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Música

17 cosas que sacamos en claro del Primavera Sound 2012

Había más pero no cabían en una servilleta.

El lunes post-Primavera nadie suele tener muchas ganas de hablar, unos se plantean seriamente cambiar de estilo de vida y otros incluso barajan dejarlo con la novia. Pero, echando unos cafés triples en el bar de abajo, se han empezado a soltar las lenguas y hemos conseguido arrancar algunas conclusiones del festival entre la gente de redacción. A continuación las regurgitamos tal cual han sido formuladas. Conste en acta que cada uno ha dicho lo primero que le ha venido a la cabeza, como demuestra el hecho de que el bolo de OFF! –grupo Vice en escenario Vice con el que casi todos nos lo pasamos bien– salga muy mal parado.

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1. Godflesh son la hostia reconsagrada.
Ya los había visto en el Roadburn y en Oporto, pero aun así tuve que meter la cabeza debajo de una fuente y darme de guantazos con varios amigos para llegar a asimilar que Justin Broadrick y G.C. Green sean capaces de someternos, apalizarnos, hipnotizarnos y ponernos morcillones con mazazos industrial-psicodélicos que datan de ¡1989! Los más grandes. Punto. (T.L.Q.)

2. Matt Pike es inmortal, de momento.
Antes de nada, celebro que esté vivo. Desde organización, me dicen que el jamacuco del guitarrista fue serio de verdad, pero que al día siguiente de tener que cancelar el bolo de Sleep decidió abandonar voluntariamente el hospital donde le habían diagnosticado aneurisma cerebral y se fue a tocar a Florida y a celebrar su cumpleaños. En fin, espero que tarde muchos años en petar definitivamente y acompaño en el sentimiento al sevillano que conocí que había venido sólo para ver a Sleep. Nota: en este vídeo, en el que no se oye un pijo, podéis comprobar que Pike sique con vida y ver cómo Phil Anselmo le entrega su tarta de cumpleaños (minuto 16). (S.S.) 3. Da exactamente igual si te gusta Justice o no.
Porque su espectáculo es seguramente la garrulada más entretenida y bien hecha del mundo mundial ahora mismo. Melodías Goblin, un carro de techno-subidones guarros, samples de guitarra a lo AC/DC, el dichoso crucifijo estroboscópico focalizando todas las miradas y un juego de luces diseñado por los mejores especialistas (de un laboratorio de MDMA). (S.S.) 4. Michael Gira está de vuelta de él mismo.
No lo vimos tocar porque a las 17.30 h del sábado estábamos intentando tragar un trozo de pan con queso, y porque en solitario ya lo hemos visto un par de veces, pero nos hizo gracia ver cómo se acercaba a un stand en el que vendían preciosas camisetas pirata de Swans y, en lugar de montar un pollo, dijo “Venga, haz dinero conmigo”, firmó una camiseta, se ajustó el sombrero de cowboy y se alejó silbando algo muy sentido y atonal. Ahora ya no sé qué pensar de ese eterno discurso antipiratería con el que empieza el último disco de Swans. (T.L.Q.)

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5. Rebolledo se quedó sin after.
Tras una larga sobremesa de carajillos y aguas con gas en la que descubrió a Camarón, el mexicano cabezudo cerró el escenario Pitchfork al grito de “¡guerrero!”. Pero un imprevisto de último minuto le obligó a coger su vuelo una hora después de bajar del escenario y tuvo que cancelar el que estaba llamado a ser el mejor after del festival. Los miembros de la Primera Iglesia Rebolledana de los Primeros Días se quedaron más tristes que los fans de Melvins y Sleep juntos. (I.F.)

6. Grimes = Freddie Mercury.
Años esperando que alguien de la industria de la música ocupara el rol de Freddie Mercury, y por fin creo haberlo encontrado. Su show fue muy gay. ¿El tío cachas bailando con la bandera roja? ¿Su sonrisita de ‘me amáis y yo a vosotros también ante una audiencia que parecía la segunda parte del anuncio de Loewe? No sé si tenia enanos con espejos atados a sus cabezas en el backstage, pero espero que el año que viene empecemos a volver a la extravagancia de los 70. Y también que se compre una casa en Ibiza, para poder a visitarla. (P.G.)

7. Una hora menos de The Cure no hubiese estado mal.
"Horror", "pesadilla" y "me muero" son las tres cosas que recuerdo estar pensando mientras veía a The Cure. Aguanté hasta la canción número 23 y después me fui porque en 2 horas de concierto que vi no fueron capaces de tocar una sola canción del Boys Don't Cry (o el Three Imaginary Boys, como prefiráis). Este concierto sólo me sirve para poder decir que he visto a The Cure tocar en directo, porque bien, lo que se dice bien, no me lo pasé. Vi a Robert Smith sonreír un par de veces. (A.N.)

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8. OFF! hizo las delicias de los que nunca han escuchado punk.
Aunque no los había escuchado nunca, tenía la obligación de ir a ver a OFF! porque soy fan (de verdad) de Black Flag y Circle Jerks y quiero un poco a Mario Rubalcaba. Pero el concierto me pareció un rollo. Que sí, que Keith Morris está en forma y sonó estupendamente, pero a mí no me la coláis. OFF! es un grupo para gente que no ha escuchado ni hardcore ni punk en su vida y se flipa escuchándolos y piensa que ha descubierto la sopa de ajo. Sólo me gustó la mención a Jeffrey Lee Pierce y me emocioné por un segundo pensando que harían una versión de The Gun Club. (A.N.)

