Todos a cantar: Los himnos institucionales más patéticos de Colombia

Sabemos que muchas instituciones públicas tienen su propio himno, uno que debe ser cantado con honor y gallardía por todos sus empleados, pecho henchido, mientras sus jefes los observan con una mirada entre el cariño paternal y el asco más honesto. Estos cantos rimbombantes definen en pocas estrofas la imagen que la empresa quiere transmitir y son una fastidiosa forma de reforzar la identidad corporativa y el sentido de propiedad entre los asalariados, y de recordarle al rebaño que su felicidad es equivalente al orgullo que sienten por su querida institución. En Noisey decidimos buscar algunos de estos solemnes himnos kafkianos que miles de personas están obligadas a corear en las quermeses, izadas y ceremonias de premiación de los torneos mixtos de fútbol cinco empresarial, y sacamos una fina selección de piezas que se destacan por su exagerada exaltación del valor institucional.

Así pues, afinen sus gargantas, mano al corazón y… ***

Registraduría Nacional del Estado

Trabajando en equipo y alegres / Con esmero entusiasmo y tesón.

Para levantarle el espíritu a todos los explotados y deprimidos empleados condenados al monótono y aburrido trabajo de registras cédulas y contar votos, la Registraduría sólo debe poner las sagradas notas de su himno y listo, no hay mejor motivación. ¿Cómo no sentirse motivado después de escuchar al tenor de la Registraduría hablar de las cualidades y la historia de esta respetuosa y eficiente institución? Si yo trabajara ahí, de seguro cantaría con una sonrisa de banana a toda voz, todo el día, a toda hora.

Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC)

Reclusos y guardias, cambiemos las rejas / Por fe y disciplina, estudio, trabajo y amor.

Un himno no es sólo canto, también debe tener una música que haga honor a la letra y a la institución que representa. Se nota que el INPEC le metió plata a su himno, porque por lo general estos son cantados por cualquier gato. En este caso, la canción espiritual del sistema penitenciario colombiano incluye un coro de voces masculinas y femeninas, y es musicalizado con un redoblante que te invita a marchar en escuadra y perfectamente uniformado. Además, está complementado por una flauta tan sublime que le saca las lagrimas hasta al asesino en serie más flemático. Ahora bien, paradójicamente, en una de sus estrofas este himno (diseñado para presos) dice: "Luchemos porque haya justicia, porque no perdamos nuestra libertad". Curioso.

Ecopetrol

Para volar muy alto cambiamos destinos / Confiando en sí mismo podemos volar (sic)

La canción institucional de Ecopetrol va más allá de toda expectativa. Esta no es un clásica marcha con trompetas y coros, ¡no señores! Aquí le entraron al tropipop con acordeón, solo de guitarra eléctrica y toda la cosa. Este es un himno diseñado para ser cantado por un montón de obreros extasiados que mueven los brazos al ritmo de la música y prendiendo uno que otro encendedor en señal, más que de armonía o conexión, de pleitesía profunda con la sustancia misma que posibilita que el encendedor se encienda: el petróleo. Es pura hipnosis empresarial. Nosotros suponemos que cuando los trabajadores de Ecopetrol son forzados a cantar su himno, también les toca bailar una coreografía.

Contraloría de Cali

La Contraloría ejerce control fiscal, en Santiago de Cali que es nuestra gran ciudad / Las caleñas, los caleños, todos pueden participar, en la veeduría del recurso fiscal

Una mañana, en las oficinas de la Contraloría del Cali, apareció un memorando que decía: “Se busca poeta frustrado y lamebotas para componer el glorioso himno de nuestra honorable institución pública”. El resultado es tan efectivo que las caleñas ya no son como las flores, sino que todas optaron por ser veedoras del recurso fiscal… lo que sea que eso signifique.

Sindicato de Empleados de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (SINEDIAN)

Una lucha firme y limpia nos hará reivindicar / Los derechos adquiridos en esta nuestra entidad / Que el Gobierno no ha cumplido por su actitud desleal.

¿Quién dice que para hacer un buen himno se necesita una orquesta gigante y/o un coro gregoriano? La SINEDIAN nos demuestra que sólo se requiere de una casetera y mucha actitud. A quién le importa si el que canta no sabe afinar o si la música viene de una pista genérica, lo que importa es ser solemnes, expresarle el amor a la entidad y tener un canto que una todos los corazones al unísono de un coro sublime y en contra del enemigo mayor: el Gobierno ladrón. ¡SINEDIAN O MUERTE!

Recomiéndanos tu himno institucional favorito por aquí abajo en los comentarios.