Havah: El antídoto post-punk de Michele Camorani
Michele Camorani alias Havah

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Música

Havah: El antídoto post-punk de Michele Camorani

El proyecto en solitario de Michele Camorani y su nuevo álbum 'Contravveleno', son el pretexto para revisar un poco de historia de screamo italiano.

Italia siempre ha contado con una escena fuerte de post-punk. En el país de la bota ocurrió lo mismo que en diferentes lugares del Planeta: Siouxsie & The Banshees, The Cure, Joy Division, Bauhaus, The Chameleons, Killing Joke, Public Image Ltd. y más grupos de los ochenta, irrumpieron en la mente de algunos jóvenes con su tétrica y pálida estampa musical. Sitios como Milán, Bolonia, Florencia y Turín despuntaban en el submundo gótico que comenzaba a florecer. El espíritu del 77 colmado de punk rock, nihilismo y olor a pegamento intentaba seguir vigente bajo una etiqueta más pop, mezclándose con new wave, añadiendo pequeñas porciones de italo-disco, arte de la bohemia y agonía sonora.

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Los boloñeses de Gaznevada representan a la perfección esa etapa. En 1980 evolucionaron, dejando atrás su estética rota y de perdedores, vistiendo más misteriosos, más noir; como cualquier detective de Raymond Chandler. Se publica su LP Sick soundtrack con Italian Records y el después del punk es algo innovador que contiene sintetizadores (terror + sci-fi de The twilight zone).

No sólo Reino Unido ha dado un brinco al futuro, ya que del árbol que plantó John Lydon, Joey Ramone, Joe Strummer, Dave Vanian, entre otros, se ramifican, por un lado, lo que se conservaría en el underground: Oi! y HC; por el otro, vanguardia y reflectores de los medios de comunicación.

A Gaznevada se suman agrupaciones como Diaframma, Sindrome di Stendhal, CCCP y más, gestando así un sonido grumoso de furia italiana, el cual refleja todo lo relacionado con el punk en ese país de 1970-1980, para que de esa época en adelante estuviera siempre presente la influencia del pensamiento antifascista, los vagos recuerdos de la Guerra Fría y las atrocidades de la Segunda Guerra Mundial. Por esa razón la música contestataria, atropellada y sin tantas pretenciones en aquella nueva generación fue el escape de salida, en un momento donde niños y jóvenes era normal que crecieran entre adultos que se consideraban fascistas o aquellos otros que precisamente habían luchado en contra de ese mal.

En el presente, tres décadas después de alabar a Siouxsie Sioux y sus contemporáneos, soñar con sarcófagos, bailar en modernos clubs de oscuridad y temática dark "Love will tear us apart", "Second skin", "Love like blood", "Cities in dust", "Dark entries" o "A forest", HAVAH, proyecto en solitario de Michele Camorani, desde la ciudad de Forlì, continúa esa larga tradición de bandas italianas a partir de la primera pre-cuela del punk que contrastó del clásico eslogan: "No future".

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HAVAH inicia en 2009 intentando hacer algo similar como Blank Dogs, Gary War, Blessure Grave o Wavves. No obstante, ya como una agrupación en vivo y directo (algunas veces con integrantes de Holy, Stormo, Fine Before You Came y más agrupaciones del hardcore italiano) HAVAH apareció en los bares de su ciudad con Settimana, el primer álbum que salió en 2012. Desde aquel entonces Michele ha lanzado Durante un assedio y tres splits, junto a HEBV, Tante Anna y V R C V S. Ahora llega su tercer LP titulado Contravveleno, grabado en el transcurso de dos años y editado por Maple Death Records, un sello independiente de origen canadiense que se estableció en Bolonia, Italia.

Algo importante que cabe resaltar es que éste proyecto le pertenece a un viejo conocido de la movida autogestora de emoción y hardcore de toda Europa, quien explica que desde 2004 intentó crear algo así: "Siempre quise tener un grupo de post-punk, pero en aquel tiempo mis amigos no estaban nada interesados. De hecho, y gracias a esa música, aprendí a tocar guitarra y batería".

