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Noisey

Nadya Tolokno de Pussy Riot quiere hacer que los coños vuelvan a ser peligrosos

Hablamos con la artista y firme activista sobre la reforma penitenciaria, los peligros de la presidencia de Trump y el poder de la vagina.

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Nadya Tolokno lleva intentando hacer que los "coños" sean peligroso desde antes de que a alguien le importara lo más mínimo dónde había puesto Donald Trump sus manos rechonchas. La líder de Pussy Riot se ríe cuando le digo esto durante una conversación reciente por teléfono, y luego suelta un discurso sobre el "poder de la vagina", un concepto que explora alegremente en una de las tres canciones que publicó hace un par de semanas. Los vídeos que acompañan a "Straight Outta Vagina", "Organs" y, sobre todo, a la distopía caricaturesca "Make America Great Again" tratan sobre las pesadillas actuales de Tolokno, la revuelta feminista, la corrupción política en Rusia y la aterradora perspectiva de que Trump pudiera ganar las elecciones. Las composiciones de electrónica pop oscura constituyen la plataforma desde donde Tolokno lanza sus exhortaciones guturales e hipnóticas sobre los derechos del aborto, la crisis de refugiados y la reforma penitenciaria. Las tres canciones componen el nuevo EP oficial de Pussy Riot, titulado XXX y publicado de forma independiente el 28 de octubre. La música fue compuesta por colaboradores ajenos al grupo —Ricky Reed de Wallpaper puso la música para el vídeo "Make America Great Again" dirigido por Jonas Akerlund yDave Sitek de TV on the Radio ayudó a dar forma a "Organs" y "Straight Outta Vagina"— pero las letras son todo cosa suya y la furia que emanan se contagia a miles de seguidores.

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Pussy Riot pasaron a un primer plano como colectivo, pero ahora mismo Tolokno parece ser la integrante más activa y visible. Es su voz la que flota sobre el sintetizador enérgico de Sitek, su rostro la que nos mira de forma desafiante desde el nuevo trío de videoclips y su cabeza la que correrá si vuelve a disgustar al gobierno ruso una vez más. Cuando le pregunto si tiene problemas para abandonar el país por haber estado antes encarcelada, se encoge de hombros, a estas alturas la idea de que la detengan no es nada nuevo. Tras haber pasado dos años en la cárcel (incluyendo un periodo en Siberia) durante los cuales fue hospitalizada tras una huelga de hambre y escribió cartas describiendo las condiciones brutales de la vida en prisión, Tolokno fue liberada, pero sigue en el punto de mira. En 2014, durante los Juegos Olímpicos de Invierno en Sochi, junto con su compañera de Pussy Riot, Maria Alyokhina (que también fue detenida y encarcelada tras las famosas protestas "Punk Prayer" en una iglesia), Tolokno fue detenida por la policía acusada de unos cargos falsos; una vez liberadas, las chicas fueron perseguidas y azotadas con látigos por un grupo de cosacos. Analicemos esto un momento: hace dos años dos activistas mundialmente conocidas fueron azotadas con látigos de forma pública por haber cometido el crimen de alzar la voz.

Nunca se hizo justicia por este incidente, pero la incansable artista, activista y luchadora feminista es fuerte, firme y ha dejado claro que puede resistir una paliza. Cuando hablamos a principios de este mes, no se percibía ni un atisbo de miedo o preocupación en su voz, más bien todo lo que sale de su boca es fuego. "La reclusión me hace más mala todavía", escupe en ruso en "Organ", con los labios pintados de negro mientras se da un baño de sangre. Putin ha conseguido ganarse la fama de ser el dictador más fuerte, pero si tuvieran que enfrentarse cara a cara, me gusta imaginar que con tan solo una de sus miradas de acero Tolokno haría correr unas cuantas gotas de sudor por su frente.

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A pesar de todas las dificultades y el caos, a pesar de vivir bajo los peligros de la Rusia de Putin (y cerca de lo que se ha convertido en la América de Trump), Pussy Riot y su líder seguirán al frente de la rebelión hasta mucho después de que se desvanezca esa pesadilla de reality show en la que se han convertido las presentes elecciones a la presidencia de Estados Unidos. Este nuevo EP es solamente el último grito de guerra, un claxon de rebelión, un fuego encendido bajo el trasero colectivo de aquellos que luchan por la justicia, la igualdad y la esperanza. Como dice Tolokno, "Creo que podemos superarlo, solo tenemos que dar esos primeros pasos".

