Si se busca en Google el sello disquero ecuatoriano Caife, increíblemente no aparece nada. Digo que es increíble porque este sello grabó decenas de cintas de artistas ecuatorianos y no existe un solo registro de aquello. Es como si esas voces y sonidos se hubieron perdido en el tiempo como simples murmullos que alguna vez sonaron en alguna fiesta popular. Pero las vueltas de la vida son muy locas. Tal vez por el azar o porque es destino así lo quiso, Daniel Lofredo Rota – mejor conocido como Quixosis, uno de los productores y artistas visuales más creativos del vecino del sur– encontró mientras revisaba las cosas de su difunto abuelo, Carlos Rota, una valija de llena de cintas viejas.Un tesoro perdido que llegó a las manos de este productor que experimenta con los sonidos folclóricos del Ecuador. Definitivamente, esas cintas que registraron la música popular del país de principios del siglo pasado, no pidieron terminar en un mejor lugar. Quixosis no tenía idea que su abuelo alguna vez manejó un sello. Durante 45 años, esas grabaciones permanecieron guardadas entre papel como un secreto. Milagrosamente, todas se conservaron y muchas están minuciosamente marcadas, pero una buena parte del lote es un misterio.¿De quiénes son esas voces que suenan? ¿Cuándo las grabaron? ¿Dónde sonaban? Son las preguntas que el productor ecuatoriano se ha planteado responder. Para eso tuvo que, primero, encontrar dónde reproducir estas joyas. Después comenzó un proceso de escarbar en la historia musical ecuatoriana para darle un nombre a cada cosa.Albazos, pasillos, boleros son alguno de los ritmos que las grabaciones de Caife guardan. Pero tal vez una de las cosas más interesantes de este descubrimiento es que muchas evidencian una unión entre el mundo indígena y el criollo. Un registro del mestizaje hecho canción. Algo así como la música de Quixosis, donde se siente un ritual de ritmos ancestrales y sonidos futuristas que nos transportan a un mundo de mándalas, bailes, fuego y San Pedro.En una entrevista hecha para el New York Times, Daniel dice que para cumplir su misión de sacar del anonimato a todos estos músicos, se ha puesto a buscar a las personas que saben. Una de ellas es Laura Ríos de la radio de la Casa de La Cultura, quien tiene acceso a un archivo colosal. El problema es que no hay personal suficiente para analizarlo y catalogarlo todo.Por ahora Quixosis está en el proceso de digitalizar todo esa herencia dejada por su abuelo y parte del material se puede escuchar en el Soundcloud, Memoria Análoga.Este descubrimiento es sumamente importante para la música ecuatoriana, porque es un registro de la memoria del país. Una muestra de los procesos, el legado y el talento de decenas de músicos que ayudaron a forjar parte de la cultura ecuatoriana y ahora pueden volver a cantar.Hace unos meses ZZK Records hice un video sobre esta feliz coincidencia. Disfrútenlo aquí abajo.
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