Una guía básica de los nootrópicos

Steve Cronin empieza cada mañana con 15 minutos de meditación de atención plena. El té del desayuno lo adereza con un poco de mantequilla orgánica sin sal, aceite de TCM y aceite orgánico de coco. Esta rutina la complementa con un régimen rotativo de drogas inteligentes o «nootrópicos» que él mismo prepara y encapsula.

Pero de vez en cuando, Cronin cambia sus hábitos para crear un nuevo vídeo en su cada vez más popular canal de YouTube. La experimentación, la observación minuciosa y la documentación de la experiencia son importantes para el futuro de la comunidad nootrópica.

Cronin ha experimentado con drogas inteligentes desde que tenía 19 años y sufrió una misteriosa enfermedad que ningún médico supo identificar y que posteriormente se diagnosticó como enfermedad crónica de Lyme. Hoy, a los 27 años, Cronin calcula que ha probado cerca de 40 tipos distintos de nootrópicos.

«Mi público busca información que le ayude a tomar decisiones acertadas respecto al consumo de nootrópicos», explicó en un email a Motherboard. «Quiero ser un experto en el aspecto informativo y soy muy responsable con el consumo, de forma que pueda ofrecer a la comunidad experiencias subjetivas que les ayuden a la hora de decidir».

***

El concepto de «biopiratería» se ha convertido en un término paraguas bajo el que se engloban muchas prácticas, desde la de implantar chips RFID en la mano hasta la experimentación con nuevas sustancias que alteran el cerebro.

Las llamadas «drogas inteligentes» también se conocen como nootrópicos. La acuñación del término se atribuye al psicólogo y químico C. C. Giurgea. Procede del griego nous, o «mente», y tropos, que significa «cambio» o «giro». Giurgea sintetizó su primera droga inteligente, el piracetam, n 1964. Pese a que admitía no conocer su mecanismo, creía que potenciaba el rendimiento del cerebro y, a partir de ahí, empezó a indagar el concepto de los nootrópicos.

«Una droga nootrópica se caracteriza por la activación funcional directa de los mecanismos cerebrales integradores que propicia un mayor control cortical, la selectividad funcional telencefálica y una mayor eficiencia en la recuperación de la actividad nerviosa superior deficiente», escribió en 1982.

Mediante estas drogas, Giurgea esperaba poder potenciar la cognición, contrarrestar los efectos del envejecimiento, ayudar a los niños con trastornos en el habla y tratar el estrés postraumático.

«La línea de investigación de los nootrópicos se ha dividido en múltiples facetas para obtener un conocimiento más profundo, desde el punto de vista neuroquímico y neuropsicológico, de la forma de actuar de los nootrópicos», escribió, «con el fin de definir de forma más clara su perfil diferencial clínico, aumentar el abanico de los nootrópicos incluyendo otros fármacos ya existentes relacionados clínica o farmacológicamente con el pircetam, y para hallar agentes nootrópicos nuevos, más potentes y posiblemente más selectivos».

Los nootrópicos no funcionan de un único modo, pues existe una amplia variedad de tipos. Algunos, como la L-teanina, se usan simplemente como suplementos de venta sin receta, mientras que otros, como el Adderall, están sometidos a estrictos controles en ciertos países.

Cada vez son más las personas interesadas en los nootrópicos. Las razones de ello son muy diversas, desde la película

Limitless

(y su posterior adaptación televisiva) al aumento de foros de subreddit dedicados a estas sustancias. A las empresas no les ha pasado inadvertida esta popularidad y muchos distribuidores han aprovechado el tirón para comercializar nootrópicos. Teniendo en cuenta que los fármacos que se venden de forma legal como potenciadores cognitivos son muy pocos, no resulta fácil saber cuántos tipos de nootrópicos existen en el mercado. El sitio web especializado Nootriment enumera más de

120 fármacos distintos

, mientras que el subreddit r/nootropics contiene un

índice de búsqueda

con más de 200 productos con posibles efectos sobre el conocimiento.

El cóctel de nootrópicos de Cronin consiste en una mezcla de colina y Aniracetam, un compuesto con cualidades antidepresivas, tomadas en días alternos. «En teoría, ambos fármacos producen un neurotransmisor llamado acetilcolina, que muchos aseguran que influye en la capacidad de concentración mejorándola», explica.

Según Cronin, la alternancia en el consumo es un elemento clave, en caso de que un consumidor experimente algunos de los posibles efectos secundarios de estos fármacos. Si bien no son graves, ciertos síntomas como el dolor de cabeza podrían anular la eficacia de fármacos como el Modafinil, cuyos efectos sobre la concentración y la motivación son una décima parte de los de Adderall, pero con menos efectos secundarios, explica Cronin.