Noisey: Al igual que gran parte de tu música, este EP tiene unos toques de electrónica oscura; todo el mundo piensa en Pussy Riot como en una banda de punk, pero siempre has hecho música que no encaja con lo que tradicionalmente hemos asociado a una banda de punk rock. Para ti, ¿es más una cuestión de actitud?
Nadya Tolokno: Esa es la cuestión, ¡no debería haber tradición en el punk! El punk siempre fue en contra de las tradiciones y ahora parece que alguien esté intentando inventar una definición para punk. No es de recibo.

Exacto, porque el punk se basa en la rebelión.
Bueno, ¡sí! Yo no voy a definir lo que tiene que ser el punk, pero estamos intentando entender lo que será el punk ahora en el 2016. Me flipa el punk antiguo y me inspira, pero creo que el punk debería redefinirse constantemente, igual que el punk redefine todo lo que hay a su alrededor.

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Tiene sentido, si se estanca no llevará a ningún cambio.
Sí, tienes que trabajar en tu lenguaje, si no acabarás como Putin, que no hace más que mirar hacia el pasado y pensar: 'Oh, se estaba tan bien en la USSR', y ahora vamos a restaurarla. No quiero tener ese tipo de retórica. No quiero restaurar. Adoro lo que pasó en el pasado, pero quiero construir un futuro.

Es como esa frase, "Make America Great Again", mirar hacia el pasado puede ser algo muy peligroso.
Es peligroso y a menudo no funciona muy bien en el caso de la política. Mira lo que está pasando ahora en Crimea. Los votantes de Crimea votaron unirse a Rusia en el referéndum y la gente cree que algo va a cambiar y que volverán a la USSR y todo irá bien, pero no va a funcionar porque nuestros políticos nunca tienen un plan real sobre qué hacer con esta parte del país. No supieron qué hacer con Crimea. Por eso se les cortó la electricidad y Crimea permaneció sin calefacción durante unos meses de invierno. Ahora la gente está cabreada, no pueden hacer nada para mantener una buena vida. Es algo tradicional, cuando los políticos hablan sobre el pasado significa que no hay ningún plan real para el futuro.

Ahora estás en Moscú, ¿no?
Ahora mismo estoy en Los Ángeles, pero por lo general estoy en Moscú y a veces ando por LA porque trabajo con gente aquí y en Nueva York. ¡Viajo mucho!

¿Tienes problemas para viajar a causa de tus antecedentes? Sobre todo al entrar y salir de Rusia…
No es difícil, lo único que podría pasarme es que me arrestaran. A veces los agentes que trabajan en la frontera hacen una llamada para comprobar si pueden dejarme pasar, comprueban si hay alguna causa penal contra mí, porque si la hay me pueden detener en la frontera. Básicamente, ese es el único problema que podría encontrarme [risas].

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Nada grave, ¡una detención más! Ahora llevas libre unos tres años. ¿Con qué te quedas del tiempo que pasaste en la cárcel?
Fue una buena… fue duro, pero fue una muy buena experiencia para construir una voluntad firme. Es curioso pero ahora creo que me ayudó a gestionar mejor el tiempo en mi vida. Sé que en Estados Unidos hay mucha gente que lee libros sobre la gestión del tiempo, pero quizás les iría mejor pasar algo de tiempo en la cárcel, ahí dejarían de tener problemas para gestionar su tiempo. No puedes hacer lo que quieres hacer y cuando te sueltan valoras cada minuto de tu tiempo. No tienes la opción de estar deprimido o algo así. Obviamente hay momentos en los que me vengo abajo, pero creo que la experiencia me ayudó a superar todo eso bastante rápido porque hago comparaciones. Siempre está bien tener algo para compararlo.

