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VICE: Qué hay, Daniel. En tu entrevista con Monedero hacías una metáfora con un tren de cercanías. Decías que en el vagón en el que ibas había inmigrantes, personas racializadas, mujeres… pero todos teníais en común que ibais en el mismo vagón con el aire acondicionado estropeado a una zona obrera de Madrid. Pero, ¿hablar de que parece que, en los últimos años, estamos asistiendo a una competición por la diferencia en lugar de buscar puntos en común como la clase no es una manera de jerarquizar las luchas? Por ejemplo, seguramente muchas de las mujeres de ese tren tuvieran en común, además de la clase a la que pertenecen, que han sido agredidas sexualmente en algún momento de sus vidas.
Leí hace unos días un tuit, al hilo del debate sobre el aborto en Argentina, en el que una mujer trans pedía que no habláramos de "mujeres como conjunto" en relación al aborto porque algunas de nosotras —las mujeres trans— no pueden gestar. ¿Por qué una parte del activismo actual parece que busca más la definición perfecta, la correcta etiquetación, que la justicia social?"Creyendo estar cada vez más representados, en el fondo lo único que hacemos es construir identidades que se basan en echar al otro de nuestro lado"
Somos más yo en cuanto a que el otro tiene que dejar de serlo, esa es una de las características de la identidad actual. Una de las trampas que explica el libro es que, creyendo estar cada vez más representados, en el fondo lo único que hacemos es construir identidades que se basan en echar al otro de nuestro lado.En este caso yo creo que nadie, quitando fuerzas de ultraderecha muy claras, negará que haya mujeres u hombres transgénero que tengan una genitalidad diferente a su identidad. Lo cual no implica que haya un grupo social mayoritario en el que coincida y no pasa nada. El hecho de que vosotras, como mujeres, hagáis el símbolo feminista por antonomasia en una manifestación o habléis del aborto y de vuestro útero no significa que eso sea expulsar a nadie. Pero sin embargo estamos siempre estableciendo una serie de medidas, y parece que en el momento que no encajamos dentro de esas medidas nos sentimos expulsados.
Sé quién es pero no le he seguido muy de cerca. Vi que tenía polémicas con feministas y ojo con esto. Yo no puedo afirmar que este señor sea ultraderechista, no lo conozco. No sé si es su caso, pero la ultraderecha americana ha hecho algo inteligente que ha sido utilizar a determinados activistas para colarse en, digamos, los grupos masculinos, grupos de hombres jóvenes, para a través de por ejemplo el machismo vender todas su ideologías.Yo no critico la diversidad. La diversidad es un hecho en nuestras sociedades. El problema de la diversidad es cómo el neoliberalismo la utiliza para sus fines y cómo la contrapone a la igualdad. Es decir, en principio, diversidad e igualdad no tendrían por qué estar enfrentadas. Sin embargo, en nuestra sociedad sí que se enfrentan, con lo cual, lo que se pretende es que a través de que cada cual sea más específico y más diverso, deseche su faceta de buscar lo que le une con el resto, la igualdad.
"Desde el momento en que hay una activista feminista que un día te suelta en Twitter que hay que cortarle la polla a todos los tíos blanco heteros existe un tipo que se pueda llamar Un Tío Blanco Hetero"
En el siglo XX se cometieron muchos errores, y uno de ellos fue que los movimientos socialistas no tuvieron tan en cuenta como deberían los aspectos de minorías y de mujeres, que no sois una minoría sino la mitad más uno de la población mundial. Eso es cierto, pero no es menos cierto que este déficit también se ha exagerado desde la historia oficial, desde el campo de los ganadores, desde la Guerra Fría.A mí por ejemplo me llama mucho la atención ver cómo se hace un libro, que por cierto ha tenido mucho éxito, como el de Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes. Se trata de una serie de personajes femeninos para que las niñas tengan referentes y uno de ellos es Margaret Thatcher. Eso es una vergüenza. Y lo es, sobre todo, porque Margaret Thatcher hizo mucho daño a las mujeres, a las mujeres de clase trabajadora en Gran Bretaña las destrozó.
