Hablamos de ciencia ficción y literatura musical con Joselo Rangel de Café Tacvba

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En este 2017 Café Tacvba cumple 28 años en el ruedo. Cerca de tres décadas componiendo canciones épicas, regalándonos conciertos apoteósicos y convirtiéndose, con el pasar de los años, en unos obligados para cualquiera que esté interesado en acercarse al rock que se hace en estos lados del mundo. Su nombre es sinónimo de clásicos e ídolos absolutos de la música latina,  de conjunción de identidades. Y quizás debido a esto, por momentos, se nos olvida que sus integrantes han labrado otros caminos paralelos a la música, expandiendo el legado de los Cafeta, y personales, más allá de todas esas canciones que nos sabemos de memoria.

Desde hace muchos años  Rubén ha estado metido de lleno en el activismo ecológico trabajando con organizaciones como PETA, Meme expusó su primera galería fotográfica bautizada Voy i Vuelvo en noviembre del año pasado y Joselo se ha ido haciendo un nombre importante como escritor. De hecho, el guitarrista de la banda ya cuenta con un libro de cuentos de ficción dedicados al rock a sus espaldas titulado One Hit Wonder y tiene una columna semanal llamada CrockNICAS MARCIANAS -que recopiló en otro libro- en la edición web del diario mexicano Excélsior. Un flechazo por la lectura y la escritura que dice, lo agarró incluso antes de tener una guitarra en las manos pero que comenzó a explorar con seriedad apenas en los últimos años.

Su último libro se llama Cuba Stones y es una crónica acerca de su viaje a La Habana para ver el histórico concierto que los Rolling Stones dieron gratuitamente en la isla el 25 de marzo del año pasado. En NOISEY aprovechamos la visita de Joselo a Barranquilla para presentar Cuba Stones en el marco del XI Carnaval Internacional de las Artes para que nos contara sobre sus libros favoritos, la importancia de la nostalgia en su obra y cómo se pueden unir las palabras con el rock & roll.

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NOISEY: ¿Cómo ha sido la experiencia de empezar a escribir historias relacionadas a la música?, ¿qué valor les das?

Joselo Rangel: Es pura invención, pero encuentro en el mundo del rock, y de los músicos, un gran escenario para poder contar pequeñas grandes historias. Hay grandes dramas que acompañan a los músicos, tanto entre ellos como hacia afuera, y eso es lo que ahorita estoy explorando de manera natural. Siempre me ha gustado leer, pero creo que hasta ahora le estoy dando más importancia a esta faceta. Siento que el paso natural ha sido empezar a escribir sobre música y por eso también me invitaron a lo de los Rolling Stones. Esto es una cosa de tiempo y, como quiero seguir escribiendo, ando trabajando en una novela, más cuentos y me están invitando a otros proyectos editoriales.

Eres el autor de temas tan conocidos como "María", "El baile y el salón" o "Aprovéchate" y a la vez ya llevas esta experiencia en la escritura donde has llegado a publicar libros completos. ¿Cuál dirías que es la diferencia entre escribir música y escribir de música?

Percibo que las canciones vienen más de sentimientos. Un sentimiento que quieres expresar y no tienes otra manera diferente de hacerlo que con música. Yo aprendí a tocar la guitarra para escribir canciones. Mis ídolos no son guitarristas de grandes solos, o que tocan muy rápido, sino los compositores. Siempre las letras han estado ahí, pero sí siento que las canciones vienen más de adentro. Las crónicas que escribo en el periódico son más de reflexión y los cuentos ya son pura fantasía, de hecho, hay muchos que son más por el puro divertimento. Lo que quiero es pasarla bien escribiendo y he visto que mis lectores también se divierten, lo cual desde chido. Me parece que es de lo más importante a la hora de acercarse a un texto. Nunca he querido pensar en la literatura como algo serio o "importante", es todo lo contrario, lo que me llama la atención es la parte lúdica.

¿Dirías que fuiste primero escritor o músico?

