La historia de la llegada de Alex Ferguson al Manchester United  | ES | Translation

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Alex Ferguson

La historia de la llegada de Alex Ferguson al Manchester United | ES | Translation

Con 13 ligas obtenidas, estadísticamente, Alex Ferguson es el mejor entrenador en la historia del futbol inglés. Ahí, estuvo 29 temporadas.

No recuerdo cuando Alex Ferguson obtuvo el puesto en Manchester United porque en ese entonces tenía seis semanas de nacido y estaba más preocupado por mi nueva existencia fuera del vientre que por el destino de un gigante caído del futbol inglés y su nuevo entrenador.

Pero sí estuve consciente de su salida del club porque para cuando Ferguson renunció al control del United yo tenía 26 años (y bastante acostumbrado a la vida pos-vientre). Creo que esto encapsula a la perfección el período de Ferguson al mando —desde el nacimiento hasta la edad en la que las personas comienzan a preguntarse cuándo vas a independizarte y tener hijos. En otras palabras, los mejores años de mi vida—.

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Para toda una generación de fanáticos del futbol, Ferguson fue el único entrenador que estuvo en el United. Posiblemente, el único hombre que podía pararse en la banca de Old Trafford fue el oriundo de Glasgow de cara rojiza quien tenía una habilidad casi sobrenatural para ganar trofeos. Su reinado comenzó hace 29 años en una semana como esta.

Aunque no soy fan del United, tengo un profundo respeto por las cosas que Ferguson logró en el club. ¿Cómo podría negarlo? Eres más que bienvenido si odias a este hombre por cualquier razón que puedas expresar en argumentos de cantina (algunos son muy válidos), pero 13 títulos de liga, dos Ligas de Campeones, y una docena más de trofeos importantes son, francamente, algo sorprendente. Si consideras todo esto como algo más que un gran logro deportivo, entonces el futbol te ha dejado completamente demente.

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Ferguson era un hombre experimentado en el mundo de la dirección técnica antes del United. Como entrenador de Aberdeen había ganado la Premier League escocesa tres veces, la Copa en cuatro ocasiones, y la Scottish League Cup una vez. También había llamado la atención al llevar a los 'Dons' a la UEFA Cup Winners, donde venció al Bayern Munich en cuartos de final y a Real Madrid en la final. Después ganaría la Supercopa Europea en 1983, convirtiéndolo en el responsable del único trofeo europeo del club, y con más demanda al sur de la frontera.

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A veces la gente olvida que Fergie también tuvo experiencia internacional en sus días pre-United. Cuando el director técnico de Escocia, John Stein, murió repentinamente en septiembre de 1985, Ferguson tomó las riendas en el partido de clasificación de Escocia rumbo a la Copa del Mundo en contra de Australia. Los escoceses ganaron y avanzaron a las finales en México, pero un pobre desempeño provocó que quedaron eliminados en fase de grupos. Ferguson renunció y se enfocó de nuevo en Aberdeen.

Pero no fue por mucho tiempo. El 6 de noviembre, Ron Atkinson fue despedido como entrenador del Manchester United al terminar en la penúltima posición de la vieja First Division (debemos hacer una pausa para explicar que Ron Atkinson dirigió al Manchester United por más de cinco años, y era querido por muchos fans por su personalidad y futbol ofensivo).

Ferguson heredó un equipo con calidad innegable, aunque se vio inmediatamente preocupado por la cultura de los tragos dentro del club. Su primera tarea fue comenzar a ganar partidos y sacar al United de la zona de descenso. El juego del debut llegó ante el Oxford United (una vez más, tiempo de reflexión: Oxford United en los primeros lugares, por encima de un United amenazado por el descenso).

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El partido se jugó un 8 de noviembre de 1986, de visita en Manor Ground, y no fue un buen arranque para los de Ferguson.

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Guiados por Maurice Evans, Oxford había evitado el descenso en el último día de la campaña 1985-86, al mismo tiempo que ganaron la League Cup. Pero para un club del tamaño del United, no tendrían mayor problema para vencerlos

Un penalti de John Aldridge y un remate de Neil Slatter en los últimos minutos le aseguraron a Oxford una victoria relativamente cómoda (aunque saber qué tan cómodos estaban los jugadores vistiendo playeras patrocinadas por Wang Computers es otra cosa). En la banca abarrotada Ferguson se vio incómodo. Había una buena razón para estarlo: sentado junto a él se encontraba el conductor del camión que había llevado al United a Manor Ground ese día, ya que los anfitriones se habían quedado sin boletos para que se sentara en las gradas. Más de 13,000 fans había ido para ver el juego; ninguno podía imaginarse lo que estaban a punto de atestiguar.

No hay necesidad de recapitular a gran detalle lo que sucedió durante los siguientes 26 años. Después de un inicio para el olvido, finalmente Ferguson ganó su primer trofeo (la FA Cup) con el United en 1990, y después tuvo una fiebre de trofeos, ganando toda presea disponible. La mayoría de las personas lo consideran como uno de los directores técnicos más grandes de la historia del futbol; algunos los clasifican como el número uno de todos los tiempos.

Lo destacable es que el período de Ferguson abarcó diferentes eras del futbol inglés. En 1986 el futbol estaba muy lejos del gigante popular que es hoy en día. Aún se recuperaba del incendio de Heysel y de Bradford City, con el desastre de Hillsborough aún por suceder, eventos que casi acabaron con este deporte en Inglaterra.

Ferguson estuvo ahí cuando la Premier League transformó la liga doméstica en una marca global, en otras palabras una Liga Mundial jugada en tierras inglesas. Los montos de las transferencias se inflaron, los salarios explotaron, y los nombres cambiaron de viejos clásicos mundiales como Frank Stapleton y Arthur Albiston en su primer juego a nombres globales como Chicharito, Shinji Kagawa, y Antonio Valencia.

El logro más grande de Ferguson es difícil de subrayar, pero tal vez podría ser su éxito a lo largo de las eras que otros entrenadores no pudieron tener. Nunca sabremos si Shankly o Busby habrían triunfado en la Premier League de 2013, o si Wenger o Mourinho lo habrían hecho en el panorama futbolístico inglés de los peligrosos ochenta, así que es imposible juzgar objetivamente. Lo que sí sabemos es que Ferguson hizo su trabajo en dos mundos diferentes.

Vale poco la pena discutir si es, o no, el mejor entrenador de todos los tiempos —fue extremadamente exitoso, y su lugar en una lista arbitraria es algo irrelevante—. Pero es grato recordar dónde es que todo comenzó para contextualizar los logros que finalmente alcanzó.