9. La muerte, los impuestos y Napalm Death no fallan. Jamás.
¿Cancelar? Eso lo hacen los nenazas y los remilgados. Napalm Death darían un concierto que tuvieran programado aunque sólo pudiera salir el batería y escayolado de cuello para abajo. Y sería igual de bueno. Éste, ni peor ni mejor que las últimas 6 veces que los puedas haber visto, lo disfrutaron hasta el par de apestosos crusties que se dedicaron a insultarlos y llamarles “vendidos”. (J.B./T.L.Q.)

10. Mayhem da mucha risa.
Y la performance con cerdos y antorchas que se montan se la creen de verdad. Conocimos al guitarrista la noche anterior. Con la intención de conseguir un pollo gratis, nos dio bola enseñándonos videos en su móvil en el que salía destrozando una tele del hotel junto al bajista. También nos preguntó dónde podía comprar espadas y nos hizo traducirle frases como "Te como el coño gratis" o "Quiero comerte ese culito rosado". Cuando nos dirigíamos a ver a Wolves in the Throne Room (a los que definió como "¡mierda, maricas, americanos!”) nos dijo "Mayhem es el poder, Mayhem es la fuerza, Mayhem patea culos!!!!”. Muy trve él. Lo enternecedor llegó después, cuando al intercambiar correos electrónicos nos puso esto… (S.A.)

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11. Reignwolf va 40 años por detrás de los tiempos y dos por delante.
¿Pero cómo un pavo, él solo, con una guitarra y dándole con el pie a un bombo, pudo molar tanto? Pues porque el pavo se ha chutado los años 70 en vena y le salen poses heroicas de lo más naturales, a veces te parece estar oyendo al Leslie West de cuando se lo curraba, y oír a alguien berrear a media tarde algo como “C’mon baby, you know wadda mean!” sin un ápice de ironía, no tiene precio. (J.B.) 12. The Men nos alegraron el fin de semana (y la vida).
Menudo gusto ver a The Men tocar a las 2 de la mañana. Creo que estaba totalmente convencida de que estaba viendo a Nirvana. Mi compañero de piso me preguntó "Son grunges, ¿no?" y sólo pude responder, "Es el mejor grupo del mundo." Como diría Mario Vaquerizo: "Viva la química y vivan todas las cosas que nos transforman y nos hacen estar mejor todavía". (A.N.)

13. Lee Ranaldo por fin puede ejercer de Rodríguez (musical).
El antaño joven sónico parece tener claro que, una vez alcanzada cierta edad, lo sensato es mandar a freír espárragos: a) una turgencia juvenil que ya le quedó atrás, y b) experimentos con músicas contemporáneas que le encajarán mejor más adelante. Ahora está en el punto exacto que le toca, el de dar cancha a un sonido agreste a lo Neil Young pero con un sesgo discretamente rarito. Madurito con gracia. (J.B.)

14. Lo de Bleached fue un poco chasco.
Me sabe mal porque las hermanas Clavin son muy majas y era lo que más ganas tenía de ver en el festival, pero el concierto que dieron en el escenario VICE fue un poco aburrido y las chicas que había en el público bailaban dando saltitos y tocándose el pelo como despeinándose, así que me morí del asco. Mucho mejor el sábado por la noche cuando tocaron unas canciones en la calle mientras la peña estaba flipada viendo a Beach House. (A.N.)

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15. Refused fue una fiesta (si te gustaban en su momento, claro está).
Como ultrafan que fui de Refused de los 15 a los 17 años tenéis que creerme: el concierto fue la hostia. Y no es que me ciegue el fanatismo: admito que sonó a puto culo y que el discursito de "si estamos aquí es por vosotros" apestaba, pero los que alguna vez nos hicimos polvo escuchando el The Shape of Punk to Come no nos podemos quejar; ellos cumplieron y nosotros saltamos mucho. A ver si Dennis Lyxzèn se pone para el próximo concierto la  camiseta de Big Boys que se compró en el stand de Sell Our Souls. (A.N.)

16. Bombino tiene cara de fumar el mejor hachís del planeta y mola mucho.
Gracias al jamacuco/cancelación de Sleep, pudimos reunirnos unos cuantos fumetas en el bolo de este Tuareg al que algún burro bautizó como “el Jimi Hendrix del Sahara” (porque toca la guitarra y es del Sáhara, digo yo). Que en un mismo bolo pienses en Bevis Frond y en Erkin Koray sin perder el equilibrio no pasa todos los días. (S.S.) 17. Necesitamos telesillas, un trenecito, un bus lanzadera, algo.
Las dimensiones del festival se están yendo de las manos. Nadie conoce a nadie que haya visto ningún concierto del escenario MINI (creemos que está en la Barceloneta) y la única vez que intentamos llegar casi vomitamos. ¿O eso fue cuando vimos a este tío? (I.F.)

Textos de: Iago Fernández, Sergio Albert Avilés, Jesús Brotons, Paul Geddis, Alejandra Núñez, Santiago Salvador y Toni L. Querol

Fotos de: Sergio Albert Avilés