'Damaged' de Black Flag es un disco icónico pero, ¿por qué no es más influyente?

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Música

'Damaged' de Black Flag es un disco icónico pero, ¿por qué no es más influyente?

¿El icónico disco debut de la banda impulsó el hardcore o su retrasado lanzamiento tuvo que pasar por la caseta?

Pregúntale a cualquier banda de hardcore cuáles son sus influencias y mencionarán Black Flag. Después de todo, la banda ha sido fundamental en la evolución del hardcore, siendo el primer acto que la mayoría de la gente señala para explicar cómo el punk pasó del pop chicle de los Ramones al nihilismo destructivo del hardcore. Su Nervous Breakdown EP de 1979 tomó el estridente filo del punk y comenzó romperlo todo. Las canciones eran más cortas, la producción más mordaz, y los shows más impulsivos. Donde los primeros discos de punk todavía sonaban como música, Black Flag era una pared de ruido.

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Pero la formación que hizo Nervous Breakdown no duró. El vocalista Keith Morris y el baterista Brian Migdol dejaron la banda, lo que dejó al bajista Chuck Dukowski y al guitarrista/director de la banda Greg Ginn manteniéndose firmes y buscando nuevos miembros para grabar. Pero esos integrantes nuevos se iban a esfumar con la misma rapidez, lo que estableció un patrón que se repetiría una y otra vez a lo largo de la historia de Black Flag, incluso hasta la actualidad, con Ginn pidiendo a extraños que conoce en el supermercado tocar el bajo.

Cuando la banda se encontró en un terreno algo estable a principios de los años 80, la reputación de Black Flag había crecido, para bien y para mal. Sus conciertos en el área del sur de California a menudo se convertían en disturbios auténticos, lo que dificultó que Black Flag realmente tocara música en vivo. Y aunque el primer lanzamiento del grupo estableció la esencia del hardcore, fue el compromiso incansable de la banda por viajar lo que establecería la red de giras DIY que tantas jóvenes bandas han rescatado después. A pesar de sentar las bases para el hardcore, y aparentemente haber inventado una forma de armar tours que las bandas usan hasta el día de hoy, Black Flag todavía tenía que crear un buen álbum de larga duración, sin importar que la materia prima ya estuviera ahí. Mucho antes de que lanzaran su álbum debut Damaged, la banda estuvo ya había tocado esas canciones por todo el país, dándole a la muchachada una idea de lo que estaba por venir, pero también dándoles una capacidad para construir algo sobre esa misma idea.

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Antes de ir más lejos, es importante afirmar que Damaged es increíblemente bueno. Incluso ahora, casi 40 años después, el disco sigue siendo un viaje emocionante. Desde el himno "Rise Above" hasta la desastrosa e iracunda "Police Story", a la oscura e introspectiva "Depression", sin dejar de mencionar la locura desenfrenada que cierra el álbum en "Damaged I", cada una es un momento que captura algo que pocos discos de ese tiempo pudieron hacer. Y todavía resuena. Es una introducción al hardcore de finales de los 70 y principios de los 80 que sigue funcionando exactamente como tal para muchas personas interesadas en el género. Pero de alguna manera, se siente como si existiera en un vacío.

Para cuando se lanzó Damaged en diciembre de 1981, el sonido que Black Flag había creado no sólo estaba ganando terreno en Estados Unidos, sino que estaba mutando en cualquier pueblo al que lo llevaran. Poco después de que el cantante Henry Rollins se uniera a Black Flag y se moviera a California, las bandas con las que Rollins creció comenzaron a llamar la atención. La ira desenfrenada de Minor Threat y su ética antidrogas informarían al movimiento juvenil straight edge que se pondría de moda durante la década siguiente. Los malvados ataques de Bad Brains, con una velocidad distorsionada, introducirían un nuevo conjunto de virtuosismo y fluidez en un género que a menudo se ve lleno de composiciones sin pies ni cabeza. Tanto en San Pedro, California como en Austin, Texas, the Minutemen y Big Boys comenzaron a incorporar un toque medio funk al tempo primitivo del hardcore. En San Francisco, los Dead Kennedys le metían un poco de historia y ciencia ficción sardónica a letras que a menudo eran sloganes simplistas. NoMeansNo de Canadá tomaría el enfoque lírico de Dead Kennedys para incorporarlo en sus composiciones de inclinación jazzística. Descendents trajeron montones de hooks pop a la mesa mientras cantaban sobre comida rápida y café. Y en el Medio Oeste, Hüsker Dü le pegaba al reverb hasta que sus canciones sonaran como martillantes bocinas en lugar de riffs de guitarra. El hardcore había cambiado, pero Black Flag seguía siendo era Black Flag.