"Se trata sobre todo de entender que el neoliberalismo como sistema universal, global, no solo afecta a todas las partes del planeta, sino también a todas las parcelas de nuestra vida"
Sí, totalmente. El problema es que cuando se despolitiza a Margaret Thatcher, sus ideas siguen vigentes hoy en día. Sin embargo las de Frida Khalo no. Me llama mucho la atención el caso de Frida, creo que demuestra que se puede coger a una figura, a una ideología, vaciarla por completo de su contenido original, y entregarla como algo vendible. No solo incluso materialmente, en forma de camisetas y bolsas de tela: las ideas también se pueden de alguna forma vender y colocar en un mercado de ideas, para que sean adquiridas y no resultar dañinas para el statu quo.
Sin embargo, este punto de gravedad se desplaza en las últimas décadas a cuestiones muy simbólicas. Yo no dudo que analizar los micromachismos en una película pueda ser más o menos importante, pero de lo que estoy convencido es de que es más importante que a una mujer se la retribuya justamente por su trabajo, o que cobre lo mismo que un hombre que realiza el mismo trabajo que ella.Luchar por pedir siempre la correcta representación de la mujer o de cualquier grupo social es casi pedir una limosnilla. El hecho, además, de que a un grupo se le represente bien implica que ese grupo tenga acceso a los medios de producción. Quiero decir, si hay más mujeres directoras de cine, las mujeres van a salir mejor representadas en las películas, eso es así. Ahora, ¿por qué hay menos? Ese es el problema que hay que ver, que muchas veces suele ser por problemas económicos, por problemas de acceso a formación… Esa es la verdadera cuestión, no pedir que el que ya está dirigiendo películas te trate bien, que el que ya está en el poder te represente bien."Yo no dudo que analizar los micromachismos en una película pueda ser más o menos importante, pero de lo que estoy convencido es de que es más importante que a una mujer se la retribuya justamente por su trabajo"
Los Javis me gustan mucho porque me sirven muy bien como ejemplo de en lo que nos estamos convirtiendo. Es decir, al final, nos acabaremos convirtiendo o en Bertín Osborne o en los Javis, va a haber esos dos polos ideológicos.Por cierto, yo no sé, ya puestos en este maremágnum en el que estamos, si al final acabaría votando a Bertín antes que a ellos (ríe). Lo digo simplemente por provocar, pero bueno. Está claro que tú ves una serie como Paquita Salas y es una serie muy bien hecha, entretenida, divertida, pero es muy de aquí. Es muy del centro de Madrid. Yo este libro lo he escrito gracias a que, por ejemplo, vivía en un barrio de Córdoba.
Cuando sales del centro de las grandes capitales te das cuenta de que, por ejemplo, toda esta clase media real que vive en el centro es gente con determinada capacidad económica que se mueve en determinados círculos. Yo creo que Los Javis son personas progresistas, son majos y tal, pero que al final lo que ocurre es que representan el mundo que conocen. No creo que haya ningún comité malvado detrás de ellos que les obligue a hacer nada, ellos representan lo que conocen y supongo que se considerarán a sí mismos personas muy progresistas. Pero claro, al final el concepto de clase en su mundo está totalmente difuminado. Por eso no aparecemos en ciertas películas."En el mundo de los Javis el concepto de clase está totalmente difuminado"
Me acuerdo de que en mi barrio de Fuenla cuando llegaron los 90 algo cambió. Es verdad que había, por un lado, un cambio material, la gente tenía un poco más de dinero. Pero ese dinero se empezó a emplear en cosas que antes no se empleaba: en comprar determinadas marcas de coche, por ejemplo. Monedero me decía al respecto que "todo el mundo tiene derecho a mejorar", pero el problema está en cómo interpretamos esa mejora y en qué creemos que estamos mejorando.
