Lo peor de mí: Los hábitos del viejo Logan

Lo reconozcamos, en voz alta o no, con las palabras envueltas en la faringe, en el estómago, en los dedos. Es cierto, lo sabemos: los regalos de Navidad son un elemento melancólico de las fiestas recién terminadas, pero a casi todos ¡nos vale un bledo la navidad! En su mayoría, estos regalos son cosas materiales, "pero debemos tener siempre en cuenta que la parte más importante del obsequio, es la energía que nosotros ponemos en él", dirá tu abuela ¡Patrañas! El regalarse unos a otros cosas no tiene más significado del que le puedas dar, no es importante el hecho de entregar "algo" que simbólicamente representa nuestros deseos, "en fechas de Amor y Esperanza" ¡Bullshit!

No vas a recordar a tus seres queridos, ni lo importantes que son para tu vida, ni lo mucho que los amas, ¿todo a través de un presente material? ¿ Ese que según la nochebuena te representará en materia y espíritu? ¡No! No te dejes engañar, lo importante es no considerar que el valor del regalo lo define "el amor" con el que fue elegido para esa persona especial ¡Ningún regalo representará tu afecto!

Un regalo nunca será bañado con la energía que seremos capaces de generar al "amar intensamente" a alguien. Ese no es un verdadero regalo, pues aun cuando sea muy costoso –materialmente hablando- carecerá de energía, esa que sale de las entrañas, las vísceras y el vómito de cada uno. Llevar los huesos de nuestro cuerpo a los demás para envolverlos en papel estraza, eso sería un buen regalo.

Sin embargo, este año recién terminado, Logan Hate nos hace un obsequio oscuro, un regalo imperecedero, perpetuo, un sacrílego, lleno de vísceras y tormento: Hate nos regala, de manera honesta, la entraña; un sencillo, pero no cualquier sencillo, sino un track que comprende la filosofía completa del hijo perdido del poeta Carlos Pellicer, un tema con tintes de vieja escuela tatuados en cada nota, y en cada scratch, cada palabra que resuena como poesía emitida de la garganta muerta del autor de Piedra de Sacrificios (1924). Son los hábitos, los buenos y los malos, de un rapero, de un poeta, un lector, un crítico de la vida, un estudioso de las teorías de la conspiración y un talentoso de la rima y el amor. Son los hábitos del viejo Logan, un viejo prematuro con hábitos muy fuertes. Poesía, vieja escuela y Hip-Hop del bueno, es lo que nos regaló Logan Hate esta navidad recién terminada. Descúbrelo tú mismo y siéntete embozado por la exactitud de sus palabras, en estas fechas de sendos regalos ominosos.

¡Enhorabuena! Aquí está lo peor de Logan Hate, que resulta, como siempre, lo mejor, lo más honesto, lo más creativo.