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Todas esas giras e inestabilidad interpersonal al interior de la banda significaron que Black Flag llevaba girando con las mismas las canciones del Damaged por años y en lugar de que esas canciones se sintieran parte de la revolución de la forma, Black Flag se sentía un par de pasos atrás del hardcore. Para la chaviza que anhelaba una versión más rápida, más fuerte y más dura de las canciones del Nervous Breakdown, Damaged sonaba como si a la banda la estuvieran nalgueando en lugar de que estuviera llevando la batuta. Para entonces, otras bandas comenzaron a hacer giras, y Black Flag pasó de ser el único jale en la ciudad a la banda con un tiro al blanco en la espalda; después de todo, los punks de esa época no tenían mucho interés en rendir homenaje a lo que estaba antes de ellos.

Al igual que la reputación de Black Flag como una ruidosa banda en vivo complicó su oportunidad de tocar en el sur de California, un acuerdo de distribución fallido con Unicorn Records —una subsidiaria de la importante disquera MCA— estropearía la salida de Damaged también. El disco no llegó a los estantes de todo el país de la manera que la banda esperaba, aunque aún así obtuvo mucha atención por sí solo. El fiasco obligó a la banda a distribuirlo a través de los propios registros de SST Records que tenía Ginn —recibiendo una demanda de Unicorn en el proceso.

Esta batalla legal haría casi imposible que Black Flag lanzara nueva música, obligando a la banda a lanzar la recopilación Everything Went Black y The First Four Years como remanentes. En una época en que el hardcore estaba llegando a uno de sus grandes picos, el crecimiento de Black Flag fue estropeado, viéndose obligados a confiar en su viejo material en un momento en que los fans exigían algo nuevo y mucho más avanzado.

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Cuando Black Flag surgió de nuevo en 1984 con un trío de largometrajes, el sonido de la banda había cambiado drásticamente —y también la escena hardcore. Las bandas habían chocado con una pared creativa, llevando a varias incluso a separarse, lo que permitió a Black Flag entrar de nuevo con My War y recuperar el trono que había dejado vacante. La nueva formación con Rollins, Ginn, y el baterista de Descendents Bill Stevenson, ofreció una nueva dirección de una manera en que Damaged jamás pudo. My War era un fuerte pisoteo a medio ritmo, lleno de los riffs escalados y polirítmicos de Ginn y los estilos vocales más refinados de Rollins. Pero era el lado B del disco, una serie de tres largas canciones de lentas voces glaciares que —como Nervous Breakdown antes— enamoraba completamente.

Pocos discos tienen páginas de Facebook dedicadas a sus lados B, y mucho menos pueden ser vistos como puntos de conexión para géneros tan dispares como el sludge metal y el grunge —si la opinión de Kurt Cobain fuera relevante. My War es el disco que permitiría a bandas como los Melvins encontrar un modelo sobre el cual pudieran seguir construyendo, y ofrecía un enfoque diferente al cruce emergente entre el hardcore y el metal. Si las canciones que formaban el compilado First Four Years ofrecían al hardcore un cierto conjunto de estándares —exactamente tres millones de covers de "Nervous Breakdown" se han realizado hasta la fecha— My War pavimentó un camino hacia adelante, incluso, conduciendo a la destrucción de la banda en 1986.

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Pero, ¿qué hay de Damaged, el primer disco icónico del acto hardcore más grande? Más allá de ser un disco que es básicamente impecable, es difícil ver qué influencia duradera ha tenido en el género al que está vinculado. De alguna manera, se convirtió en la puerta de entrada al hardcore para niños con un incipiente interés por el género, muchas veces es mencionado incluso como el único disco gardcore que no-fans del hardcore han escuchado. La portada de Damaged —que en una foto del escenario muestra a Rollins rompiendo un espejo a puño cerrado— es tan emblemática como la de Master Of Puppets de Metallica. Incluso si no sabes a qué suena Damaged, la portada te dice exactamente la respuesta. Es lo que la ha convertido en la forma perfecta de rebelión adolescente, ejemplificada por James Franco asintiendo con ella en un episodio de Freaks And Geeks, lo cual tiene sentido para los fans de una sitcom.

A través de los años 90 y principios de los 2000, el hardcore siguió evolucionando, con nuevos subgéneros surgiendo y con bandas menos atadas a su historia. Al igual que las tendencias en el rap de hoy, el hardcore se desarrolló increíblemente rápido en ese entonces, experimentando con nuevos sonidos y enfoques, y teniendo menos interés en la adoración de ídolos. La música encontrada en The First Four Years ofrecía a las bandas nuevas maneras de hacer las cosas, mientras que Damaged se percibía como algo atado al período gestacional del hardcore en vez de a su presente vigorizante.

Aunque nada de esto hace menos el lugar de Damaged en la historia, no puede dejar de sentirse como un álbum cuya huella en el sonido real del hardcore se perdió en el camino. La brecha de dos años entre Nervous Breakdown y Damaged no parece ser amplia, pero fue suficiente para evitar que Black Flag estableciera un verdadero punto de referencia con su primer álbum. Claro, todos los chicos de una banda hardcore dicen que les gusta Black Flag, pero ¿cuántos de ellos se refieren a la Black Flag de Damaged?

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