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Música

Guns N' Roses: ¿Banda, leyenda, o una completa mierda?

Rodeados constantemente por un aire de desastre inminente, Guns ha tenido siempre la estabilidad de un cohete sin piloto ardiendo en llamas por el cielo. ¿Pero no es eso lo que nos gusta de ellos?

En el fondo, todo el mundo tiene algo que aman pero que no saben explicar exactamente por qué. Ya sea una sopa con tuétano, la película Spanglish, o a alguien con quien ibas en primara —nos aferramos a las cosas, y nos entregamos a cosas que probablemente deberíamos de dejar atrás. Para mí, esa lucha la he tenido los últimos quince años, tratando de justificar mi amor por Guns N’Roses, contra una oleada de odio y burlas de parte de cualquier persona nacida después de 1990.

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Mi verdadera pasión por Guns N' Roses empezó un largo día de verano en 2003, cuando mis entonces gordos dedos empezaron a teclear en la enorme computadora de escritorio de mis padres. Utilizando un sitio llamado Freewebs, creé el sitio gnronline.freewebs.com. Para aquellos no familiarizados con el lingo, mi yo de 12 años creó un fansite de Guns N’Roses. Así que aunque usualmente intento articular mis pensamientos utilizando términos más elaborados, me presenté así: “Hola y bienvenidos a Guns N’Roses online, ¡¡el mejor sitio de Guns N'Roses!! Creé este sitio porque soy un fan enorme de GN’R fan y creo que hacen la mejor música que ha escuchado el mundo!”

Mirando atrás, esas breves líneas probablemente sean una de las cosas más genuinas que he escrito sobre música. Porque, cuando se anunció que una banda cercana a la alineación original de Guns N' Roses se reuniría en abril para formar parte de Coachella, casi podía saborear la emoción como un sabor dulce en mi paladar. Esa emoción familiar que venía de escuchar a Guns N’Roses empezó a correr por mis venas una vez más; el sentimiento que seguramente te da cuando vas en un coche de rallys sin cinturón atravesó mis nervios.

La última vez que vi a la banda fue en el festival de Reading, en 2010. El único ruido más fuerte que los avasalladores abucheos era la voz de Axl Rose, mandando al carajo a los organizadores. Todos mis amigos regresaron a sus tiendas de campaña sin mí. “Esto es una mierda,” dijeron. “Ya sé,” contesté, “es perfecto.” Ese es el mismo sentimiento que miles de personas tuvieron sobre su reunión de 2016: "Por esto odio la reunión de Guns N' Roses" escribió Stereogum, "Va a ser una mierda" dijo MetalSucks, y "¿Por qué?" preguntaron varios en Twitter.

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Imagen via Wikipedia

Pero, ¿qué es lo que hace que tanta gente odie a Guns N’Roses tan fácilmente? Supongo que está el hecho de que el grupo ha seguido existiendo mucho más tiempo después de su fecha de expiración. Constantemente rodeados de un aire de desastre, tienen la estabilidad de un cohete sin piloto lanzando llamas por todo el cielo. Llegando tarde a conciertos si es que llega, sin aliento, pasado de peso y usando chamarras de cuero blancas y botas de vaquero que parecen un cliché de la crisis de la edad media, Axl Rose es el papá disfuncional de los vocalistas de rock, liderando un grupo cuya alineación ha cambiando más veces que la mayoría de los mejores equipos de futbol.

Del despido del baterista Steven Adler en 1990 por su adicción a la heroína, a la salida de Slash en 1996, en la que citó las tendencias “visionarias” de Axl como el catalizador de su partida, el ego de Axl ha detonado este proyecto desde el interior de la banda desde el día uno. No existen muchas bandas que tengan una entrada en Wikipedia detallando los más de 50 músicos que han formado parte del grupo —e incluso son menos los casos que muestran una tabla que delínea exactamente cuándo cada miembro se unióy después dejó el grupo. Pero ese es exactamente el tipo de cosa que existe en la Wiki-lista de integrantes de Guns N' Roses, la cual parece sugerir que Axl Rose ha pasado los últimos diez años tratando a sus guitarristas principales como sandwiches rancios.