Está claro que la reforma penitenciaria es algo que te toca muy de cerca. ¿Qué es lo que te gustaría ver en el sistema penitenciario ruso?
En primer lugar, me gustaría acabar con el sistema de trabajo esclavo. Creo que debemos acabar con eso porque por ley puedes privar a los presidiarios de su libertad pero no tienes por qué hacerlos trabajar como esclavos. No forma parte del trato ni de la ley. Pero el hecho es que sucede, lo cual es algo criminal, en mi opinión. Se nos ocurrió crear una ley en Rusia para que la jornada de trabajo en la cárcel no durara más de ocho horas, pero a mí me gustaría acabar con el trabajo en la cárcel de una vez por todas, porque creo que las personas deberían tener tiempo para leer libros y comunicarse con otra gente y crecer, pensar en sus vidas. Lo ideal sería acabar con todo el sistema por completo, pero se nos ocurrió la idea de reducir la jornada laboral a ocho horas al día. Ahora mismo, mientras yo estuve en la cárcel se trabajaba dieciséis horas al día. Obviamente la ley para reducir la jornada de trabajo no fue aceptada. Estamos intentando ayudar a unas personas en particular. Ahora mismo, tenemos más de dos docenas de casos en el tribunal europeo de derechos humanos, y queremos que el gobierno pague una multa a los que sufren en la cárcel por no concederles una reducción por haber trabajado más de lo que deberían.

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En Estados Unidos tenemos una situación muy parecida, por eso ahora mismo hay una gran huelga en la cárcel para protestar contra ese sistema de trabajo esclavo. No hay tanta diferencia entre Rusia y América.
No la hay. Por eso creo de verdad que Donald Trump no será nombrado presidente. Porque está claro que no hará nada para ayudar a mejorar eso, sino que hará que empeore. Sé que Obama empezó el proceso y se está moviendo algo por ahí. Obama se fijó en este asunto y hubo una portada en el Economist sobre el problema del complejo industrial penitenciario. Pero si Trump es nombrado presidente los avances se detendrán desde el primer día de su presidencia de mierda.

¿Qué tipo de paralelismos ves entre él y Putin? Porque está claro que Donald Trump es un gran seguidor de Putin, aunque intente dar a entender lo contrario.
Los dos son populistas, los dos juegan con el odio y ninguno de los dos tiene un plan claro de lo que quiere hacer. Todo lo que hacen es utilizar la rabia que la gente lleva dentro, la furia política. No tienen perspectiva. Para Putin lo único que hay en la vida es el dinero. Quiere robar al pueblo ruso y quedarse con el dinero de la industria del petróleo y del gas. En realidad no cree en nada. A veces dice que cree en la propaganda antigay y en la política conservadora, pero en realidad no es así, solo quiere tener la oportunidad de quedarse con el dinero de toda esta gente, eso es todo. Trump tampoco sabe qué es lo que quiere hacer con su país, y esa es la primera cosa que tienen en común. Otra de las cosas que tienen en común son las mujeres. Putin nunca intentó esconderlo; dijo públicamente a una mujer intérprete: 'Tu primer objetivo en la vida es dar a luz. ¿Por qué estás trabajando? Por naturaleza no se supone que tengas que hacer esto'. Creo que es asqueroso. El hecho de que eso esté pasando ahora en Estados Unidos, ese nivel de debate político que Trump empezó, es inaceptable y espero que acabe pronto.

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Parece que ha sacado a la luz toda esa gente que cree de verdad en esa mierda. Creo que esa gente no va a desaparecer aunque pierda.
Lo bueno de todo eso es que ha quedado expuesto. Fue muy doloroso verlo, pero a veces es bueno saber que te han herido, porque así tienes la oportunidad de arreglarlo. Creo que podemos superarlo, solo tenemos que dar los primeros pasos. No tenemos igualdad de género, hace solo 100 años que nos concedieron el derecho a voto y a mí me da la sensación de que mucha gente, sobre todo en occidente, cree que en los 60 y los 70 ya lo consiguió todo. Se consiguieron muchas cosas pero no todo. No podemos cambiar la historia. Las mujeres han estado oprimidas durante miles de años y eso no se puede cambiar en varias decenas de años ni incluso en 100 años. Tenemos que trabajar en ello. Todos nuestros pintores y músicos son hombres. Tenemos que reconstruir esa historia, tenemos que hacer ese trabajo para que la historia de las mujeres tome fuerza. Tenemos que reescribir la historia de las mujeres para demostrar que hubo mujeres pintoras, intérpretes y políticas. Tenemos que comunicárselo a todo el mundo.

