáculos. Asimismo, la resolución también pondría limitaciones al volumen de las líneas de bajo, especialmente relacionadas con géneros como el techno, house y drum & bass.Por tal motivo, un grupo de artistas franceses comandado por Laurent Garnier y Jean-Michel Jarre, ha decidido unir fuerzas con varios actores de la escena nocturna para redactar un carta dirigida al gobierno de Macron. El comunicado, el cual se publicó en el diario Libération, enfatiza en que dicha medida "busca apaciguar la diversión, silenciar la música y detener el trabajo artístico, además de sacrificar la libertad natural del arte"."La salud pública nos preocupa tanto como el ciudadano de al lado. Por ejemplo, un potente bajo hace que la gente quiera bailar, transmitiendo una sensación tan profunda como una hermosa voz lo es para los demás fanáticos de la música", afirman.
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