The Roots of chicha (Barbès Records, 2007) fue un CD bastante popular años atrás. Las personas que disfrutaban de la cumbia, gracias a esta compilación procedente de los Estados Unidos, donde vienen grupos como Los Hijos del Quinto Sol, Eusebio y su Banjo, Los Destellos, entre otros artistas peruanos, escucharon –tal vez por primera vez– cómo se interpreta la verdadera cumbia en este país sudamericano.
Los Mirlos, también conocidos como “Los Charapas de Oro”, sobresalían dentro de todo el sabor vertido en este álbum que tuvo su segunda parte tres años después, en 2010. A partir de ese momento, de ese resurgimiento de la cumbia peruana, Los Mirlos –en esencia– son y representan por completo a la música tropical hecha en Perú: ese sonido psicodélico –para mariguanos– surgido a finales de los sesenta en Moyobamba, una zona llena de naturaleza donde el canto de un ave negra llamada mirlo, inteligente y popular de la jungla, inspiró a Jorge Rodríguez para que estuviera al frente de esta agrupación. Las canciones de Los Mirlos desde un principio destacaban de la cumbia convencional que se venía haciendo en otras partes del continente. Hasta el día de hoy la guitarra característica de estas leyendas, interpretada por Danny Johnston, hace identificarlos muy fácilmente como un proyecto lleno de originalidad; entre el eco repetitivo de un güiro, el compás lento de un bajo, esos arreglos de órgano eléctrico que son etiquetados en la extravagancia más primitiva, junto a la serie de cantos folclóricos y percusiones que brotan de un par de tumbas, un timbal y los bongos. El único cometido de Los Mirlos podría decirse que sólo era conquistar Lima, capital de Perú. Lo lograron. Pero ninguno de sus integrantes se imaginaba que con su propia índole, su raíz vuelta baile y carnaval, iban a terminar siendo alabados en su país entero y toda América Latina, al difundir las costumbres de su región bajo el lema de: “Qué linda es mi selva verde / Qué linda es mi selva bendita / Tierra gigante hermosa…”. En el presente ningún proyecto ligado a la música tropical o de fusión podría negar que Los Mirlos son una gran influencia. En México son artífices de que identifiquemos algunas cumbias sonideras con facilidad, ya sea en alguna estación del Metro, arriba de un microbus, un domingo caminando por cualquier tianguis, o en algún baile organizado en la barriada. Por esa razón seleccionamos algunos de esos temas en la versión original como la sonidera.
Los Mirlos, también conocidos como “Los Charapas de Oro”, sobresalían dentro de todo el sabor vertido en este álbum que tuvo su segunda parte tres años después, en 2010. A partir de ese momento, de ese resurgimiento de la cumbia peruana, Los Mirlos –en esencia– son y representan por completo a la música tropical hecha en Perú: ese sonido psicodélico –para mariguanos– surgido a finales de los sesenta en Moyobamba, una zona llena de naturaleza donde el canto de un ave negra llamada mirlo, inteligente y popular de la jungla, inspiró a Jorge Rodríguez para que estuviera al frente de esta agrupación. Las canciones de Los Mirlos desde un principio destacaban de la cumbia convencional que se venía haciendo en otras partes del continente. Hasta el día de hoy la guitarra característica de estas leyendas, interpretada por Danny Johnston, hace identificarlos muy fácilmente como un proyecto lleno de originalidad; entre el eco repetitivo de un güiro, el compás lento de un bajo, esos arreglos de órgano eléctrico que son etiquetados en la extravagancia más primitiva, junto a la serie de cantos folclóricos y percusiones que brotan de un par de tumbas, un timbal y los bongos. El único cometido de Los Mirlos podría decirse que sólo era conquistar Lima, capital de Perú. Lo lograron. Pero ninguno de sus integrantes se imaginaba que con su propia índole, su raíz vuelta baile y carnaval, iban a terminar siendo alabados en su país entero y toda América Latina, al difundir las costumbres de su región bajo el lema de: “Qué linda es mi selva verde / Qué linda es mi selva bendita / Tierra gigante hermosa…”. En el presente ningún proyecto ligado a la música tropical o de fusión podría negar que Los Mirlos son una gran influencia. En México son artífices de que identifiquemos algunas cumbias sonideras con facilidad, ya sea en alguna estación del Metro, arriba de un microbus, un domingo caminando por cualquier tianguis, o en algún baile organizado en la barriada. Por esa razón seleccionamos algunos de esos temas en la versión original como la sonidera.
Publicidad
Los Mirlos – “La danza de Los Mirlos” (versión original)La Magia Sonidera – “Cumbia de los pajaritos” (versión sonidera)
Es el tema más conocido de Los Mirlos. Fue publicado junto a “El achoradito” en un vinyl de 7 pulgadas que editó Dinsa. Esta cumbia, gracias al movimiento sonidero, comenzó a ser conocida por todos lados como la “Cumbia de los pajaritos”.Los Mirlos – “Eres mentirosa” (versión original)Sonido Sonoramico – “Mentirosa” (versión sonidera)Lanzada también como sencillo, “Eres mentirosa” es una de las canciones más populares de Los Mirlos. En 1980 formó parte de Lo mejor de Los Mirlos, una de varias compilaciones que sacó Infopesa. La versión sonidera es un cumbion rebajado con la característica voz grave, la cual pone a bailar a cualquiera.
Los Mirlos – “Muchachita del oriente” (versión original)Sonido Master – “Muchachita del oriente” (versión sonidera)Esta canción también fue parte de un vinyl de 7 pulgadas junto a la melodía “El curandero”. Infopesa la sacó al mercado en 1979. “Muchachita del oriente”, en versión sonidera, con saludos y más cosas, suena completamente como una cumbia psicodélica para mariguanos.Los Mirlos – “La danza del petrolero” (versión original)Sonido Constelación 82 – “La cumbia del petrolero” (versión sonidera)La melodía venia incluida en Los charapas de oro , segundo material de larga duración que lanzaron Los Mirlos en 1975 con Infopesa. En estilo sonidero esta cumbia es más cadenciosa, más bailable, con más estilo gracias a esa guitarra que sobresale en todo lo que dura.Conéctate con Los Mirlos en: Facebook.