¿Qué pasó con la plataforma de TuBoleta que prometía traer artistas extranjeros "a domicilio"?

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Música

¿Qué pasó con la plataforma de TuBoleta que prometía traer artistas extranjeros "a domicilio"?

Los votos no bastan para que tus bandas favoritas toquen en el país.

Si usted es de los que no se pierde ni uno de los conciertos grandes en el país, es muy probable que en algún punto de su vida haya atravesado la típica crisis del fan al que le gustan mil artistas o bandas que pareciera que nunca se van a dignar a pisar nuestra tierrita. Las mismas personas cuyo ingenuidad los obliga a creerse los pajazos mentales propiciados por el voz a voz y afiches chimbos hechos en Photoshop anunciando la próxima gira de Daft Punk.

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De inocente uno jura que a punta de Hashtags, uniéndose a un grupo de Facebook o firmando una petición en línea el milagrito saldrá de la nada, porque hay otros mil o cien mil ilusos unidos en la plegaria virtual. Y por supuesto hay milagros que se cumplen aún con el paso de los años (diga usted los Stones, U2 o muchos otros) pero es necesario despertar de la idea de que es gracias a ese tipo de plegarias pendejas que se ha logrado.

La idea de traer artistas extranjeros "a domicilio" ya tuvo su primer ensayo a gran escala en Colombia con Tulostraes, una plataforma que se perfilaba como el gran enlace entre los fans de conciertos internacionales y los promotores. Su idea era poner fin al alto riesgo de perder plata al traer a un artista extranjero por la impredictibilidad de su acogida, la posible ignorancia de los bookers frente al potencial de ciertos nichos quizás más alternativos e incluso de la impotencia de sentir que se estaban desperdiciando oportunidades de negocios por no tener herramientas más participativas con el público.

El único vestigio que queda de Tulostraes.

Cuando se lanzó la iniciativa a mediados de 2014, se buscaba que fuera un espacio donde los fans pudieran votar por todos los artistas extranjeros que les gustaría ver, y trasladar esos votos a cierta cantidad de aportes colectivos para tratar de agendarlos en un plazo de dos meses mientras la plata permanecía protegida en una supervisión fiduciaria.

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La gestión de los toques en Tulostraes (TLT) quería funcionar a través de crowdfunding: el uso de financiamiento colectivo para proyectos/eventos/etc. mediante donaciones en línea (que pueden ser recompensadas o no), bajo la condición de que se cumpla una meta para usar los fondos recolectados.

En el caso de Tulostraes, la recompensa era una boleta de preventa para los donantes que aportaran para cumplir cierto nivel de demanda una vez se anunciaran las negociaciones para traer a un artista muy votado. Su creador, Gabriel Sánchez, concretó a la tiquetera Tuboleta como el socio ideal para un país que en ese año ya disfrutaba de grandes visitas de la escena musical mundial gracias al crecimiento del Estéreo Picnic.

Los fans también podían postular artistas, llenando formularios con el valor que estarían dispuestos a pagar

"Una de las ideas también era que la gente evaluara qué artistas quería ver en el Summerland o el Estéreo Picnic, se habló pero no se hizo porque a los dueños no les interesó. Sí se hizo con una Feria de Cali donde el promotor usó la plataforma para medir la acogida del lineup", le dijo Sánchez a Noisey.

Tulostraes tuvo gran acogida en sus primeros meses con casi 15.000 visitas, pero a la hora de querer armar los eventos hubo varios aspectos que le hicieron zancadilla a la iniciativa. Por ejemplo, no podía existir un criterio conciso de cuántos votos y aportes harían falta para cualquier artista, es decir, no podía existir un estándar fiable porque podía llegar a ser demasiado relativo para cada caso. El mayor obstáculo fue que los artistas de nicho para los que estaba pensado cedieran a la manera en la que la plataforma quería agendarlos:

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"Lo difícil fue que los artistas aceptaran el modelo de Tulostraes, porque en la manera en que funciona la contratación para usted pedirse un artista tiene que pagar un porcentaje de su costo de booking y muy pocos, casi que ninguno, se le midió a darnos una fecha sin que el concierto estuviera confirmado o les hubiéramos dado un pago. Lo más complicado era embarcar a artistas de buen nombre que pudieran servir como casos de éxito", reflexiona Sánchez sobre lo que fue el proyecto.

