Fue bueno salir de casa

The Wolfpack está disponible en iTunes y estará en los cines mexicanos a partir del 27 de agosto.

Esta fotografía resume lo que es el Wolfpack. Los hermanos Bhagavan, Eddie, Glenn, Govinda, Mukunda y Narayana Angulo, que estuvieron encerrados casi toda su vida, pasaron de ser invisibles a estar en todos lados. Me quedé a dormir en el mismo piso del hotel donde se hospedaron ellos por una semana y vi cómo Hollywood recreó el capitulo de bienvenida de Castaway para los seis Tom Hanks con nariz grande. Fue increíble el nivel de fanatismo. Todos, incluyendo a Werner Herzog, David O. Russell y a un transeúnte de Journey, los veían con la boca abierta y ojos curiosos. Era posible meter una Big Mac en la sonrisa de Demi Moore cuando se los encontró. Fue increíble. Y cada encuentro venía acompañado de una lista de sugerencias, promesas, personas con las que tenían que hablar e ideas de qué hacer después.

¿Dónde quedaron los instintos maternales de la gente? Como los hermanos Angulo crecieron con las películas, ¿son la prueba de las fuerzas místicas que atraen a la gente a California? Sí. Las películas aún tienen significado. Otra cosa que intriga a la gente es: ¿Están locos? ¿Están bien? ¿Van a colapsar? Esas son las preguntas más innecesarias del momento. No tengo ninguna autoridad pero las voy a responder.

¿Están locos? Son adorables, curiosos y amables. ¿Son raros? Sí, mucho. ¿Van a colapsar? Nunca. Pasé una hora con su madre —la siempre alegre y ronca Susanne Reisenbichler— y con eso bastó para responder las preguntas. Sus hijos, cuyo rango de edad es de entre 16 y 24 años, poseen una filosofía y una profundidad emocional más allá de lo que puedan captar de Quentin Tarantino. Le pregunté a Susanne qué magia le permitió ser el centro del pequeño escondite de sus hijos y me respondió con los ojos llorosos: "Fueron ellos los que me salvaron".

Con mamá acompañándolos, durante todo el recorrido por Los Ángeles se escuchan gritos como: "¡Oh, Dios mío, Narayana. ¿Ya viste esas flores? ¡Son hermosas! ¡Eddie, mira, Capitol Records! ¡Mira, Mukunda, John Travolta!". La mujer es tan alegre que podría animar un estadio. Es un reflector, entre otras cosas. Es un papel aluminio en la oscuridad, envuelta con soltura alrededor de su familia para enfocar y guiar su brillo hacia delante. Gracias a ella encontraron el camino. En pocas palabras, tienen madre. Se tienen los unos a los otros. Creo que van a estar bien.

El hippie de Narayana se pone en contacto con un pez gordo.

El resto del clan responde entrevistas telefónicas en un rincón mientras Eddie y Clenn se relajan en el cine del Hotel London con la productora Megan Delaney.

"¿Y este bebé?" Segundos después, todos se mueren de risa por el accidente falso de Dennis Quaid. Bhagavan arriba, Govinda a la derecha, Mukunda abajo y Narayana a la izquierda.

Es difícil mantener el labio levantado con toda la ciudad de Los Ángeles a tus pies pero Glenn lo esta haciendo muy bien en el techo de Capitol Records.

Después de darle los cinco a Van Halen, Glenn y Eddie corren hacia la huella de la mano de Eddie the Head. ¡Eddie. Eddie. Eddie!

Aunque le gustan más los Grammy, Eddie quiere su Oscar.

Eddie y Glenn echan aguas mientras el hermano mayor Bhagavan trata de conducir un auto que no tenía puesto el seguro. (Podría no ser cierto)

Todos esos parches fueron hechos a mano con tela, plástico, pintura y corrector, igual que las famosas donas de Randy.

Todo lo que ha visto Crystal Moselle en los últimos seis años ha estallado. La súper mamá Susanne Reisenbichler luce feliz, como siempre.

Ahí te va, Milhouse.

Estos tipos otra vez. Una visita a Capitol Records es un dulce escape para un par de punks atrapados en una larga semana del mundo del cine.

Mukunda sonríe después de que un grupo de genios maquillistas le dieron una nueva corbata colombiana.

Mukunda y Bhagavan estafan descaradamente a un Batman del boulevard de Hollywood durante un escape nocturno en busca de botanas.