Raymondstock

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Música

Raymondstock

Un desmán organizado por músicos independientes en plena flor

¿Qué se necesita para armar un festival? La respuesta depende de si le preguntas a los organizadores de festivales masivos o a los del Raymondstock. Los primeros te dirían que necesitas un budget millonario que te permita volar y contratar a los talentos más candentes de la escena internacional, además del sueldo de numerosas personas metidas en logística, promoción, montaje, limpieza, seguridad, estacionamiento, atención médica, bebida y comida. Luego de marearte con tanta madre, concluiría subrayando la necesidad de contar con meses de planeación. En cambio, si vas y buscas a los organizadores del Raymondstock (un festival que se autodefine como “un toquín hecho por músicos”), en este caso con Ramón, de la banda de shoegaze chilango D.D.A, te dirían que sólo necesitas meterle entraña: tripa y corazón.

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Organizado en pocos días, sin presupuesto ni la intención de hacer su agosto, el Raymondstock fue un evento (todavía no me queda claro si fue un festival casero o un ultra toquín) que ojalá cambie la forma en la que se perciben a sí mismos los músicos independientes en México. Ya que, si bien nos la pasamos de huevos, creo que su mayor acierto fue comprobar que para generar escena no necesitas la fuerza de la verga capitalista de tu lado. Eso sí: requieres de un chingo de gente que piense como tú, cosa quizá un poco complicada hace apenas unos años. Hoy nos podemos valer de las redes sociales y de la omnipresencia del internet en la cultura joven para organizar algo cabrón en poco tiempo. Gracias por comprobarlo, Ramoncito.

Una escuela abandonada, decorada con tiras de papel colorido y forrada de colores tornasol (reminiscente de la estética del Festival Nrmal 2013) fue el escenario del Raymondstock. En el patio se instalaron los amps Orange y las bandas conformadas por cuerdas y percusión. Aquí se armaba el bailoteo y el slam, al ritmo de proyectos como el surf garage de los Blenders, quienes nos recordaron un poco a Wavves; los ya mencionados D.D.A, o Grooms, un proyecto que —a punta de guitarrazos honestos— nos demostró que no todos los grupos de Brooklyn suenan igual.

También había un pequeño cuarto adornado con una torre de televisiones viejas con abstractos visuales de estática. Primero vimos a Matilda Manzana, quien conjugó efectivamente su pop ambiental con un atasque de estrobo. Conocimos la propuesta de Ulises Zarazúa, proyecto de “garash mexa con experimentación popera” que nos cautivó. El vato trae influencias de Bradford Cox, y le sale bien. Igual conocimos a Alberto Acinas, un pintor español que, enfundado en una falda, nos deleitó con experimentaciones vocales y chingos de delay.

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Hubo un tercer escenario en lo que solía ser la dirección de la escuela: un cuarto a medio caer que, debido a su posición en el edificio y techo bajo, se volvió un pequeño sauna. Esto último estuvo chingón ya que aquí se presentaron los actos de electrónica, convirtiendo la dirección en una suerte de capullo de calor y atasque. Aquí los bajos profundos de una morrita llamada DJ Smurphy y el trance atascado de un pelón bien vestido, Teehn Bwitches nos hicieron sudarla, beberla y derramarla. También vimos a Alexico partir madre a pesar de no poder afinar su guitarra de lo pacheco que estaba —alguien más tuvo que hacerlo por él—. En otras palabras: estuvo de huevos. Y claro, también estuvo un tipo que viene del futuro, †‡† (se pronuncia Ritualz), quien recortó su set porque —nos explicó— no le estábamos entendiendo.

A eso súmenle cheve a 20 varos, una entrada de 50, chilli con carne, tacos y un buen de chicas lindas hasta el culo. Con eso ya tienen el momento más DIY que la escena chilanga ha visto en un rato (aunque la mitad de los asistentes eran del Norte). Creo que este sábado fue un momento importante para la unidad de los talentos jóvenes, quienes muy a menudo caen en la mala política de tirarse mierda mutuamente. Si en vez de dissear gente a sus espaldas se usa esa energía para colaborar, surgen chingonerías impromptu, como lo fue el Raymondstock.

Sigue a Julio en Twitter: @pixelemputado

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