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Cultură

Tranny: Confesiones del anarquista vendido más infame del punk rock

Laura Jane Grace, de Against Me!, habla sobre sexo, drogas y rock 'n' roll en su nueva autobiografía, TRANNY.

Foto por Harry Griffin.

Hay una colección interminable de autobiografías de estrellas de rock que hablan de sexo, drogas y rock 'n' roll. Escoge el libro que quieras y vas a encontrar historias sobre sexo con grupies, habitaciones de hotel destrozadas y cocaína. Por eso, cuando Laura Jane Grace y yo empezamos a trabajar en su libro TRANNY: Confessions of Punk Rock's Most Infamous Anarchist Sellout, sobre su vida como líder de la banda punk Against Me!, decidimos hacer algo diferente porque, a pesar de que sí se portaba mal, en el fondo había mucho más que eso.

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La banda seguía creciendo pero Laura escondía un secreto que no revelaría hasta casi los 32 años de edad: era transexual. Poco después, dejó de responder a su nombre original, Tom Gabel, y empezó a vivir como mujer. En TRANNY, describimos cuidadosamente su lucha con la disforia y la identidad de género para el lector. En las primeras páginas, exploramos a detalle lo difícil que fue Laura comprender esa parte de ella cuando era un adolescente mal portado. Después nos enfocamos en la parte central de su historia, cuando se distrajo con su estilo de vida como estrella de rock.

El punto medio del libro captura esta etapa en su vida. Laura (todavía conocida como Tom en ese entonces) acababa de escaparse con su segunda esposa, Heather. Against Me! tenía poco de haber lanzado su primer álbum con una disquera importante, New Wave (2007), el cual les trajo fama e hizo que algunos fans los tacharan de vendidos. La fama creciente de Against Me! significaba un horario más exigente que provocó tensiones y peleas entre los miembros de la banda. Para colmo de malas, a Laura no le importaba mucho el rostro del idiota egoísta y eternamente crudo que veía todos los días frente al espejo.


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El extracto a continuación es de esa parte de la historia, cuando Tom Gabel no podía deshacerse de su propio ego estúpido. A pesar de que en gran parte de TRANNY se habla de las minucias de la vida cotidiana de una persona trans, en esta sección Laura y yo dijimos "chingue su madre" y nos dimos el gusto de escribir sobre sexo, drogas y rock 'n' roll. Y aun así, a pesar de toda la competencia que hay en esa escena, la imagen pública de rockstar empezó a desmoronarse en esa época para dar paso a Laura Jane Grace. —DAN OZZI

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El autobús de la gira me estaba esperando en el estacionamiento de la cárcel del Condado de Leon a las 4 AM, después de que me procesaron, me acusaron de agresión, y me dejaron salir en cuanto pagué una fianza de 500 dólares. Radar, el conductor del autobús en esa ocasión, asintió amablemente con la cabeza y me sonrió cuando subí al autobús y dejé escapar un suspiro.

En mi celda, estuve sentado al lado de un hombre con cara de sueño vestido únicamente con unos pants y una playera sin mangas que respondía al nombre de Mills. "Todas las cárceles van a empezar a hacer negocio vendiendo partes del cuerpo de los reos", me dijo. Parecía ser un veterano experto en el sistema y no quise cuestionar su sabiduría. Asentía con la cabeza mientas lo escuchaba hablar pero mi mente estaba en otro lado, perdida en mis remordimientos. Pensaba en el error estúpido que había cometido y en el infierno que me esperaba.

Unas horas antes, Heather y yo entramos a una cafetería en Tallahassee que compartía un estacionamiento con Beta Bar, un recinto donde Against Me! ya había tocado anteriormente y se iba a presentar esa misma noche. Pedimos té y caminé hacia la parte trasera para usar el baño. Ahí vi un pizarrón con varios folletos y notas pegadas. Entre esos estaba un anuncio de nuestro evento sacado de un periódico. Alguien sacó una pluma, dibujó unas "Xs" sobre nuestros ojos y escribió "vendido" sobre mi frente. Arranqué el recorte, lo hice bolita y lo tiré a la basura. Cuando me di la vuelta, había un punk justo enfrente de mí.

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"¿Por qué hiciste eso?" masculló.

"¿Quién chingados te crees? Este es nuestro espacio, no el tuyo". Me dio la espalda y se fue caminando hacia su asiento en la barra.

Me ignoró y siguió tomando su café. "¿Cuál es tu problema?", insistí.

"Hasta donde yo sé, esta conversación ya terminó", dijo y me lanzó una mirada engreída.

Hasta donde yo sabía, esa conversación no había terminado. En ese momento, este güey representaba a todos los que me habían tachado de vendido, a todos los punks entre el público que me habían pintado pito y a todos los pendejos que habían difamado el nombre de mi banda en algún fanzine.


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Levantó su taza para darle un trago pero la tiré antes de que llegara a su boca y el café salpicó por todos lados. Lo sujeté de la nuca y estrellé su cabeza contra la barra mojada. Estaba fuera de control. No sé qué habría pasado si los demás clientes no hubieran empezado a atacarme para que lo dejara en paz.

Lo que no sabía era que esa misma noche iba a haber un concierto de protesta en contra del evento de Against Me!. La mayoría de la gente que estaba ahí sabía quien era yo y trataron de someterme hasta tenerme en el piso. Para mí, ellos no eran más que desconocidos lanzando golpes, pero ellos sí me conocían. Cada golpe que lanzaban era una marca de venganza por parte de la escena punk. Fue un cabezazo que me regresó a la realidad. No fue por el miedo a resultar herido; fue porque la idea de recibir una golpiza era tan ridícula que me hizo despertar.

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"Voy a soltar tus brazos", escuché decir a una persona que estaba atrás de mí. "Si me pegas, juro por dios que te mato".

Sí claro, pensé. Me vas a matar. Por supuesto.

No tengo idea de qué pasaba por la mente de Heather cuando salimos de la cafetería. No dijo una sola palabra. Caminamos en silencio junto a las vías de tren que estaban cerca hasta que llegó la hora de regresar al bar. Cuando llegamos, había dos patrullas esperando en el estacionamiento.

Derechos de autor 2016 por Total Treble LLC. Reproducido con autorización de Hachette Books, Nueva York, NY. Todos los derechos reservados.

Una versión de este texto sale en el número de Octubre de la revista VICE. Regresa el 31 de octubre para leer el extracto completo.