La nueva guarida creativa de la Doctores: una charla con Mooi Collective

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Música

La nueva guarida creativa de la Doctores: una charla con Mooi Collective

Hablamos con los responsables de que en unas bodegas en la Doctores se presentaran Le Butcherettes y Crystal Fighters.

Visto por fuera, el número 86 de la calle Doctor Vértiz, en la colonia Doctores de la Ciudad de México, no tiene pinta de albergar un espacio cultural multidisciplinario. Esta dirección de fachada grisácea funge como un conjunto de bodegas –pertenecientes a la marca de ropa King Monster- con un amplio estacionamiento.

Pero tras varios pasos y unas largas escaleras metálicas, en el interior 3C tiene lugar Mooi Collective, un sitio que se autodefine ideal "para personas creativas, activas en búsqueda de experiencias fuera de lo ordinario" y dónde han tenido cabida proyectos tan variopintos cómo Le Butcherettes, Deantoni Parks, Crystal Fighters, Descartes a Kant, Les Deuxluxes, Timothy Brownie, Nabuzenko, clases de yoga, conferencias de prensa y locación para videos.

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Este lugar lo gestionan Renee Mooi, prolífica artista con la que alguna vez hablamos sobre cómo pasó de tocar en la escena indie a salir en una película con David Beckham, y Scott, su pareja. Además, desde su génesis Mooi ha reclutado amigos (aproximadamente 10 pero durante nuestra visita solo estuvieron presentes Raúl, frontman del proyecto musical Yo Soy Raúl que apoya en la coordinación del espacio, y Óscar Loyola, guitarrista de Mooi que tiene que ver con la programación) con los cuales, desde agosto de 2016, ofrece un enfoque creativo en pos de eventos íntimos que rompan la barrera artista-espectador.

A continuación una charla con Mooi, Raúl y Óscar sobre este proyecto que poco a poco comienza a expandirse (de forma mediática y física) con el fin de contribuir a la descentralización cultural en la ciudad mientras adapta y experimenta con nuevos modelos de gestión.

Mooi Collective

Noisey: ¿Cómo arrancó Mooi Collective?
Renee Mooi: Pues hice una escucha de mi disco. Está padre porque tengo muchos años trabajando en la música, tengo entre 12 y 15 años trabajando. Entonces fue padre abrir un lugar de casa, de los músicos. Fue así como de "güey, tengo este pedo, cáiganle" y empezó a caer gente súper chida. Yo lo que quería en realidad era armar un espacio distinto donde la gente se sintiera diferente, un poco más íntimo, un rollo más de cercanía, de responsabilidad. Aquí lo que pasa en las fiestas es que la gente limpia, se hace consciente de su desmadre y eso está padre porque hace que la gente sienta que es suyo.

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Que no te sientas como un externo.
M: Sí, aparte nosotros estamos aquí cotorreando, atendiendo, pasándola bien. Entonces es una vibra muy padre, viene mucho talento de muchos tipos. Se ha vuelto, sin querer, un lugar donde vienen los artistas. De aquí salen muchísimos proyectos, se conectan tipo "¿Quién hizo esto? Pues acá está sirviendo un coctel".

Raúl: Cómo fiesta de casa, algo muy íntimo con artistas de todo tipo. Sentirse a gusto, que no sea poner un límite, cada quien sabe hasta donde llega.

M: Y rara vez se pasan. De repente nos ha tocado que con eventos privados es otra onda. Cuando son fiestas nuestras todo fluye, es muy raro que haya un mala copa, nadie se ha caído. El lugar en sí da como una vibra de que está escondido, fuera del sistema, entonces de repente la gente se puede poner extra locochona. Pero cuando son eventos de casa inmediatamente entran en una onda de "estamos en su casa" y les cambia el chip cabrón.

¿Cómo se fue conformando el colectivo?
M: A Raúl lo conozco desde hace mucho tiempo, ha trabajado con muchos artistas, entonces primero empezamos con mi música y de verlo cómo trabaja le dije "vente pa' acá". A Laura May (fotógrafa) la conocimos aquí. En Mazunte conocí a Scott. Rilke (Guillén) coordina todo lo de arte. Hay muchos colaborando pero hay un núcleo fuerte en la foto. Es que somos amigos y como todo mundo siente que es suyo, todo mundo es responsable, cumple y propone.

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Y también pueden exponerse.
M: ¡Claro! O sea, yo soy músico, he pasado por buenas y malas situaciones de música, entonces sé cómo me gusta que me traten, sé cómo me gusta convivir, cómo funciona la producción. Luego hasta se sorprenden porque llegan y está todo listo: el deal está súper bueno. Es un lugar dónde los músicos pueden venir y neta ganar una buena lana porque parte fundamental del proyecto es que haya una remuneración tangible, que la gente pueda trabajar y vivir de eso, es lo que estamos intentando lograr: buscando maneras, buscando sponsors, buscando armar una plataforma donde haya un cambio para la escena, porque de repente no está tan chido porque los porcentajes son extraños o los tienes que dividir de una forma extraña.