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Mirando los datos, estoy seguro de que una cosa les va a brincar: ¿ven esa gruesa vena roja hasta arriba de la tabla, al mismo la fuente vital de vida y el súcubo? Ahí es donde Axl Rose gradualmente ha estado armando y desarmando su propio Imperio. Es casi como si la historia completa de la banda fuera básicamente un eterno reacomodo a modo de venganza, y es quizá por eso que tanta gente ha perdido interés en el grupo. Pero no yo. A mí me mama este pedo. Porque los interminables cambios de alineación son la felicidad irresistible que late en el corazón de este desastre. Cuando pienso en ello, es también exactamente lo que hace que esta reunión de la alineación original sea algo de asombro.

En el fondo, Guns N’ Roses nunca ha sido realmente una banda. Son un mito. Un cuento de vaqueros lleno de arrogancia, enemistades e intereses personales. Las implosiones son parte del acto y no existe Guns N’ Roses sin la amenaza constante de renuncias, golpes y escándalos. Son una banda cocinada en una historia de coca, fijador de pelo y colágeno. Son parte del lado obscuro del sueño Americano —el lado que torna la ambición en avaricia, el lado que huele a cuero quemado y convierte a amigos en enemigos. Son una saga interminable de drogas, violencia, dolor y pantalones de cuero entallados que se han puerto del folclor de Sunset Strip. Y por fin tenemos a la alineación completa de vuelta. ¿Qué deberíamos de odiar?

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Para entender la importancia de esta reunión, tienen que apreciar lo cortas que fueron las “épocas doradas” de Guns N’ Roses. El álbum debut de la banda, Appetite For Destruction – el cual fue publicado en 1987 y que felizmente describiré como un 10/10 absoluto – es el único LP que tiene la alineación original, y el único que es bueno de principio a fin. Sin embargo, esta inconsistencia, la cual provoca que tanta gente los odie, es parte de la fiesta. Escuchen “Welcome to the Jungle”: esos primeros demoledores acordes no son el sonido de una banda que luego quizá produciría un álbum de electrónica experimental. No, ese es el sonido de un tren que salió descarrilado de su estación. El título del álbum era una profecía que terminó por cumplirse —una banda tan hambrienta que estaban destinados a consumirse a ellos mismos.

Por supuesto, toda esta examinación de qué los hace tan desagradables para tantas personas deja a un lado que Axl Rose claramente es un ser humano vil. Un egomaniaco desalmado cuyas tendencias autodestructivas se muestran a la perfección por el dolor real que le ha acusado a aquellos que lo rodean. Su historia es una en la que “Sympathy for the Devil” no le llega a los talones. Pero esta reunión está pasando. Digan lo que digan, esta banda es el sangriento producto de los excesos de finales del siglo XX —cuando el país más poderoso del mundo seguía siendo el país más poderoso del mundo. Esto es un gran pedo.

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La sabiduría colectiva asumía que Guns N’Roses jamás se reuniría. Estos tipos históricamente se odian. Mientras que la reunión de LCD Soundsystem fue a través de una ida a tomar un café con viejos amigos, no debemos de olvidarnos que apenas en el 2012 Slash afirmó que Axl “lo odiaba con ganas.” Después de la adicción, las mentiras, la manipulación y un terrible álbum de covers de punk titulado The Spaghetti Incident, pensamos que esto jamás iba a pasar. Por eso, el hecho de que gran parte de la alineación original de Guns N’Roses vaya a tocar en festivales alrededor del mundo este verano es un extraño milagro por sí mismo. line-up will be playing on festival stages this Summer is a bizarre miracle in of itself.

Si te aproximas a Guns N’ Roses con críticas enfocadas en algún tema secundario como, no sé, su música, entonces tienes que reconfigurar tu cerebro. No se trata de eso. Según los estándares médicos, todos los integrantes originales de Guns deberían de estar muertos. La banda definitivamente no debería de haber seguido existiendo después de su primer álbum. Y sin embargo sobrevivieron. Es esta existencia antinatural la que hace que esta reunión sea emocionante. Contra todo pronóstico, Guns N’Roses están de vuelta para un round más. Y si eso no los convence, entonces tómenlo de la boca de Axl mismo.

Súbanse al ring, cabrones. Este es nuestro momento.

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