Dicen por ahí, algún intelectual de apellido Belting, que la utopía ya no está en el arte, sino que ha migrado a la tecnología. Las obras de esta exposición son cachos de utopía dentro de un proceso creativo. Es la formación de la identidad a través de la exploración de internet. Claro está, son puros artistas jóvenes que crecieron en un carro de Super Mario, el mouse fue su primera espada y el teclado el closet de Narnia a un universo metafísico.
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Veamos el monstruo de internet, ese prado de libertinaje, ese parque de diversiones sin límites donde hay juegos capaces de entrar en el cerebro por las pupilas y otros atacar el espíritu por los oídos. En la pubertad, En la pubertad no entiendes quién eres ni por qué estás parado en ese charco oscuro en medio de la nada, en medio del mundo. Las respuestas no las encuentras en la sopa de tu mamá que has usurpado cada año de vida o en el maestro de matemáticas.
Es el mago de lámpara mágica de internet que tiene para ti la cantidad infinita de opciones para explorar con qué te identificas y con qué no. Entre estos millones de pubertos, hay artistas que ahora crean entre la realidad y el universo digital.
Es tal el atasque del monstruo, del mago, del prado sin horizonte, que se pierde el rastro de la realidad y todo es una pseudoexistencia donde a lo mejor, el punto es la ilusión de mejorar la existencia. Estas ficciones son obras con luces neón, proyecciones, pinturas, un peluche rosa bebé o una luz escarlata.
El sol naciente de Monet es ahora una esfera frente a un horizonte de cuadrícula y la vagina realista de Courbet es una proyección de porno animé.Exponen: Andrea Villalon - Glowjobz - Emilia Garcia - Fermina - Gibran Michel - Noruma - Adrián Fierro - Gyborg - Azzolina - Carlos Correa - Leo - Aureliano AlvaradoCuradora: Angélica BallesterosRecorrido guiado por la curadora de Post Identities: Jueves 2 de junio en Espacio Arterial ‐Querétaro 99 Roma Norte, 6pm ‐9pm, CDMX.
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Veamos el monstruo de internet, ese prado de libertinaje, ese parque de diversiones sin límites donde hay juegos capaces de entrar en el cerebro por las pupilas y otros atacar el espíritu por los oídos. En la pubertad, En la pubertad no entiendes quién eres ni por qué estás parado en ese charco oscuro en medio de la nada, en medio del mundo. Las respuestas no las encuentras en la sopa de tu mamá que has usurpado cada año de vida o en el maestro de matemáticas.