Y esto se ha trasladado, también, a la política"Cuando la izquierda únicamente se basa en gestionar lo que hay pero de una forma más humana, ponle el apellido que quieras, al final acabas teniendo que tragar"
Sí. Hay una de las cosas que extraigo en el libro, y es que esto no solamente se ha quedado en nuestra relación con las compras y con lo aspiracional sino que se ha trasladado a la política. Tratamos la política de la misma forma. Ya no queremos juntarnos con otro para conseguir algo sino que lo que queremos es, como consumidores, comprar tal partido por decirlo de alguna forma. Porque ese partido nos va a dar algo, nos va a resultar positivo en algún aspecto pero solo para nosotros. Es absurdo ver a gente que cobra 1.000 euros al mes o menos repitiendo frases como “a ver si bajan los impuestos”.
Claro. El problema es que cuando llega la crisis hay zonas que son machacadas. Y esto se percibe no solamente en indicadores macroeconómicos, sino dándote una vuelta por los barrios. Ves cómo muchos comercios han cerrado o cómo la gente lo está pasando mal en múltiples facetas. El problema está en que, como se nos había olvidado lo que éramos a nivel de clase social, la respuesta no fue tan coordinada como debería haber sido y se intuía casi una angustia por volver al período anterior, pero no por aceptar que precisamente ese período anterior era el que nos había llevado a la crisis.En ese sentido, los gobiernos de Zapatero digamos que trajeron las guerras culturales y la derecha en ese momento las aceptó con las manos abiertas. Lo que estamos viendo ahora es un remake del asunto. O sea, claro que hay que sacar a Franco del Valle, yo soy nieto de represaliado republicano, para mí es importante la Memoria Histórica, igual que es importante el matrimonio igualitario porque considero que cualquier persona debería tener los mismos derechos civiles independientemente de su orientación sexual. Pero esto no implica que se pongan en marcha estas medidas, por respeto a esos colectivos, para encubrir cosas. No me creo que se pueda proponer sacar a Franco del Valle de los Caídos y no se pueda tocar la reforma laboral. Con lo cual ahí hay una trampa evidentemente, una trampa con la que a la izquierda, más allá del PSOE, le está resultando muy difícil jugar.
¿Crees que es un peligro esta posición de la izquierda española, esta falta de respuestas a algunas cuestiones materiales y el afán por ganar la guerra de lo cultural, de lo simbólico? ¿Puede abrir las puertas a la extrema derecha como ha ocurrido en Italia o Estados Unidos?"No me creo que se pueda proponer sacar a Franco del Valle de los Caídos y no se pueda tocar la reforma laboral"
Es un peligro en la medida en que el IBEX 35 quiera que sean un peligro. Es decir, si hay gente en este país de dinero, de fuerza y poder que decide invertir en el fascismo, será peligroso. Yo creo que ahora mismo en la derecha española hay una tensión que se manifestó en el Congreso del PP, entre el lado de Soraya y el de Casado, dos corrientes que persiguen el mismo objetivo pero de formas diferentes.Casado representa una derecha más mondada y pelada, el aznarismo, gente que en un momento dado, si tiene que jugar con la ultraderecha lo va a hacer. Albert Rivera lo mismo, Ciudadanos es un partido que no es nada, porque no sabemos al final lo que representa a un nivel de propuesta concreta. Sin embargo su discurso cada vez está más enfocado a la ultraderecha.Entonces al final se trata del dinero que se meta ahí, el peligro está latente, pero creo que España es un país que ha respondido muy bien tanto a los atentados islamistas que hemos sufrido como a la crisis económica. Esto también hay que decirlo. El problema está en que toda esta masa de gente progresista pero a la vez muy liberal no va a dar una respuesta contra el fascismo más allá del susto y de tirarse de los pelos.Al fascismo la única manera de combatirlo es con organización, ni siquiera una organización de gente muy ideologizada, sino de la gente más normal que entienda que el fascismo no va solo contra el negro que vende bolsos en la Gran Vía, sino que va a acabar volviéndose contra él. Cuando en su trabajo un día diga “voy a montar un sindicato y voy a hacer una huelga” y vengan unos tíos y le den una paliza. Ahí se manifiesta realmente el asunto.Sigue a la autora en @anairissimonSuscríbete a nuestra newsletter para recibir nuestro contenido más destacado.