Urgente: subamos ya el nivel de producción de los eventos en Colombia
Montaje: Mateo Rueda | NOISEY en Español

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Música

Urgente: subamos ya el nivel de producción de los eventos en Colombia

OPINIÓN | Es emocionante para la industria musical que semejantes nombres estén viniendo al país. Pero algunos promotores parecen estar olvidando lo básico.

Asimilemos esto: para 2018 ya están confirmadas en Colombia las presentaciones de Radiohead, Gorillaz, Depeche Mode y Queens of The Stone Age. También tendremos masivos festivales privados como el Estéreo Picnic y el Soundhearts, así como enormes eventos públicos como Rock al Parque o Hip Hop al Parque, en Bogotá, y Altavoz, en Medellín. A estas fiestas sumemos las decenas de festivales electrónicos que ya están posicionados en el país, además de otras iniciativas importantísimas que apoyan el talento nacional emergente y alternativo, más el sinfín de proyectos que se nos salen del radar.

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Fácilmente, el que arranca será el año más emocionante para vivir la música en Colombia en los últimos años, es decir, desde esa época próspera en que surgieron festivales como el FEP, conciertos impresionantes como Rolling Stones o Metallica en el 99 e incluso iniciativas de festivales alternativos e independientes vitales para la escena alternativa latinoamericana como el Festival Yavería o Hermoso Ruido.

Ahora bien, en meses recientes hemos asistido a eventos gigantes y con propuestas valiosas como Sónar Bogotá, Arcade Fire, Hip Hop al Parque o el Festival del Diablo, y si bien hubo puntos musicales altos y riesgos valientes que tomaron los promotores en el contexto de una escena compleja como la colombiana, hay un hecho claro, clarísimo: no todas las producciones de eventos en Colombia han estado a la altura de los artistas que están trayendo.

¿Y entonces?

No puede ser que en un evento como Sónar Bogotá, al que asistieron más de 5.000 personas, solo hubiera habido un departamento de baños (con cupo para apenas seis mujeres): la fila se demoraba más de cuarenta minutos (casi un show entero). Cómo va a pasar que las bandas tengan que hacer prueba de sonido solo pocos minutos antes de arrancar su presentación, delante del mismo público, como sucedió en el recienteFestival del Diablo.

No hay derecho que al querer ingresar a un evento una persona que pagó su boleta tenga que demorarse más de una hora para poder efectivamente entrar, como aconteció con Amon Amarth o Bad Bunny. Y para rematar, la calidad del sonido y la ecualización dejó mucho que desear en agasajos como Julian Casablancas, Festival del Diablo, Festival Tatacoa (por el cruce entre sus dos escenarios), entre varios otros de los cuales no queremos acordarnos.

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Traer a un gran nombre no es excusa para bajarles a la calidad de la producción y a la logística de un concierto.

Y ojo: no estamos siendo insensatos, ni estamos pidiendo megaproducciones que enaltezcan la experiencia (aunque mal no estaría que subieran un poquito el nivel). Estamos señalando situaciones que vulneran los derechos básicos del consumidor, de la personas que pagan buena plata no solo por un artista, sino también por, obvio, que suene bien y que pueda la gente vivir realmente la aparición de un artista. Traer a un gran nombre no es excusa para bajarles a la calidad de la producción y a la logística de un concierto.

Debemos ser conscientes de esto.

Cuando desde NOISEY en Español les hemos hecho estas críticas directamente a los promotores, las respuestas suelen ser: "Ah, pero es que mire, ¿quién había traído a estos artistas?" o "La situación en Colombia no está fácil, toca con las uñas, antes estamos haciendo mucho por la escena". Y sí, tienen razón, esos son hechos irrefutables. Pero pongámonos serios: si no tienen la capacidad de producción que merecen los tremendos artistas y bandas que están trayendo, así como los eventos que solo tienen artistas nacionales, los cuales merecen las mismas garantías, NO los hagan.

Al final los grandes afectados de esta maraña tan "colombiana", sin mencionar que la reputación de las promotoras va en detrimento, son las personas que los están manteniendo vivos a ustedes, empresarios. Y estas personas son el público mismo.

En vísperas de lo que se viene en 2018 creemos que es el momento no solo de reflexionar, sino también de tomar acciones. Y de tomarlas ya. De lo contrario, la experiencia terminará siempre opacada por el recuerdo de un mal sonido o una larga fila.