A Joan Jett le salen imitadoras

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Le Reve

A Joan Jett le salen imitadoras

"Le Reve" es la nueva columna de Brad Elterman, el legendario fotógrafo punk de Los Ángeles. En esta primera entrega, Brad regresa a los lugares en los que en 1978 fotografió a Joan Jett, esta vez acompañado de la la cantante francesa Soko.

Le Reve es la nueva columna de Brad Elterman en la que puedes seguir las aventuras del legendario fotógrafo de Los Ángeles. En sus comienzos como fotógrafo de punk-rock estadounidense, Brad retrató a muchos de los grandes músicos de las décadas de 1970 y 1980. Brad lleva décadas viviendo "el sueño" y su cara refleja la infinidad de sonrisas que le han dedicado a lo largo de los años. Aún hoy sigue haciendo fotos todos los días y celebrando pool parties en Villa Le Reve, su casa de Bel Air, a las que invita mujeres bonitas, artistas, fashionistas, y eminencias culturales. En esta primera entrega de Le Reve, Brad regresa a los lugares en los que en 1978 fotografió a Joan Jett, esta vez acompañado de la la cantante francesa ​Soko, nacida en 1985.

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Brad Elterman y Joan Jett en 1978

Joan Jett fue mi mayor musa. Nos conocimos en 1976, cuando las Runaways empezaban su andadura, y no sé cómo acabamos viéndonos bastante. Éramos adolescentes y solíamos ir a Hollywood Boulevard para visitar a nuestro amigo Rodney Bingenheimer en su oficina; o a comer perritos calientes en Flooky y jugar a softball o al muelle de Santa Monica Boulevard a comer patatas fritas. Un día estaba con Joan en su cochambrosa suite del Motel Tropicana cuando se nos ocurrió la idea de quedarnos en medio de Santa Mónica Boulevard mientras el sol se ponía por el oeste. En el momento en que hice la foto pensé que era muy emblemática. Ambos nos sentíamos como si estuviéramos en el centro de la Tierra. Cada vez que nos escapábamos Joan y yo, llevaba conmigo mi vieja Canon FT. No iba a ninguna parte sin ella.

Hace poco trabé amistad con la genial cantante francesa Soko, a quien conté todas las salidas que hacía con Joan. Finalmente, Soko y yo planeamos volver a todos aquellos lugares y fotografiarlos de nuevo. Algunos de ellos ya no existen, como el Tropicana, y el Pleasure Chest se ha trasladado, pero sigue habiendo algo especial en el ambiente. Le pedí a Soko que posara frente al Pussy Cat Theatre, e incluso fui capaz de encontrar el punto exacto en que Joanie y yo nos habíamos situado hace tiempo. Pese a que no lo demostré, volver a esos lugares casi cuatro décadas después fue muy emocionante. Ahí estaba yo, maravillado, mientras Soko posaba junto a una de las estrellas de Hollywood Blvd con la dorada luz del sol de California a sus espaldas. En ese momento pensé que la edad no significa nada. Uno es tan joven como se sienta, y para mí, la fantástica fiesta que empezó en 1976 continúa todavía hoy.

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