¿Cómo crees que podemos conseguir que más mujeres participen para hacer estos cambios realidad?
Creo que Trump contribuyó a que muchas mujeres se dieran cuenta de que todavía hay un gran problema, porque él lo llevó a un nivel político. Seguramente muchas mujeres creyeron que era un discurso de hombres y era aceptable, pero muchas otras mujeres cuando le oyen hablar se cabrean y creen que no es aceptable. Quieren luchar por sus derechos y creo que eso es algo positivo. Espero que tenga alguna influencia sobre todas esas mujeres que están furiosas y espero que esas mujeres participen en las próximas elecciones. Puede que no te guste Hillary Clinton, pero cada vez que votas contra Trump estás votando contra esa sociedad, lo que creo que es muy importante.

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Desde que detuvieron a Pussy Riot he escuchado la palabra "pussy" (coño) muy a menudo en las noticias. Creo que esa palabra en particular fue la razón por la que la gente se sintió tan ofendida y horrorizada. ¿Por qué crees que es una palabra tan poderosa?
Creo que el contexto también tiene algo que ver. La palabra "pussy" puede ser fuerte y puede tener poder. El contexto en el que la utilizó Trump era claramente un contexto misógino y patriarcal tradicional, por eso la gente se cabreó tanto. ¿Por qué tiene tanta fuerza? No lo sé, la gente no está muy acostumbrada a hablar sobre los genitales femeninos. Habría que hablar más sobre vaginas y coños, pero en un contexto positivo y no en el de Trump. Eso es lo que estamos intentando hacer con Pussy Riot y el vagina power. Lo que tenemos que hacer es retomar, tenemos que recuperar nuestras palabras. Queer fue una palabra negativa en un principio, pero ahora nos sentimos orgullosos de definirnos como queer y lo mismo debería suceder con pussy, porque el coño es la nueva polla.

¿Crees que la masculinidad tóxica influye en el auge de Donald Trump y también en la popularidad de Putin? Ambos recurren a esa imagen de macho y hombre de poder y hay gente que se lo traga.
A mí es algo que se me escapa, porque no le veo el atractivo por ningún lado, y es un gran problema. Ya hemos hablado sobre ello, sobre la epidemia del descontento femenino. Muchas mujeres quieren ser independientes pero no quieren tragarse toda esa mierda machista, así que se encuentran con que no tienen muchos hombres a su alrededor que puedan sentirse atraídos por mujeres fuertes e independientes y se crea un descontento. Así que estamos a punto de empezar un partido político llamado Dissatisfied Pussies (Coños Descontentos). No encuentro esa imagen muy atractiva; sé que para muchas mujeres en Rusia Putin es un tipo atractivo, pero para mí no lo es, para nada.

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Me flipa la frase: "Mi presidente substituyó su polla por un misil ICBM". Es una forma prefecta de describir cómo ese tipo de hombres quieren follarse al mundo y apoderarse de él.
Hace un año, en primavera, me monté sobre una polla ICBM durante la cabalgata del orgullo gay en Toronto. Construimos una enooooorme polla con forma de ICBM para el orgullo gay [risas].

Estoy segura de que a Putin le habría encantado. Hablando de los problemas de la comunidad LGBTQ, ¿cómo es la situación en Rusia ahora mismo? ¿Han mejorado las cosas o van a peor?
Por desgracia no están mejorando. La ley contra la propaganda homosexual hizo estallar una ola de homofobia. Nadie entendía muy bien su significado, pero el daño que ha causado esta ley es muy grande porque no era solo una ley contra la propaganda homosexual, sino que juntaron la homosexualidad y la pedofilia en la misma ley. Mucha gente que hasta ahora no se había parado a pensar mucho en la homosexualidad, ahora la asocian a la pedofilia. Es obvio que es ley no hace ningún favor a la comunidad LGBTQ de Rusia.