Además de hacer ejercicio y llevar una dieta con poco aporte de hidratos de carbono, Cronin ingiere una dosis considerable de magnesio antes de irse a la cama, ya que asegura que le produce un efecto relajante.

***

Cronin enfermó pro primera vez en 2007. Durante meses, la enfermedad se manifestó de diversas formas, desde síntomas cognitivos de gravedad hasta dolores ocasionales por todo el cuerpo.

«Me consumía toda la energía cerebral», explica. «Iba siempre como sumido en una bruma. Me sentía fatigado, desapegado de la realidad, confundido y olvidadizo. También sufría problemas con la percepción del tiempo, dolores de cabeza a diarios y pinchazos detrás de los ojos y en la frente».

Cronin explica a Motherboard que tuvo que visitar a varios médicos hasta que logró que le ofrecieran un diagnóstico preciso: enfermedad crónica de Lyme. La enfermedad de Lyme es una infección bacteriana que suele contagiarse a los humanos por la picadura de las garrapatas. Presenta una sintomatología muy extensa, como parálisis facial temporal, entumecimiento o debilidad, problemas de memoria, afectaciones cardiacas, hepatitis y algunos otros.

Según la International Lyme and Associated Diseases Society, esta enfermedad surge como consecuencia de una falta de tratamiento o un mal diagnóstico en las fases iniciales.

Esta experiencia enseñó a Cronin que los médicos no son «todopoderosos y omnisapientes poseedores de un título universitario».

Tras varios tratamientos intensivos con antibióticos, los médicos aseguraron a Cronin que estaba al 80 por ciento de encontrarse en perfecto estado de salud. ¿Qué pasaba con ese 20 por ciento? Él seguía sintiéndose lento mentalmente y las noticias de los profesionales no eran muy alentadoras. «Lo siento, es como va a ser, para siempre… o al menos hasta que avancemos más en la investigación», dijo Cronin parafraseando al equipo médico.

Avanzamos hasta 2015. Cronin acabó un máster en Psicología Transpersonal en la Universidad de Naropa. Esta disciplina es una rama de la psicología evolutiva centrada en la jerarquía de necesidades de Maslow, en concreto en la cúspide de la pirámide: la realización personal.

En palabras de Maslow, la realización personal encierra el concepto de que «un individuo debe hacer lo que puede» en todos los aspectos de su vida y utilizar hasta el último ápice de su potencial.

Para Cronin, esta afirmación implicaba el consumo de drogas inteligentes.

***

La mayoría de los vídeos de Cronin están grabados en su casa, que hace un mes pasó a estar en Nueva York. Pero la mudanza no ha alterado sustancialmente sus vídeos: el despacho que se ve al fondo es algo distinto, pero Cronin sigue empezando cada publicación con una enérgica introducción, mirando directamente a cámara, que suele ir acompañada de mucha gesticulación. Habla con el aplomo y la elocuencia de un vendedor de teletienda y con la pasión de un predicador, pero siempre resulta convincente. En ningún momento pierde credibilidad, aunque esté hablando de la «bebida a base de hongo changa» o de la teoría integral.

Los nootrópicos se comercializan como suplementos dietéticos, por lo que no han sido evaluados por la Food and Drug Administration. Esta falta de control por parte de la FDA implica que no hay muchas formas legales de evitar que se engañe o induzca a error a los consumidores. Un portavoz de la FDA explicó a Motherboard que, según la ley de salud y educación sobre suplementos dietéticos de 1994, las empresas son las únicas responsables de evaluar la seguridad de sus productos, así como de las afirmaciones que se hagan sobre los efectos en el cuerpo humano.

La FDA únicamente retira del mercado suplementos dietéticos si se ha podido establecer que estos «han sido adulterados (es decir, no son seguros) o mal etiquetados (la etiqueta es falsa o puede dar lugar a confusiones) o no se han elaborado siguiendo unas prácticas adecuadas de fabricación».

Es precisamente la falta de supervisión lo que pretende suplir Cronin con sus vídeos de opinión, que han ayudado a muchos principiantes a abrirse camino en el mundo de los nootrópicos. Cronin suele interactuar con sus seguidores a través de los comentarios de sus vídeos, en los puede encontrarse desde preguntas detalladas sobre algún fármaco específico hasta mensajes de felicitación por sus presentaciones.

