FYI.

This story is over 5 years old.

Música

Triángulo de Amor Bizarro recuerdan cuando salieron de la aldea y les querían matar

Hoy la vida les sonríe y tocan en festivales, como el Vida Festival este fin de semana. Pero hubo un tiempo en que recibían amenazas, trabajaban en roperos y cosían maquetas como niños esclavos.

"Vida do xaponés Carmiña: O teu pai foi da aldea para Tokio e tivo que comprar un kimono de nylon. O teu pai morreu, e agora andas a usar o kimono de nylon de albornoz".

Este fragmento de una canción de Os Resentidos no solo se entiende perfectamente aunque no hables gallego, sino que va como anillo al dedo a los inicios de Triángulo de Amor Bizarro.

Hablamos con Rodri (guitarra y voz) sobre la época en que los miembros del grupo se mudaron de su aldea a la ciudad más cercana, enfrentándose a una escena musical rancia que les rechazaba y amenzaba con lanzar piedras desde la ventana. Un local de ensayo que parecía una okupa poblada por artistas, trabajos de guardarropa y maquetas hechas con trozos de alfombra. Lo recuerdan con ilusión y nostalgia, a pocos días de su actuación en el Vida Festival este fin de semana.

Publicidad

VICE: ¿Echáis de menos la época en que os quería matar media Coruña?
Rodri: Lo recuerdo con cierto cariño la verdad. Por aquel entonces ya teníamos cierta fama chunga en la ciudad y, después de tocar en el Mardi, ardieron los foros y recibimos amenazas.

Teníamos un perro blanco y nos amenazaron con tirarnos un bloque desde alguna ventana cuando lo estuviésemos paseando, como en Ben-Hur. Había un foro por donde se pasaban muchos de la exigua escena coruñesa, el de empuje.net, y allí se cocía toda la pesca de los grupos de Coruña. Una vez, después de las amenazas, hicieron una quedada y nos pasamos por allí a ver qué pasaba y, por supuesto, no pasó nada. Al final se resumía todo en eso. Lo pasábamos muy bien.

Teníamos un perro blanco y nos amenazaron con tirarnos un bloque desde alguna ventana cuando lo estuviésemos paseando

Imagino que aquella escena autocomplaciente os consideraba un grupo raro.
Realmente, empezar en un ambiente hostil forma carácter, como se suele decir, y la verdad es que lo usábamos mucho a nuestro favor. Básicamente porque nos daba bastante igual. Supongo que si fuéramos de Coruña nos lo tomaríamos de otra forma, pero como veníamos de la aldea, pues nos divertía bastante el asunto.

Los inicios fueron buenos años y lo cierto es que todas las ideas del grupo se gestaron en esa época. Fue cuando perdimos la vergüenza. El ambiente cerrado de capital de provincia nos sirvió para reafirmarnos en nuestro aldeanismo y no renegar nunca de él, que creo que hoy es parte fundamental del grupo.

Publicidad

Veníais de una aldea llamada Egipto, ni más ni menos.
Cierto, y lo primero que nos encontramos fue una barrera de clasismo y pandillas impermeables a nada que no fuera lo suyo. Y en aquella escena musical, como que existía una forma correcta de hacer música y todo lo demás no valía.

Un rollo muy provinciano. Nosotros, que en eso de no aceptar las cosas nuevas ya íbamos curtidos, intentábamos derribarlo. Fue un poco decir, "eh, aquí estamos, a lo mejor aún somos una mierda, pero esperad y veréis". Pero, como no nos daban ni esa oportunidad, empezamos a ir a lo guerrilla.

Lo primero que nos encontramos fue una barrera de clasismo y pandillas impermeables a nada que no fuera lo suyo

Hoy algunos os verán como veíais vosotros a aquellos músicos consolidados.
Lógicamente, hay un salto generacional importante y la peña de ahora ya nació con Internet, pero tampoco me considero aún de la vieja escuela.

Me siento afortunado, porque somos de una generación que pudimos ver el viejo mundo y cómo empezaba el nuevo.

Piénsalo, ¿cada cuántos siglos hay un cambio de época como la de estos años? Pues nosotros podemos decir que vivimos lo de antes pero también comprender lo nuevo. En lo estrictamente musical, está claro que las guitarras y el rock están anticuados. No suenan bien en los móviles y supongo que por eso toda la peñita de veinte años le da al trap.

Cuando salió el primer disco, no teníamos nada que dejar, porque lo poco que ganábamos ya era más que lo que solíamos ganar

Publicidad

¿De dónde sacabais la pasta cuando los veinteañeros erais vosotros?
Vivíamos al día, lo normal en la juventud. Isa trabajaba y yo estudiaba, pero no teníamos ningún colchón ni dinero para invertir, digamos. Compramos la batería por 25.000 pesetas. Eso y el suelo asfáltico del local (nos dijeron que aislaba el sonido, pero no..) fueron casi las únicas inversiones que hicimos.

Bueno, yo me compré la Fender Jaguar trabajando una semana en el ropero de Punto3, haciendo una sustitución a la novia de Julián de la época, y con ese curro podías vivir como un rey. Era el mejor puesto de trabajo en la hostelería coruñesa, sin duda. Te llevabas todo el dinero, ¡era una mina de oro!

Cuando salió el primer disco, no teníamos nada que dejar, porque lo poco que ganábamos ya era más que lo que solíamos ganar. Y así desde entonces. No me compré otra guitarra hasta este año.