Michele, aparte de llevar cinco años al frente de HAVAH, trabajar en Serimal (su proyecto de serigrafía desde 2006), es baterista de La Quiete y Raein, dos de las agrupaciones de la península italiana con mayor popularidad dentro del denominado estilo como "screamo", con las cuales ha hecho clásicas grabaciones al lado de grupos-hermanos como Daïtro y Louise Cyphre. De igual forma ha participado en importantes festivales como el Fluff Fest de República Checa o el Cry Me a River de Alemania. Incluso, gracias a su pasado de adolescente-existencial, fan de Orchid, ha estado de gira por gran parte del continente europeo, Estados Unidos, Japón y Australia.

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Sin embargo, en el presente, explica que con sus antiguas bandas desafortunadamente no han tenido ningún tipo de planes a futuro: "La Quiete no ha estado activo por mucho tiempo. A veces soñamos con salir por la carretera, llegar a la ciudad de algunos amigos y tocar; pero hasta ahí queda el plan… Mucho tiene que ver que ya no vivimos en la misma ciudad, ya nada es tan fácil como solía ser antes. La mayoría de nosotros trabajamos por cuenta propia y algunos tienen hijos y más responsabilidades. Y con Raein, nuestro último disco salió hace dos años. Nos hubiera gustado hacer una gira, cosa que tampoco sucedió".

Parece ser que mientras más transcurra el tiempo, HAVAH comenzará a ganarse un lugar más seguro dentro del clásico núcleo de consternación y bruma que arrastra la resonancia tenebrosa de Italia, desprendiendo viejos recuerdos de post-punk, la explosión del movimiento industrial bailando en el interior de fábricas llenas de humedad, y proclamando esos decibeles que continúan brotando de cualquier riff hecho death-rock.

Eso sucede en Contravveleno, al mismo instante que el detrás de la grabación tiene una historia de la vida real que se adentra en las colinas y campos de Forlì. Michele supo de Nullo Mazzesi, partidario italiano que, con tan sólo 12 años de edad, recuerda con gallardía robarle a los alemanes de la Segunda Guerra Mundial parte de su arsenal dentro de un campo de concentración nazi: "Seguían disparándome, pude ver las balas a mi alrededor. ¡Pero no consiguieron hacerme daño! ¡Me las arreglé para escapar!", fue lo que le sorprendió a Michele, para así plasmar en gran parte de lo visual que acompaña el tercer disco de HAVAH fragmentos de la historia italiana, esas mujeres y esos hombres que defendían y atacaban por lo que les pertenecía; o caían muertos ante las brutalidades bélicas, aun cuando no estaban ataviados como superhéroes y nadie sabía de ellxs. La propia descripción de Matador Death Records explica: "[…] conscientemente o sin saberlo, eran el antídoto, el Contravveleno entre el miedo y la certeza de un renacimiento. No hay consignas, no hay canciones de gloria, sólo las historias y el trauma de los que por elección o falta de otra alternativa se convirtieron en protagonistas de los hechos".

Así, tal cual, a base de relatos cortos y non-fiction de la resistencia italiana, Michele y su creación HAVAH también han madurado, han dado de qué hablar y mucha gente esperó con ansias su nuevo material. En lo que iba de sus anteriores grabaciones bastaba con una batería sencilla de contratiempo-bombo-tarola-remate (equilibrio y percusión bailable de ultratumba), más acordes básicos de guitarra y bajo (a un volumen alto y con efectos de pedal chorus y reverb), sin olvidar la característica voz de cadáver carcomido a la Ian Curtis (versión ragazzo). A todo eso, y a partir de Contravveleno, al combatiente nombrado como HAVAH se sumaron los sonidos de un opaco sintetizador dentro de los doce temas que componen la obra musical: un disco que de principio a fin hace sentir un país en donde el post-punk, en base a su pasado, se convirtió en el antídoto para cicatrizar.

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