Puro sentimiento que motiva: Una entrevista con PAZ

Este artículo se publicó originalmente en Noisey, el canal de música de Vice, con noticias, videos, documentales y reseñas que no son aburridas

PAZ es todo un hito en la música contemporánea, latina y universal. Es la gloriosa bandera de la comunidad LGBT izada con valor, solemnidad y propósito, y no sólo de ese gran estandarte, sino de la humildad y la sabiduría del pueblo mapuche, el activismo por la libertad de expresión y la algarabía de la música. Una eufonía honesta, germinada de ahí, de la tierra, como un delicioso fruto sonoro, y del barrio, de las calles, de donde surge la verdadera amistad y el amor auténtico.

Paz ya no es un concepto: podemos escucharlo en una fiesta o en la disco programando beats, o en la pantalla grande, en una actuación solemne o un soundtrack inolvidable. Acaba de lanzar su sencillo "Emergente", disponible ya en todas las plataformas digitales, así que aprovechamos para tener una interesante charla con este hito contemporáneo de la música verídica.

NOISEY: "Witrange anay, winkey com pu che ñi duam": "levántate, amanece para todos"; una frase mapuche que se aplicaba para una desgracia. Era como recordarle a alguien que después de la noche —por más negra que sea— llega la luz del día. ¿Qué queda del pueblo mapuche en ti? Del pueblo Mapuche me queda la conexión con la ancestralidad de la Patagonia. El amor a la Tierra y el respeto a la colectividad. Que a pesar de todos estos años desde la colonización donde hubo —y todavía hay— mucha violencia, tortura, robo, esclavitud y muerte, seguimos creciendo y luchando. Estamos en diferentes ambientes, pero con un mismo propósito: una alternativa de vida más justa y en equilibrio con la naturaleza.

¿Cómo fue crecer en Allen, ciudad y municipio de la provincia del Río Negro en Argentina? En Allen tuve una infancia maravillosa, viviendo en "El Santa", barrio donde nací y crecí. Rodeada de chacras, ríos y bardas (pequeñas montañas). Tengo muy lindos recuerdos de mis vecinos y de cuánto me sentía protegido dentro de mi barrio. Caminé mucho por la ciudad, siempre andaba inquieto. Intentaba aprovechar al máximo todas las actividades, no habían muchas alternativas. Odiaba dormir la siesta, prefería ver novelas, visitar mis abuelos o vecinos. Fui la clásica "callejera", pero puedo decir que conocí muy bien mi lugar. Tuve una vida de pueblo. La adolescencia ya comenzó hacerse un poco tensa para mí. No es nada fácil ser marica de ciudad del interior y yo quería viajar, conocer otros lugares. Igual siempre vuelvo a visitar a la familia, los vecinos y amigos. Aprovecho para empoderar a las maricas de allá, a fortalecer y a perder el miedo.

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