Antes de empezar esto ¿tenías la noción de gestión o un modelo de lugar?
M: Siempre quise hacer un colectivo, un espacio donde pudiéramos fluir creativamente, que nos alimentara. Y es que tenernos motivados es lo máximo, es como gasolina. Tenía ese sueño desde hace mucho tiempo pero nunca pensé que así.

¿En qué momento decidieron que empezaran a hacer las cosas?
M: Teníamos que hacer cosas porque no nos alcanzaba para pagar la renta. Subimos el presupuesto de nuestra renta tres veces, yo pedí prestado y fue así de "arriesguémonos y ahora lo levantamos porque lo levantamos". Imagínate el potencial, lo vimos y pensamos en todo lo que podíamos hacer aquí pero yo no tenía idea de cómo se manejaba un lugar, cómo se administra el dinero, yo soy pésima pero de repente era "¿Qué hago? ¿Qué tal que la cago?". Mi camino siempre ha estado fuera del sistema, muy rebelde, entonces yo ganaba dinero y vivía de cantar pero ya tener un negocio…

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Ya te absorbió.
M: Muchísimo, porque aparte Scott y yo aquí vivimos. De que nos despertamos hasta las dos o tres de la mañana, todos los días estamos trabajando. Me cambió el esquema, mi rutina, mis niveles de estrés, pero también mi ambición por generar un cambio verdadero. De repente ver a todo el equipo diciendo "tú dinos pa' donde y vamos", todos confiando en mí, de repente tengo familia y tengo una responsabilidad súper cabrona. Además, tengo que cuidar todos los aspectos de mi vida: salud, mi pareja, mis amigos, mi familia, mi trabajo, mi proyecto. Todo mi mundo se amplió para cosas hermosísimas, pero es una chinga. No he dormido bien en meses.

¿Cómo manejas la programación de eventos?
M: La palabra final la tenemos Scott y yo. Aunque hay apertura a todos los estilos, sí hay una curaduría, es lo que ha dado cierto estatus. La gente sabe que va a encontrar algo de calidad. Raúl trae cosas, Óscar Loyola, mi guitarrista, también trae cosas. Amigos o gente escriben en Facebook. Si les decimos que no, los invitamos a venir, como un feedback. Es una chinga porque nos llegan 20 proyectos al día. También hay selección nuestra, como con Le Butcherettes, Deantoni Parks, todos los proyectos de amigos como Descartes a Kant, todo lo que hace Todd (Clouser) me encanta. Algo interesantísimo que está pasando con el espacio es que estamos uniendo mundos: de repente hay jams y llegan músicos de jazz, de rock, de pop, de todo, y se descubren, porque no se conocen entre ellos. Han salido bandas de aquí.

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Sobre los permisos.
M: Todo bien. O sea, ha sido un proceso porque ha sido una lana pero estamos poco a poco ampliando todo para que esté en orden.

Y de la zona ¿qué les dicen?
M: La Doctores a mí me gusta mucho porque es una aventura pero la gente está viniendo. No ha sido una restricción la zona.

¿Qué artistas les gustaría tener? De cualquier índole.
M: Me encantaría tener un acústico de Fiona Apple, tener una convivencia con Radiohead. Así estoy pensando, algún día lo lograré. Obviamente aquí hay un chingo de cosas chidas como Celest. Me encantaría tener a Hong Kong Blood Opera, algo con Café Tacvba, de los proyectos de Caifanes. Pero para todo lo que hacemos siempre nos gusta tener algo diferente, por eso siempre tenemos una junta previa con los artistas.

R: Aquí a Alabama Shakes y Elephant Tree, que es una banda que me gusta mucho.

Elis Paprika. Foto: May & Elroy

¿Cómo perciben el panorama cultural de la ciudad?
M: Mucho tiempo vi muchas fallas; como que me topé con un chorro de cosas y en todas encontraba ciertas trabas. Parte de la necesidad de este lugar fue generar un espacio donde no me encontrara con las mismas trabas. Tratar de hacer las cosas con una competitividad mayor que fomente el esfuerzo, que fomente el trabajo, que dé una plataforma para que sucedan las cosas pero que sí quede claro que se necesita trabajo, porque nos hemos topado con talentos increíbles y a la hora de aterrizar las cosas no pasa.

