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Cultură

El Regalo de Joel Edgerton resultó siendo un paquete chileno

El Regalo la primera película de Joel Edgerton como director, se tira una buena película de suspenso con una lección barata sobre bullying.

El póster de El Regalo encarna el protagonismo excesivo que tiene Joel Edgerton en esta película de 2015 en la que debuta como director, y en la que además es coprotagonista, escritor y modelo de su propio póster. Este actor australiano es más conocido por ser la cara de Tom Buchanan, el esposo infiel, agresivo y con cara de "no soy estúpido y sé lo que están haciendo" de la versión más reciente de El Gran Gatsby.

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En el póster, Edgerton sostiene un regalo entre sus manos mientras mira con una sonrisita muy parecida a la de Tom Buchanan. Parece decir "no soy estúpido y sé lo que estoy haciendo" y lo acompaña una frase: "no todo regalo es bienvenido".

La película cuenta la historia de una pareja que por casualidad se encuentra con Gordon (Joel Edgerton), quien empieza a visitarla con mucha frecuencia. Gordon, alias Gordo, alias Weirdo, llena a la pareja de regalos incesantes, volviéndose a la larga un ser incómodo e indeseable. Robyn (Rebbeca Hall) sospecha que hay una historia entre ellos dos y eventualmente descubre el lado oculto de su esposo: le arruinó la vida a Gordon con una broma colegial de la que él ahora se está vengando. En resumen, descubre que su esposo es un bully y que el bulleado lo está haciendo pagar a punta de regalos.

Una de las cosas más interesantes de El Regalo es la rareza y la incomodidad del personaje de Joel Edgerton. Gordo (un apodo que podría sentenciarlo a una vida de burlas y rechazos) es la encarnación pura de la torpeza y la inhabilidad social. En general es un tipo raro, que da miedo, intenso, excesivamente amable. Todo rayando con lo anormal. Gran parte de la tensión que se siente en esta película de suspenso es gracias a ese miedo humano a no encajar en un lugar: ver a Gordo seguir una conversación que hace mucho murió, prolongar una visita en la que hace rato ya no es bienvenido.

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De la mano del terror que produce esta torpeza social, El Regalo logra construir un suspenso meticuloso y casi elegante mientras va insinuando las oscuras intenciones que hay detrás de los gestos amables. La película se enmarca muy bien en el género del thriller, y aunque usa algunas estrategias con las que tradicionalmente se crea el suspenso y el terror en la pantalla grande, es capaz (al menos hasta cierto punto) de evitar las escenas trilladas.

Lamentablemente, a medida que la película se va acercando al punto de desenlace, la calidad de la historia, que hasta ese momento había logrado mantenerme agarrada de la silla por una hora seguida, se cae al piso: Jason Bateman golpea a Joel Edgerton, revelando su verdadera naturaleza de bully. En la escena, Bateman le hace una especie de llave a Edgerton, al mejor estilo de Biff Tannen, mientras le suelta un discurso propio de una película de high school gringa.

Resulta decepcionante descubrir que lo que hasta ahora venía siendo una sólida película de suspenso parte de una premisa como la de "ser bully no paga", poniéndole a la cosa un tinte moralista. A partir de esa escena, la película pierde toda su fuerza inicial y sólo se apresura hacia un final que apenas le permite justificar las sólidas escenas de suspenso del principio.

Al final, El Regalo resulta siendo eso mismo, un regalo: un paquete grande, atractivo, bien envuelto, que promete y que, a medida que lo vas desenvolviendo, va dando espacio a la desilusión. Joel Edgerton tiene razón: no todo regalo es bienvenido.

El Regalo estará en las salas de cine del país desde el próximo 29 de octubre.