Es una de esas leyes que nos parecen ridículas hasta que nos damos cuenta de que están afectando de verdad a la gente en el mundo real, como esa ley antiblasfemia que os trajo tantos problemas, las leyes que parecen vagas se manipulan para oprimir a la gente según ciertos intereses.
En realidad esa ley antiblasfemia no existía, la hicieron por nosotras [risas]. La hicieron por nosotras porque tras ocho meses nuestras protestas empezaron a ganar relevancia a nivel mundial, así que decidieron protegerse y sacar esta ley. Pero cuando nos detuvieron y demandaron lo hicieron por otra ley. Ahora mismo hay un chaval de 22 años que se metió en la iglesia a jugar a Pokemon Go y ha sido arrestado, ¡lo han metido en la cárcel por jugar al puto Pokemon Go en la iglesia! Fue un gran escándalo en Rusia. Después de dos semanas lo tuvieron que soltar y ponerlo en arresto domiciliario, así que ahora mismo está en esa situación, lo que no es una situación ideal, y todavía tiene que enfrentarse a cinco años de cárcel por jugar a Pokemon Go. Pasó dos semanas en la cárcel y todavía está por ver si tendrá que pasar más tiempo en prisión.

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Esa misma ley es la que utilizan extremistasreligiosos ortodoxos, como Dmitry Enteo, para cancelar conciertos de heavymetal, ¿has oído algo de eso?
¿Sabes lo que le pasó a Marilyn Manson? ¡Cancelaron su concierto! [Enteo] es un tío joven que está muy chalado, una vez intentó invitarme a tomar un té con él y le dije, "No, no, no" [risas]. Creo que se sintió inspirado por nuestras acciones y lo que estábamos intentando hacer, ellos tratan de hacer lo mismo pero desde un ángulo político distinto. Su problema es que no pillan que nosotras nunca hemos sido violentas, y ellos van y destrozan exposiciones de arte, lo hacen mucho.

A pesar de todo ello, no solemos pensar en Rusia como en un lugar súper religioso; está claro que la iglesia ortodoxa constituye una parte importante de vuestra historia, aunque fuera suprimida durante los años comunistas. ¿Qué importancia tienen la religión ahora mismo en Rusia?
Los rusos están hechos un lío con sus vidas. Ya no saben qué pensar. Imagínate cómo es que pasen tantas cosas en tan solo cien años. Hemos estado bajo el régimen del zar, luego tuvimos a los bolcheviques, luego vino un tiempo liberal —esa economía liberal de mierda, que tampoco nos fue muy bien— y luego vino Putin. Mucha gente de nuestro país tuvo que pasar por lecciones de ateísmo y los religiosos fueron perseguidos. Mucha gente acabó en la cárcel porque quería creer en Dios. Lo habían decidido por ellos mismos y pensaron: "Que les jodan, queremos ser nosotros quienes controlemos nuestras vidas privadas". Por desgracia, la gente cree en la televisión. Tratan de comprender lo que pasa en el mundo, intentan pillar la información y creen más o menos todo lo que ven en la tele. En la televisión rusa hubo una gran propaganda contra nosotras. No dijeron que estábamos manifestándonos contra Putin sino que dijeron a todos los ciudadanos rusos que nos estábamos manifestando contra la religión y los valores tradicionales rusos, lo cual es falso. Nuestro objetivo principal era nuestro querido presidente Putin. Hubo mucha desinformación. Cada vez que intentaba hablar con la gente que estaba en contra de nosotras y contra mí personalmente, al cabo de una hora o media hora, cuando les habíamos explicado de qué iba la cosa, nos decían '¡Ah!' No sabían que la cosa iba sobre Putin, porque ellos también creen que Putin es un gilipollas, porque saben que sus abuelas no tienen lo que se merecen tener, saben que la educación escolar no es muy buena, eso es lo que piensa mucha gente. Creían que no hay nada que pueda cambiar y cuando nos descubrieron y vieron que estábamos intentando cambiar algo y que lo que queríamos no era destrozar Rusia sino hacerla mejor, nos dijeron: '¡Ah vale! ¡No lo sabíamos! Os odiábamos porque no lo sabíamos'. Lo mismo pasó en Ucrania. Ahora mismo, mucha gente odia Ucrania, pero es el mismo país, hemos estado en el mismo país durante cientos de años y ahora los odian por culpa de los políticos. Yo no podría culparles por eso porque están pasando por una enorme crisis económica y la gente tiene que trabajar en dos o tres trabajos distintos para poder alimentar a sus familias, y no tienen tiempo para salir y fijarse en internet y comprobar los hechos.