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Falta disciplina.
M: Yo creo que profesionalismo. También un poco de conciencia de la responsabilidad que tienen en este momento histórico de hacer las cosas bien, porque estamos en un momento con lo de Trump que, en realidad, trajo un chingo de atención y muchos artistas se vinieron para acá, voltearon para acá. Hay una atención increíble: Mexico is the shit, todo mundo tiene ahí algo de México. Es un punto histórico que para mí es fundamental porque todos los éxitos de la historia, ha sido porque están en un momento histórico chingón. Por eso también ofrecemos asesoría, porque mucha gente no sabe cómo, ni cuándo, ni con quién.

Óscar Loyola: Una alternativa de este espacio es un montón de bandas que ya nos les acomoda el modelo de negocio de los lugares. Cada vez hay más gente que está haciendo toda esta parte autogestiva de ya no aguantarse a que tenga que ver un promotor o algo suceda. Aquí comulga esa visión.

Video de Nana Mendoza grabado en las instalaciones de Mooi Collective.

¿Cómo les gustaría trascender, su legado?
M: Para mí sería increíble que la gente diga en algún momento: "A partir de Mooi Collective…".

R: Eso. Hacer un cambio con Mooi Collective. Hacer un cambio a pesar de nacionalidad, idioma, que todos estamos unidos por algo.

M: Ese es un punto importante porque yo me he topado con el tema de "por qué en inglés" o lo de "vamos a hacerlo con proyectos nacionales". Mi visión es que la única forma de neta trascender, es abrir las puertas a un pedo internacional, hacer el intercambio entre todos, que no haya barreras. Todo mundo tiene sus batallas pero la que tenemos es que todos somos raros, ninguno encaja en un tipo de sistema, nos autogestionamos, estamos trabajando por este pedo pero somos diferentes.

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O: Cuando te encuentras a bandas o proyectos que vienen de fuera lo que haces es de alguna forma espejear la manera de hacer las cosas, intercambiar el modelo en otros lugares. Eso es lo que vale la pena estar absorbiendo de esos intercambios, nosotros como entes creativos.

M: Cambiar la perspectiva, cuestionar todas estas cosas, que venga la gente a compartir eso.

¿Ideas locas para futuros eventos?
M: Queremos hacer un evento de tatuajes. También queremos hacer una noche mexicana y traer cholos a poner música. Cosas de comida, de motos. También presentaciones de marcas de música. Súper variado pero siempre una experiencia chida.

¿Qué cosas raras han pasado aquí?
M: Desnudos.

R: Es que la gente siente una especie de libertad que no siente en ningún otro foro.

M: Ha llegado gente súper rara, súper loca, pero todos súper buena onda. Yo soy la saca borrachos y me les acerco y los llevo así de "Estas muy mal, eres mi responsabilidad, tienes que irte".

R: Aparte estamos nosotros en la barra da esa confianza de que podemos decir las cosas y no hay pedo.

M: Luego estamos atendiendo y llega el otro lado, gente mamona, y llegan así de "Disculpen, quiero hablar con el dueño de este lugar", y Scott así de "Soy yo pero no te puedo atender ahorita". O de repente me ven a mí trapeando y se les quita todo, es un espacio de sanación.

R: Otra historia loca es la de los niños con el spray.

M: Hubo una sesión de fotos para una marca que apoya fundaciones y llegaron 30 niños que agarraban las pinturas y corrían por todos lados. Había un niño corriendo hacía un mural de Rilke y alcanzó a ponerle un lunar, o niños agarrándole el pene a una escultura.

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Las historias de Mooi Collective.
O: Y las que faltan.

M: Sí, Le Butcherettes. Hay un teatro arriba de una de las bodegas y se oye todo, si hay alguien sacándose un moco lo escuchas. Entonces Le Butcherettes decidió que iba a tocar a las 9. Yo estaba afuera fumándome un cigarro y de repente oigo un estruendo. Los güeyes del teatro todavía estaban en función. Me empezaron a llegar mensajes de "No, qué clase de artista eres", y le hablaron a la administración. Yo así de "Estuvo divertido mientras duró" pero no, aquí seguimos.

R: Y todos los que vinieron "Estuvo súper chido que Teri subiera a tocar y después se fuera. Nos dejó prendidos."

M: La pudimos parar: encontré al manager, fue, se subió al escenario y así de "Vienen las cámaras de MTV para acá, tenemos que parar esto para esperarlos". Y Teri: "¡Ahorita regresamos!".

Has estado al borde…
M: Del colapso… constante. Y ahora que suba a 500 personas (planean expandir el espacio dos bodegas más para agosto) … pero ya contrataremos personas cuidando, será otra historia.

Escucha el EP que estrenó recientemente Renee Mooi en colaboración con Todd Clouser:

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