Comencé este proyecto justo al comienzo de la cuarentena, cuando todos nos sentíamos solitarios y extraños. Quería enfocarme en la situación y sentirme mejor al mismo tiempo, así que subvertí la idea de que la soledad o estar solo es una sensación pesada y profunda que todos experimentamos.
En aquel momento vivía sola, así que decidí hacer pequeños amigos imaginarios para hacerme compañía. Algo así como cuando Tom Hanks crea a Wilson en 'Cast Away. Limitada por los elementos con los que ya contaba en casa, improvisé y tomé las fotos en mi sala de estar, una al día durante el transcurso de una semana. Fue un buen ejercicio para mi cerebro. Quería mantenerme ocupada y reflexionar sobre esta época que vivimos, sin pensarlo demasiado a profundidad.
En retrospectiva, el proyecto adquiere un significado más profundo. Hacer amigos a partir de objetos ubicados en este espacio confinado, pero mantenerse conectado con las personas a través de la tecnología (Zoom, Facetime, etc.) muestra que los amigos no necesitan tener una presencia física para ser significativos.