Las bases de datos de Tulostraes se abarrotaron con las peticiones de grandes nombres como U2, Green Day o los Rolling Stones que eran indicadores dicientes a nivel de demanda pero poco útiles e incluso insignificantes para seducir a las grandes ligas. Ni siquiera los artistas internacionales con alta demanda en la plataforma que sí eran de nicho como The Fools, Mike Snow o varios grupos de K-Pop bastante pedidos podían ser viables para traer en concierto al país por la complejidad de sus agendas.

Tulostraes se cerró en 2015 poco después de que Sánchez dejara el proyecto en manos de Tuboleta, quienes lo archivaron. Antes de su clausura, la plataforma tuvo dos únicos casos de éxito al concretar los conciertos de Ramón Melendi y Tokyo Hotel por la oportuna movilización de sus clubes de fans colombianos cuando estaban de gira en los países vecinos.

"El proyecto por ahora está en 'stand by', porque los objetivos estratégicos de Tuboleta están enfocados hacia otros elementos de la producción de eventos. Igual no lo hemos descartado y creemos que en cualquier momento puede resurgir " aseguró el director de comunicaciones de Tuboleta, Héctor Barrera, quien a su vez indicó que la base de datos aún existe y es utilizada por la tiquetera.

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Irónicamente, fueron incluso más rentables los convenios que Tulostraes adelantó con varios equipos de fútbol local como el DIM y el Junior vendiendo abonos baratos con financiación colectiva que gestionando conciertos internacionales. Sin embargo, gracias a la trayectoria fugaz de este proyecto se logró traer dos artistas por medio de una plataforma crowdfunding especializada en conciertos, algo que solo se había intentado antes en Brasil (Queremos!) y México (Bandtastic) en la región. Solo el portal brasileño sigue operando en Latinoamérica.

En definitiva, lo valioso de la experiencia de Tulostraes es entender que concretar uno de esos conciertos de ensueño depende de cosas más complejas que reunir muchos votos en las redes sociales, e incluso de que todo un club de fans esté dispuesto a depositar la plata de la boleta dos meses antes. La dinámica del booking internacional es compleja incluso para los artistas que no son propiamente mainstream, y aunque los promotores en Colombia tienen acceso a estos estudios de mercado que pueden parecer contundentes, convencer a los artistas y a sus equipos de management es un cuento muy distinto y bastante improbable que se dé solo porque pueda tener alta demanda.

"Hay bandas que no están de gira, hay otras que están inactivas, [conseguir traerlas] no es tan a dedo. Y eso es lo que no mucha gente entiende y es algo de lo que también tenemos que aprender" explicaba a Noisey uno de los organizadores del Estéreo Picnic, Sergio Pabón, cuando el cartel del 2015 fue criticado en las redes sociales por la aparente inconformidad contra este frente al lineup que se había traído justo el año anterior.

El crowdfunding sigue siendo una de las mejores opciones para que los fans puedan hacer sentir su voz de lo que les gustaría ver en concierto. Tanto Gabriel Sánchez (TLT) como César Gómez (Uonset) coinciden en que los fans colombianos han mostrado buena disposición para invertir en las campañas de esta naturaleza, pero falta que se involucren aún más los promotores, equipos de management y artistas con el concepto de financiación colectiva.

¿Volveremos a saber de Tulostraes o algún nuevo intento para hacer conciertos internacionales en Colombia con el poder popular de los fans? Solo el tiempo lo dirá.