Siempre me ha interesado la posibilidad de potenciar la mente humana, ya sea mejorando la concentración, la productividad o la capacidad de la mente en general», explicó Zach, estudiante de ciencias de la informática de la Oregon State University que acaba de descubrir los nootrópicos.

Zach quería mantenerse apartado de sustancias como el Adderall y sus efectos negativos, y en su búsqueda de alternativas dio con el canal de YouTube de Steve Cronin. «El entusiasmo y el grado de compromiso de Steve es lo que me mantiene enganchado a sus vídeos. Además, es muy informativo y resulta de mucha ayuda».

Zach también estaba impresionado por la oratoria de Steve, sobre todo porque considera que no se limita a escupir datos. «Es muy importante para hacerse una idea genérica de las drogas inteligentes y su eficacia».

Después de seis meses y más de 100 vídeos, el número de suscriptores de Cronin pasó de varios cientos a más de 2.700. Actualmente ronda los 3.000. Puede que no parezca una cifra tan impresionante, pero da una idea de lo activa que es la pequeña comunidad de aficionados a los nootrópicos. De hecho, Cronin ha adquirido tanta popularidad que los fabricantes le envían sus productos con la esperanza de que publique alguna crítica positiva.

Sin embargo, no todas las experiencias de Cronin han sido positivas. En una ocasión tomó una droga inteligente llamada Noopept, de la que se decía que mejoraba la memoria a corto plazo, pero el efecto fue precisamente el contrario.

«Durante un periodo de aproximadamente dos horas, el fármaco afectó enormemente a mi memoria a corto plazo, hasta el extremo de no ser capaz de recordar lo que había hecho hacía 60 segundos», explicó. «No podía recordar ni las cosas más sencillas, como haber comido o cerrado la puerta con llave».

«Hay tal variedad de drogas inteligentes con tantos efectos distintos que es casi una lotería saber si te van a ser o no de ayuda», añadió.

Pese a todo, Cronin sigue pensando que las ventajas superan a los inconvenientes, y cree que es importante mostrar ambas caras de la moneda en sus vídeos. Por el momento, su canal es una de las pocas formas de obtener información sobre los nootrópicos para posibles consumidores.

***

La pregunta de si realmente funcionan los nootrópicos y de qué forma sigue estando abierta.

Hoy por hoy, el mejor recurso informativo para los aficionados es el boca-oreja –o la «ciencia colectiva», como la denomina Cronin-. Por su propia experiencia y las conversaciones con otros miembros de la comunidad en conferencias, Cronin está convencido de que los efectos de estas sustancias son reales.

«El concepto de ciencia colectiva, en mi opinión, ayudará a identificar los mejores nootrópicos para iniciarse y constituyen un testimonio más intenso e inmediato que muchos estudios científicos», dijo.

La Dra. Martha J. Farah, directora del Centro para la Neurociencia y la Sociedad de la Universidad de Pennsylvania, es una de las pocas investigadoras del campo de la «neuroética», abreviatura de lo que ella denomina «las implicaciones éticas, jurídicas y sociales de la neurociencia».

En un artículo reciente publicado en la revista Sciencie, Farah se lamenta de la falta de trabajo de investigación sobre el mejoramiento cognitivo y los nootrópicos. «La mayor parte de los estudios sobre la efectividad del mejoramiento se han realizado sobre muestras de población muy reducidas –que rara vez superaban los 50 sujetos-, lo cual limita su potencial», escribió. «El único ensayo a gran escala es el que realizan los consumidores por su cuenta, si bien no está controlado ni existe ningún tipo de seguimiento sobre él».

Farah también señaló que los nootrópicos pueden afectar a cada individuo de formas muy distintas. «Los efectos potenciadores pueden variar en eficacia en función de los rasgos biológicos y psicológicos del consumidor, lo que dificulta los intentos por entender el verdadero potencial de estas tecnologías», agregó.

Uno de los fármacos favoritos de Cronin es el Modafinil, que podría compararse con la pastilla ficticia que aparece en Limitless. El Modafinil está regulado por la FDA y cuenta con el apoyo de diversos estudios positivos, aunque no concluyentes.

Respecto a la posibilidad de que las drogas inteligentes generen el estado de conciencia superior que aparece en la película, Cronin se muestra escéptico. «No conozco el caso de nadie que haya conseguido ganar cientos de miles de dólares al día por estar bajo los efectos de un fármaco», asegura. «Eso es más propio de la ciencia ficción y los reinos de la fantasía».

Lit Up es una serie que explora la intensificación –y el embotamiento- del sentido de la percepción. Síguela aquí.

Traducción por Mario Abad.