Ese es el peligro de la desinformación. Fíjate en Trump, mucha gente no hace más que mirar la tele y no tiene tiempo de salir y leer, así que solo oyen que Obama es musulmán y que Hillary es el diablo y Trump va a hacer maravillas para Estados Unidos.
¿Sabes que muchos rusos piensan que Hillary Clinton nos contrató cuando era la jefa del Departamento de Estado para que acabáramos con Rusia?

¿En serio? ¡No había oído esa!
Luego, cuando conocimos a Hillary, nos dio un ataque de risa porque pensamos que cuando vieran nuestra foto con ella los propagandistas rusos pensarían: 'Por fin han ido a Estados Unidos a recoger su dinero'.'

¡Qué bueno! Volviendo a Trump, me gustaría hablar un poco más sobre el vídeo de "Make America Great Again" y todos los temas que tratas, como la brutalidad policial, racismo, tortura, misoginia, su pelo ridículo. Es una tormenta perfecta de todo lo que está pasando, y es muy interesante ver que alguien que no es americano lo pueda resumir en un vídeo tan genial. ¿De dónde nace tu interés por la política americana? ¿Por qué quieres ayudarnos?
Ante todo, no creo en las fronteras. Creo que vivimos en una sociedad donde el dinero puede moverse de un país a otro muy fácilmente, pero no pasa lo mismo con las personas, ¿por qué? ¿Por qué el dinero tiene unos privilegios que la gente no tiene? Es por eso que no creo en las fronteras. En realidad, las empresas multinacionales fueron las que me enseñaron a no creer en las fronteras, así que estoy esperando a que llegue el día en el que consigamos acabar con ellas [risas]. Trabajé con algunos americanos en algunos de mis proyectos, así que quería hablar sobre lo que ellos quieren hablar, porque no quiero ser esa persona que simplemente se planta y dice a otra gente lo que tiene que hacer. Esa es la idea de la cooperación, intentar escuchar a los demás. Eso es lo que pasó con esta canción, estábamos trabajando con otras canciones que eran más feministas, cosas sobre el género, problemas de la comunidad LGBTQ, y luego me di cuenta de que la gente estaba muy decepcionada con lo que está pasando con el sistema político americano. Creo que en la vida tengo un papel de psicoterapeuta política, así que eso es lo que he hecho. Por eso escribimos esa canción. Pero creo que, incluso si miras el vídeo desde la perspectiva de un ciudadano ruso, afectará directamente a tu vida también, y a las vidas de toda persona que vive en este mundo. Debería importarnos a todos lo que pasa en las elecciones americanas y lo que pasa en los países que tenemos alrededor. Eso es lo que está pasando ahora mismo con la crisis de refugiados, mucha gente no quiere ver lo que ocurre en otros países. La gente se está muriendo y sufriendo allí, pero el resto del mundo no siente la compasión para ayudarles. No creo que sea el camino adecuado para la humanidad. Estamos compartiendo nuestro planeta. Habrá algo grande que nos destruya, nos destruirá Kim Jong Un, perderemos nuestro pasaporte. Nos destruirá la muerte nuclear.

La última vez que te entrevistó Noisey, expresaste tu deseo de trabajar con los refugiados de Calais. ¿Acabaste yendo hasta allí?
No estuve en el campo de refugiados de Calais, Maria [Alyokhina] de Pussy Riot sí que estuvo allí. Yo me reuní con un representante de Calais en el Reino Unido. Cuando hicimos el concierto para Banksy sacamos a refugiados en nuestro vídeo. Intento dar todo el apoyo que puedo a una ONG que tiene un amigo mío en Londres, que se dedica a apoyar a los refugiados y ellos sí que estuvieron en Calais varias veces y construyeron refugios. Lo que he hecho es ayudarles a recaudar fondos para construir los refugios.

Siendo alguien que ha dedicado su vida al activismo político, ¿qué le recomendarías a una persona cualquiera que quiera hacer del mundo un lugar mejor? ¿Cuál crees que es el primer paso que se tiene que dar para el cambio?
Creo que lo que hablamos antes es muy importante, luchar contra la desinformación, leer con atención lo que está pasando, comprobar los hechos y luego tomar tus propias decisiones en base a ello. Tus decisiones no tienen por qué encajar con lo que yo pienso sobre este mundo, pero al menos comprueba los hechos y toma tus propias decisiones. Creo que esa sería mi recomendación.