Estos son los sitios que más apestan de España, literalmente

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ESPAÑA

Estos son los sitios que más apestan de España, literalmente

Y están relacionados con la ansiedad, el dolor de cabeza o la falta de concentración.
TC
ilustración de Teresa Cano

El mal olor es la segunda causa de queja medioambiental del mundo después del ruido. Rosa Arias es ingeniera química y es una de las máximas expertas en este tipo de contaminación de nuestro país. Ahora mismo se encuentra liderando un proyecto europeo para detectar los malos olores en Europa llamado D-NOSES.

La ansiedad, el dolor de cabeza, la falta de concentración, dificultades respiratorias y alteraciones en el sueño son algunos de los problemas asociados con la exposición diaria a los malos olores. Sin embargo, a pesar de los efectos secundarios y según explica Rosa, de momento no recibe la atención que merece por parte de las autoridades pertinentes.

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El origen de los problemas de contaminación olfativa varían según el país. En Holanda o Chile, por ejemplo, los olores derivados de la ganadería serían los principales responsables de este tipo de contaminación. En España, en cambio, el tratamiento de residuos y las aguas residuales originan el problema.

Existen 5 puntos de máximo hedor en nuestro país según la aplicación Odour Collect, una aplicación en la que están registrados los puntos más fétidos de nuestro territorio. En esta aplicación los usuarios pueden subir y ubicar los olores que ellos consideran desagradables para que se estudie su procedencia.

No solo se recogen los malos olores, también se pueden registrar olores agradables de flores o naturaleza, sin embargo, el objeto de estudio serán aquellos clasificados como desagradables para la mayoría de la población. “El sentido del olfato es muy subjetivo. Los recuerdos de la infancia o experiencias agradables o desagradables con un olor intervienen en el hecho de que un aroma te guste o no”, explica la ingeniera Rosa Arias.

El tratamiento de residuos y las aguas residuales originan el problema

“A una persona le puede gustar el olor de gasolina porque quizás le recuerde a una buena experiencia resultante de un viaje en familia de años atrás. Quizás a otra persona, en cambio, le resulta extremadamente desagradable”, nos dice. De hecho el ser humano puede detectar entorno a un billón de olores distintos, por lo que situarlos todos en un mapa puede resultar más que complicado.

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De momento se han estudiado algunos de los puntos más pestilentes de Europa, pero hasta que el estudio no llegue a su fin, en 2019, no se podrán saber las causas exactas de todos ellos ni las consecuencias. Lo que sí se sabe es de dónde proceden algunos de los malos olores que de momento se han detectado en España.

Zona del Fórum en Barcelona

Se trata de una zona en la que históricamente ha habido malos olores. Los vecinos están organizados y exigen soluciones a la administración pública. En este caso los olores se derivan de la consecuencia de convivir cerca de una incineradora, plantas de gestión de residuos y tratamiento de aguas. Los camiones que van a descargar los residuos son los que generan más problemas. La mala planificación urbanística ha hecho que la urbe crezca hacia zonas que anteriormente eran industriales, por lo que ahora existe un problema evidente.

Pinto, Vallecas y alrededores en Madrid

Hay una planta de tratamiento de residuos en el término municipal de Pinto que provoca un olor sospechoso que actualmente se está investigado. Dependiendo de la meteorología afecta a los alrededores de la localidad, por lo que barrios como Vallecas también se pueden ver afectados.

Zaragoza

La histórica industria papelera de Zaragoza también ha dejado huella en los vecinos de la zona. Aunque el problema ya está en manos de las administraciones y se ha solventado bastante ahora aparecen otros puntos fétidos cerca de Valdespartera supuestamente provenientes de la planta de gestión de residuos. Algunos vecinos aseguran que el olor a basura es tan molesto que apenas pueden mantener las ventanas abiertas.

Galicia

La planta de tratamiento de residuos de Pontevedra está relativamente cerca del municipio por lo que los vecinos pueden percatarse de su olor. Existen varias plantas de gestión de residuos en Galicia y los residentes en las localizaciones colindantes también sufren los problemas de la contaminación olfativa. Los habitantes del barrio de O Grove se han quejado varias veces de un olor nauseabundo que incluso les provoca picor en los ojos que supuestamente proviene de una factoría ubicada en Campos. Han sido ya varias las denuncias a la policía que han presentado los vecinos por este tema.

Valencia

Las estaciones depuradoras de las aguas residuales en Valencia son las que provocan molestias a los vecinos. La Generalitat Valencia recientemente puso fin al mal olor de la depuradora de Almassora tras diez años de quejas de los vecinos. Torrevieja también acabó por cubrir la depuradora porque el hedor afectaba ya a 30.000 personas. Los residentes en Pinedo han criticado en múltiples ocasiones el mal olor de las aguas residuales.

Como ha pasado en Valencia algunas administraciones han intentado poner de su parte y acabar con este problema. “Una de las soluciones a este tipo de problemas pasa por hacer una buena gestión de los residuos, planificar bien el sitio donde se ubican las industrias y teniendo en cuenta los olores que desprenden. Los trabajadores también deberían estar más protegidos a esta exposición, por lo que deberían usar mascarillas”, explica la experta.

A parte de las actividades residuales en España también existe el problema de los olores que desprenden las industrias alimentarias. “La fabricación de café, chocolate, leche, cerveza, azucareras, afectarían a la población residente cerca de donde está situada la industria”, nos explica. Además también está el problema de los olores de las petroquímicas. “Cualquier habitante cercano a una refinería puede sufrir los problemas derivados de este tipo de contaminación”; asegura.

“En nuestro estudio utilizamos técnicas sensoriales para determinar el grado de afectación, explica Rosa”. En primer lugar se toma una muestra de la industria y se efectúa una olfatometría en un laboratorio en la que un panel de personas con un sentido del olor estándar evalúan la muestra. Una vez hechos los análisis se cruzan los resultados con los datos meteorológicos habituales de la zona”.

“Tiene que quedar claro que no se trata de hechos aislados ni puntuales. Estos son solo algunos de los puntos, pero quedan muchísimos más por estudiar”, insiste Rosa Arias. “Queremos hacer un trabajo conjunto con todos los sectores implicados con la industria y con las administraciones empoderando a los ciudadanos para que nos digan la suya. Porque deberíamos tener un sentido de corresponsabilidad, los residuos los generamos entre todos y no es solo un problema de la industria”.

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