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Ahora, es obvio que al estar bajo los efectos del alcohol estamos bastante cerca de cometer alguna estupidez. Quizás termines peleándote con tu mejor amigo, teniendo sexo con alguien que seguramente te vas a arrepentir, o escribiéndole a tu ex pareja sobre cuánto la extrañas, sólo para recibir un "¿estás borracho, pendejo?". Y en algunos casos más extremos, terminas detenido; todos sabemos que eso es más que posible.Para confirmar estas suposiciones, fuimos a un bar a platicar con algunas personas sobre sus peores borracheras.
Omar, 20 años
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A media carrera, uno de los autos empezó a fallar y nos quedamos varados en plena calle. Unos policías nos vieron y empezaron a revisarnos —todos estábamos llenos de drogas—, por suerte uno de mis amigos tenía un pasaporte canadiense y nos dejaron ir antes de que nos encontraran algo. A medio camino nos detuvieron otros policías —probablemente alertados por los que nos detuvieron primero— y estos sí nos encontraron todo lo que teníamos y terminamos detenidos esa noche. Tuvimos que ofrecerles nuestros relojes, dinero, teléfonos y más pertenencias para que nos soltaran. Como esto no fue suficiente para ellos, llamaron al padre de uno de mis amigos y bueno, la cosa se puso peor. Nuestros padres aún nos tienen en la mira desde ese día, no nos dan lana y nos hacen la vida imposible.
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Ferguson, 32 años
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Diego, 20 años
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Estaba en la fiesta de graduación de un amigo. Lo que más me gusta de las graduaciones y bodas es la cantidad de comida y alcohol gratis que hay, siempre es inagotable y me encanta. Ya como a las 3 de la madrugada, cuando se estaba montando una banda que ni recuerdo quiénes eran, empecé a buscar a mis amigos para estar acompañado en mi borrachera. Salí un momento a fumar un cigarro y llegó un amigo con un porro, lo fumamos a escondidas y volvimos a la fiesta. Me puse más feliz y me desinhibí aún más, y casi al mismo tiempo llegó un amigo con su novia a la que todos sabíamos que él estaba poniéndole los cuernos.
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Sergio, 21 años
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No me preguntes cómo los dueños de la casa no se dieron cuenta de nuestros gritos y saltos, pero nuestra próxima idea fue quitarnos la ropa y correr desnudos hasta el próximo semáforo en rojo que viéramos.Luego de ese recuerdo, lo próximo que me vino a la mente fue mi cuerpo en el piso de mi casa, mirando al techo y pensando en que había corrido desnudo para llegar a mi hogar, pero con la ropa en las manos. No dormí en el piso, dormí en el retrete ya que pasé todo lo que restaba de la noche vomitando. Lección: nunca tomen ningún licor el cual su logo sea un pirata.