La investigación médica necesita células, animales y humanos del género femenino

Imagina un ataque al corazón y probablemente pienses en una persona agarrándose el pecho mientras un súbito y aplastante dolor emana desde el corazón hacia su brazo izquierdo.

Así es como se ve en un hombre. Una mujer puede  presentar síntomas distintos: una sensación más sutil de aplastamiento que se puede extender desde la espalda hasta el mentón, con sensación de ahogo o dolor abdominal.

Si hablamos de medicina, hombres y mujeres son distintos en muchas formas. Sufren las enfermedades de otra forma, responden distinto a las drogas y las células femeninas y masculinas se  comportan distinto también. Pero aún no sabemos el alcance de estas diferencias porque la investigación médica está dominada por los estudios en el sexo masculino.

"El resultado es que tenemos menos información de las mujeres, pese a que el sexo es una variable biológica fundamental que no ha sido considerada como debería" me dijo por teléfono la Doctora Janine Clayton, directora asociada en investigación de salud femenina del Instituto Nacional de Salud (NIH por sus siglas en inglés).

Clayton encabeza  una nueva iniciativa del NIH para incluir a los dos sexos en investigaciones científicas. Esta semana la organización anunció $10.1 millones de dólares en fondos para incentivar que los investigadores incluyan a los dos en estudios preclínicos y clínicos. En un artículo de la revista Nature, ella explicó que el sexo femenino ES particularmente poco representadO en estudios de células y animales.

Considerar la biología femenina tiene obvias ventajas para las mujeres. Al incluir el sexo como una variable, los investigadores han encontrado diferencias importantes en cómo las mujeres responden a enfermedades o tratamientos, y no estamos hablando de ginecología. Al identificar estas diferencias será posible planear mejores planes de salud para las mujeres.

Reconocer los distintos síntomas de un paro cardiaco es un ejemplo. "Si no sabes la diferencia es posible que no entiendas los síntomas" dice Clayton. Ya que los problemas al corazón producen la mayoría de las muertes en hombres y mujeres, el conocimiento de los síntomas es crítico.

Pero el problema no es sólo de los pacientes que no entienden sus síntomas. Un estudio  publicado en el New England Journal of Medicine el año 2000 encontró que las mujeres son mas proclives a ser mal diagnosticadas si llegan a una sala de emergencia con síntomas de ataque al corazón. Los pacientes que no sean blancos también son más proclives a ser enviados a casa. Un estudio publicado este año en el Canadian Medical Association Journal encontró que los hombres con síntomas de paro cardiaco reciben cuidados mucho más rápido que las mujeres.

La falta de conocimiento sobre los síntomas en el sexo femenino ocurre porque los investigadores han preferido hombres, y continúa siendo así. "Es un punto ciego para algunos científicos, simplemente no han pensado en eso" dice Clayton.

Es necesario señalar lo obvio: a nivel biológico los hombres son distintos a las mujeres.

"Una mujer no sólo es más pequeña que un hombre; todos sus sistemas funcionan diferente pese a que son anatómicamente similares" me dijo Marek Glezerman, presidente de la Asociación Internacional de Medicina de Género. "Esto tiene una profunda importancia en los diagnósticos y el tratamiento".

Glezerman cree que en la medicina con mujeres sucede lo mismo que hace 20 años con los niños, cuando se asumía que eran una especie de mini adultos.

La diferencia entre los sexos continúa porque, sin pensarlo mucho, las investigaciones se han hecho en hombres. Irónicamente la razón por la que se excluyen a las mujeres de los estudios premédicos es la misma razón por la que deben ser incluídas: son diferentes.

Clayton explica que la decisión de usar hombres es para reducir las variables. "La idea era que el ciclo estral, comparable al ciclo menstrual de las mujeres, podría causar variables en estudios con animales, lo que haría más difícil interpretar los resultados" dice.

Ahora se sabe que estos cambios hormonales no afectan la mayoría de los resultados. De todas formas, y dado que la mitad de la población tiene menstruación por un largo trecho de su vida adulta, sugiero que cualquier variable que surja sea revisada.

Esta fuera de lugar el miedo al ciclo menstrual. Sus variables son una de las razones por las que las mujeres han estado ausentes de las pruebas clínicas en el pasado, pero no son la única razón.

Glezerman señala que en 1977 la FDA  excluyó de las pruebas clínicas a todas las mujeres en edad de tener hijos luego de un par de catástrofes publicas, como la crisis de los defectos de nacimiento en los años 60, ocurridos porque algunas mujeres tomaron Talidomida para combatir los mareos matutinos.

Por supuesto que se deben tomar precauciones con las mujeres embarazadas, pero negarle a todos las mujeres el acceso a pruebas médicas también deja a los científicos sin la oportunidad de investigar estas diferencias entre los sexos, y eso también puede ser peligroso. Por ejemplo, muchas drogas  son capaces de causar arritmia que podría ser fatal en las mujeres, por eso es importante saber estos riesgos específicos antes que las drogas estén en el mercado. La FDA levantó la restricción de utilizar mujeres en pruebas clínicas el año 1993.

De acuerdo a Glezerman, muchos investigadores no están convencidos: en general es más fácil reclutar hombres para los estudios, porque más allá de la igualdad de género, es probable que las mujeres estén cuidando niños y cosas así. "Esto es algo que aun no hemos superado" dice. Y también está el hecho que la ciencia siempre ha estado más interesada en los hombres. Mira la  división que existe en la investigación de genitales dentro del reino animal.

El paisaje está cambiando y la conciencia general sobre este problema crece. Iniciativas como la Sociedad Internacional de Medicina de Géneros y el compromiso de NIH en usar células y animales de distintos sexos en sus investigaciones está ayudando al cambio.

Porque, finalmente, incluir mujeres en pruebas preclínicas y clínicas no sólo ayuda a las mujeres. Ayuda a los hombres también.

Un estudio del 2007 encontró que las células madre femeninas trabajan mejor al regenerar tejido de músculos, tanto en ratones macho como hembra. Esto jamás habría sido reconocido si el sexo de las células madre no hubiese sido incluido como variable.

Otro ejemplo: Clayton dice que las mujeres se recuperan de los traumas en la cabeza más rápido que los hombres. "Si pudiéramos entender qué hay en el cerebro femenino, una especie de efecto protector, podríamos diseñar tratamientos que ayuden a los hombres" explica.

Y mientras más sepamos cuan diferente es la biología femenina de la versión masculina que utilizamos como standard, quizás seamos capaces de  crear aparatos que salvan vidas y que también sirvan para las mujeres.

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