Desde el principio, habéis tocado siempre sin parar. ¿Cómo lo lograbais?
Para dar conciertos, llamábamos a los bares y nos ofrecíamos. Era justo antes de Myspace y el primero recuerdo que fue cerca de la Ronda de Nelle, una noche de San Juan en medio de una celebración protesta contra Paco Vázquez porque quería tirar el barrio abajo o algo así (que, por cierto, aún sigue en pie). Habían quemado una estatua del alcalde.

Por entonces nos llamábamos Los Jíbaros. El siguiente fue en el Garufa y después hicimos una gira del terror por Sada, Ares y Malpica. En Ares tocamos con un grupo jevi que llevaba pregrabados y hacían intros de diez minutos antes de empezar a puntear. Vinieron dos personas y, en cuanto empezamos a tocar, lo recuerdo bien, escaparon a correr, literalmente. Tengo grabado ese momento.

Publicidad

Más que un grupo, erais casi un colectivo.
Es que en el Taller Electrónico, nuestro local, no solo ensayábamos, sino que hacíamos mil movidas locas, intentábamos grabar películas, había peña pintando, hacíamos fiestas a las que invitábamos a los de un antro de allí cerca, el Día y Noche.

En un concierto en el Dark Knight, conocimos a Rafa, nuestro actual batería. Era la Feria Medieval y nos pusimos a repartir flyers en la puerta a ver si entraba alguien y nos hicimos amigos y después ellos empezaron a ensayar en nuestro local, con su grupo Triquinoise, con Miguel Prado y Oscar, que pasaron también por la banda. Al final, todos los que pasaron por el grupo estaban en el Taller Electrónico. Fue una época tan guay que no podía durar.

Hicisteis maquetas con trozos de alfombra, cosiendo como niños esclavos.
Al empezar todo va rápido y pasan muchas cosas que un minuto antes no, pero era precario a tope. Nuestro local era como una mazmorra y construimos un cubo gigante con trozos de estantería para ensayar dentro. Y allí grabamos la maqueta. Después de construir el cubo, que es nuestra mayor y probablemente mejor obra hasta la fecha, nos vinimos arriba y estuvimos discurriendo sobre el envase.

Julián, el batería de entonces, empezó a hacer pruebas. Madera, hierro, cristal… Teníamos amistades en el polígono y los desguaces, ya que como no teníamos un duro íbamos por las naves pidiendo materiales sobrantes. Gracias a ellos, hicimos las primeras con trozos de alfombra y tapices.

Publicidad

También íbamos por los rastros a comprar revistas esotéricas y fascículos de publicaciones cristianas y las usábamos como collage para pegar en las maquetas.

Al empezar todo va rápido y pasan muchas cosas que un minuto antes no, pero era precario a tope

Conservo dos. ¿Si las vendo me haré millonario?
¡Ojalá! No sé exactamente el número que hicimos, pero en torno a las 600 o 700, y todas diferentes. Al final ya no nos daban más material, supongo que nos verían como gente extraña y empezaron a desconfiar.

En las últimas ya desvariamos un poco. Para acabarlas, hicimos tres unidades que eran un cubo hecho con perfiles de estantería, como el local de ensayo, con cristales.

De esas tienen una en Mushroom Pillow y las otras no se dónde están. Yo, en un bar de los primeros conciertos que hicimos con año santo, que viniera muy poca gente y el del bar tenía una de las de moqueta, le debimos dar pena y nos la regaló de vuelta, y esa es la copia que tengo yo. Casi me vuelvo loco con la mezcla, en serio. La grabamos en una semana y estuve como tres meses mezclándola, en un ordenador que nos dejó Zipo, que ya andaba por allí entonces, aunque aún no tocaba con nosotros.

El que sí tocaba con vosotros era Blas, primer cantante y showman. Era como Bez de los Happy Mondays.
Realmente fue un poco por él que tuvimos el valor de decidirnos a montar un grupo, era el que llevaba la iniciativa al principio. Probablemente a mí no se me hubiese ocurrido hacer un grupo, seguí un poco la estela de Blas, que decía que teníamos que hacerlo y nos convenció a todos.

Publicidad

Sigue en Ferrol y quedo mucho con él. Le va bien está como siempre, un poco más viejo, ¡cómo todos! Blas, claro, le sigo enviando las canciones antes que a nadie.

¿Recuerdas el momento en el que os disteis cuenta que la cosa iba en serio?
Grabamos el primer disco en 2006 y, hasta que salió en enero de 2007, estuvimos más de un año sin dar conciertos, que es probablemente es el momento en el que se separan la mayoría de grupos.

El disco fue muy bien recibido y tuvimos que aprender a tocar a hostias, fuera de nuestra zona de confort. Cuando se fue Miguel estábamos muy verdes, la verdad, y nos vimos tocando delante se mucha gente un disco pensado para tocar cuatro (éramos tres), en festis donde no nos conocían de nada, ya sin todo el misticismo de Coruña. Ahí fue cuando vimos que la cosa tal vez iba en serio.

En la gira del primer disco vino un poco el bajón. Estuvimos girando hasta 2009, sin nada nuevo escrito, y nos llevábamos fatal. De hecho, estuvimos separados como grupo el verano de aquel año.

Pero todo salió bien. Tocáis en todos los festivales y muy pronto en el Vida.
Ya con Año Santo fue empezar de cero, agradeciendo la oportunidad de grabar otro disco y haciéndolo todo un poco a salto de mata. Se compuso todo en un mes y se grabó en cinco días, si mal no recuerdo, con Paco Loco, y ya con Rafa a la batería. A partir de ahí todo bien, sí. El Vida tiene pintaza, cartel muy guapo, y el entorno tiene pinta de ser maravilloso.