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Marca España

Mariano, sé fuerte

Rajoy declarará como testigo en el juicio del caso Gürtel. Aquí las recomendaciones que toda persona debería tener en cuenta a la hora de declarar ante el juez.
Foto vía usuario de Flickr European People's Party

Ha llegado el día. La jornada del 18 de abril de 2017 será conocida como la fecha en la que, por primera vez en la historia de la democracia española, un presidente del Gobierno en funciones ha sido citado a declarar en un caso de corrupción, en este caso, el famosísimo caso Gürtel. Pese a la oposición de la Fiscalía, la abogacía del Estado —órganos sobre los que el Gobierno puede tener cierta influencia— y del abogado del PP, la acusación popular ha logrado, en su tercer intento, que Mariano Rajoy declare ante el juez si conocía o no la existencia de una caja de financiación en negro de su partido.

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Rajoy lo tiene bastante jodido ya que, diga lo que diga, se va a mostrar ante todos los ciudadanos como un dirigente pésimo. El colega está metido en un callejón sin salida, pues si declara que no conocía la caja B del PP evidenciará que es el presidente de un partido que le torea y, por lo tanto, un individuo que muy probablemente no se merezca el cargo de Presidente del Gobierno. Si Mariano, extrañamente, declara que conocía la contabilidad en negro y, no solo no hizo nada, sino que la aceptó y, en el mejor de los casos, no sacó provecho directo de ella, la opinión popular exigirá su dimisión inmediata. La mejor opción, entonces, es el silencio, y si ese silencio se comunica a través de una pantalla de plasma, mucho mejor.

Por un asunto que no viene al caso —algo relacionado con decirle a un Mosso d'Esquadra que "Nos veremos en el Apolo, nenaza" mientras le enseñaba mis nalgas— una vez tuve que asistir a un juicio. Es por esto que, en el caso de que Mariano decida asistir en persona a tal suceso, estoy en la capacidad de lanzarle algunas recomendaciones para que todo vaya lo menos mal posible.

DESAYUNA EN CASA

Despiértate con tiempo y desayuna en casa, no vayas con prisa y te presentes en la puerta del juzgado sujetando un Tigretón, da un poco —solo un poco— de mala imagen, como que el sistema judicial TE LA SUDA.

NO VAYAS VESTIDO COMO UN MENDIGO

Dedícale tiempo a la imagen personal, no te limites a coger la ropa que tenías tirada en el suelo de tu habitación, esa con las manchas de la salsa de queso —exquisita, por cierto— del Burger King. Tampoco hace falta que vayas con traje y corbata, pero ponte al menos unos zapatos y unos calcetines. Si bien es cierto que ir vestido a un juicio como un pordiosero puede despertar cierta empatía y sentimiento de pena por parte del juez, es recomendable que no juegues todas las cartas, limítate a un solo detalle, algo sutil: un poco despeinado; las gafas ligeramente rotas; la bragueta abierta —esto siempre genera cierta simpatía y comentarios "divertidos"— o el exquisito detalle de llevar el reloj con la fecha de 2007.

DICCIÓN

Pese a que todos los expertos en dicción y oración te digan que debes ser claro y mostrarte seguro, lo mejor es generar dudas e incomodidad. Si haces sufrir al juez y logras que empiece a sudar, puede que consigas que quiera largarse a casa muy fuertemente. Es entonces cuando este funcionario del Estado empezará a tomar decisiones rápidas e incoherentes y decisiones rápidas e incoherentes es exactamente lo que necesitas, porque es lo que has estado haciendo durante toda tu maldita vida.

HUMILDAD

Juega al "truco del pueblo". Eres uno de ellos, eres esa clase de persona que coge el bus, que mira de refilón dentro de una papelera para ver si dentro hay un periódico o que le dice que "No" a un vendedor de Kleenex callejero y luego piensa Pues sí que me habrían ido bien unos Kleenex; eres humano. Debes comportarte como un ciudadano, dejar de ser el Presidente de España y ser un vecino de la Comunidad de Madrid. Desciende del Olimpo y que no te vean llegando con un coche oficial; no hay nada que dé más puntos a nivel de opinión pública que un rico haciéndose el pobre.

COMPAÑÍA

Ve solo. Que nadie te acompañe. Realmente todo el mundo está solo y moriremos solos y esto, en el fondo de nuestros secos corazones, todos lo sabemos. Es por esto que si un juez te ve totalmente abandonado y desolado, sentirá que tenéis algo en común. Dos corazones solitarios eclosionando en un mismo espacio interior. El juez verá en tú la imagen de esa persona en la que nunca quiere llegar a convertirse, eres todos sus miedos encarnados en un cuerpo de carne débil. Eres el espejo que rompe cada noche entre sollozos y sangre salpicada en baldosas.

En fin, lo peor es que llegues con decenas de colegas que te estarán esperando a la salida de los juzgados para ir a hacer unos buenos cubatas a la salida. Eso no lo hagas, por Dios Rajoy, eso no lo hagas.

De todas formas, cada uno sabe lo que tiene que hacer, cada uno conoce sus propias virtudes y limitaciones. Supongo que si Mariano siempre ha optado por el plasma, entonces quizás lo mejor sea que te ciñas al plan del plasma.