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Música

Cómo Trainspotting hizo que nos diéramos cuenta de que la electrónica es tan importante como el rock

Recordando aquellos días en que "Born Slippy" de Underworld ayudó a sentar las bases de la música dance en los noventa.

Este artículo fue publicado originalmente en thump, nuestra plataforma de música electrónica.

Hay una escena como a la mitad del clásico filme de 1996 de Danny Boyle, Trainspotting, donde Renton (Ewan McGregor), el protagonista obsesionado con Iggy Pop, asiste a un rave. Sentado incómodamente contra la pared, mientras suena una canción de progressive trance del dúo Bedrock entre el humo y las luces estroboscópicas, McGregor narra: "El mundo está cambiando, la música está cambiando, las drogas están cambiando, incluso los hombres y las mujeres están cambiando". Este pequeño momento del filme —un cuento oscuro y cómico de adicción a la heroína en el Glasgow de la década de 1990— resumía los cambios sísmicos que ya estaban tomando lugar en el Reino Unido tras el acid house, cuando Irving Welsh publicó la novela original en 1993.

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En la época en que se lanzó, hace ya casi 20 años, la popularidad de la película y de su banda sonora ayudó a encender una luz para la explosión de la electrónica. Le dio a la música dance una exposición comercial en Estados Unidos, posicionando en los primeros lugares actos como The Chemical Brothers, Fatboy Slim y The Prodigy. Además, provocó una avalancha de soundtracks con música electrónica, pues muchas películas pretendían alcanzar la locura (y las ganancias) que consiguió Trainspotting.

A pesar de la clarividencia de la película de Boyle con respecto a los cambios culturales de mediados de los noventa, las primeras reseñas del soundtrack se enfocaron en su selección de rock clásico, especialmente en el éxito "Lust For Life" de los setenta, de Iggy Pop. Pero cualquiera que como yo haya atestiguado el impacto del CD en la entonces floreciente escena rave estadounidense, dirá que fue la música electrónica —y particularmente "Born Slippy.NUXX", de Underworld— la que tuvo efectos más pronunciados.

Igual que "Lust For Life", "Born Slippy" era una oda eufórica a la parte más seductora de las adicciones. Su "Lager, lager, lager!" se oía como un llamado a las juventudes borrachas de ambos lados del Atlántico. Y ni siquiera es tan sorprendente: el líder de Underworld, Karl Hyde, escribió la letra en un momento de profundo alcoholismo. Pero a diferencia de "Lusf For Life", construida en torno al ritmo rock & roll del baterista Tony Sales, "Born Slippy" estaba accionada por el gigantesco kick 4/4, que definió el techno futurista que ya dominaba en el underground de Estados Unidos y estaba a punto de volverse exponencialmente más popular.

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Ese incremento en popularidad puede evidenciarse en el propio Underworld, que tras más de una década fuera de la industria musical, logró un exitoso track certificado. "Pasamos de presentarnos en el escenario secundario a ser headliners de los escenarios principales", comentó Hyde a Spin en una reciente entrevista para promover el nuevo álbum de la banda, Barbara Barbara, We Face A Shining Future, publicado a inicios de marzo.

¿Por qué "Born Slippy" fue un éxito masivo? Hyde piensa que aunque el enfoque inicial en la música de Trainspotting estaba atado a la aún masiva escena del Britpop (Blur, Pulp, Primal Scream y Elastica aparecen en el soundtrack), para cuando la cinta se lanzó, la música dance underground ya estaba preparada para estallar. "La escena dance era mucho más grande que el Britpop", menciona en el artículo de Spin. "Pero lo que la gente ve es el rostro aceptable de la música contemporánea de esa época. Bandas tradicionales con líderes tradicionales que salen bien en fotografías, que hablan bien y que dan buena imagen. Y que escriben canciones impresionantes, de una forma tradicional. Éramos parte de una escena masiva, pero estaba afuera, incontrolable, incontenible. Y a veces también sin rostro. ¿Cómo fotografías un beat?".

"Born Slippy" forzó a los críticos a reconciliarse con el dilema de lidiar con música que no ofrecía la configuración usual de significantes de la cultura joven. Ya se habían establecido algunas bases. La crítica había adulado el álbum debut de 1995 de The Chemical Brothers, Exit Planet Dust, pero sobre todo porque los beats les recordaban los riffs tradicionales del rock. Post, de Bjórk, actualizó su imagen de art rock con una nueva elegancia inspirada en el techno, incluso cuando las canciones mantenían la estructura tradicional del pop que la mayoría podía entender. Underworld usó un truco similar con "Born Slippy". Decidió entrar con una balada poderosa y un gancho que invitaba a cantar, antes de convertirla en una estampida de techno que duraría hasta el final de la canción de casi diez minutos de duración. (Las estaciones de rock alternativo favorecieron la edición para radio de cuatro minutos y medio). Todo lo que tomó fue esa épica introducción y la memorable voz de Karl Hyde para atar la explosión de la electrónica al pasado del rock & roll.

De gran importancia para el legado del soundtrack de Trainspotting fue la insistencia en presentar música electrónica a un nivel idéntico al de la música rock, cosa que nunca se había hecho antes. El hecho de que las canciones de techno sobresalieran probó que la música dance valía tanto la pena como sus competidores de guitarra, una verdad que estaba lejos de la obviedad para la mayoría de la gente en 1996. Fue el primer alcance mainstream para un género que 20 años después domina la radio, pero que aún trata de descubrir en dónde encaja dentro de la industria tradicional de la música. "Born Slippy" ahora es tan vieja como "Lust For Life" era cuando se lanzó por primera vez el soundtrack de Trainspotting. Escucharla dentro de la escena final de la cinta es tan poderoso ahora como fue en esos días.