Lo primero que me interesó fueron los libros, pero no escribía. A los diez años intenté hacer cuentos mas nunca hice nada con eso. Lo único que me interesaba era leer, leer y leer. Luego llegó el rock & roll y me dediqué de lleno a tocar la guitarra y esta es la hora en la que estoy retomando ese amor. Nunca dejé de leer y creo que eso es lo más importante porque mi escuela como escritor es ser un gran lector.

¿Cuales fueron los libros que te iniciaron en todo este mundo?, ¿qué te gusta?

Empecé leyendo ciencia ficción desde muy chico, pero lo fui dejando porque había autores que me funcionaban solo de pequeño. Hay otros con los que me quedé y creo que fueron los que me marcaron hasta el día de hoy. Cuando  los leía no eran tan conocidos, pero hoy en día están teniendo un revival muy fuerte, que son por ejemplo Philip K. Dick que es este autor de ciencia ficción cuyas historias tienen que ver con diferentes realidades y formas de ver el mundo. Cualquier libro de K. Dick que consigan es buenísimo, por ejemplo El hombre en el castillo. Otro es Kurt Vonnegut que tiene esta gran novela que se llama Matadero 5. Él salió de la ciencia ficción pero empezó a escribir otro tipo de novelas y es un gran escritor. Le tocó la época hippie en los sesenta y fue un autor muy leído en esa etapa.

¿Escuchas música mientras lees?

Antes lo hacía y ahora ya no. Hago una sola cosa a la vez porque quiero tener conciencia plena de lo que leo, poner más atención.

Tanto en tus canciones como en tus textos, siempre está este tema de la nostalgia, de sentirte atraído por las vivencias pasadas. ¿Qué papel juega esto en tus procesos creativos en general?

Hay cosas que ni siquiera me doy cuenta. Ahorita que me lo dices pues sí jaja, realmente es algo que no percibo, pero sin duda soy una persona nostálgica y que encuentra en el tiempo pasado algo que ya no está. A veces quiero vivir en el momento presente pero no lo logro. Recurro mucho a mi mente, a esas ideas de la nostalgia y eso se refleja en todo mi trabajo, tanto en las canciones como en los textos.

Así como en Café Tacvba tu tienes el proyecto alterno de la escritura, Meme ha incursionado en la fotografía y Rubén en el activismo. ¿Cómo se reúnen todas esas identidades artísticas desligadas del grupo cada vez que se vuelven a reunir para tocar?

Nos ayuda muchísimo tener nuestros propios proyectos alternos. Primero nos alivia de toda esta convivencia que tenemos porque bueno, este año vamos a cumplir 28 años como banda y hay que buscar maneras para renovar todo. Cada quién tiene sus propios proyectos y a la hora de juntarnos es mucho más sencillo, porque ya descansamos del otro y tenemos ganas de vernos y trabajar. Sabemos que juntos creamos algo interesante tanto para nosotros como para el público y por eso nos volvemos a juntar. Lo que más nos preocupa siempre es mantener al grupo sano y, aunque haya gente que ha dicho que estos proyectos a lo mejor lo que hacen es dañar a la banda, nos hemos dado cuenta que es al contrario, le dan fuerza. Uno aprende con estos proyectos internos y cuando regresamos al grupo traemos todas esas enseñanzas y formas nuevas de ver las cosas. Varios meses del año pasado estuvimos trabajando en canciones y fue evidente que nos ayudó tener proyectos alternos, porque nos sentimos renovados y las canciones que van a salir en abril tienen energía, alma y algo nuevo.

¿Será que al rock & roll necesita o le hace falta literatura?

Pues no tanto. Conozco compositores que no han leído un libro en su vida y que tienen grandes canciones. No creo que se necesite de literatura para hacer una gran canción, pero a otros les haría mucho bien jajaja. La literatura siempre abre la mente y hay libros que busco porque me hacen ver la vida de una manera distinta. Si un libro te lleva a hacer una canción ya es impresionante, porque te brinda muchas nuevas visiones. En definitiva la respuesta es que en algunos casos sí y en otros no.