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FIGHTLAND

Kimbo Slice Versus Dada 5000 y el denominador común más bajo

La narrativa de los asuntos sin resolver llena un vacío para una pelea que probablemente sera rápida, fea y extraña.
Photo by Josh Hedges/Zuffa LLC

Vivía en el piso de en medio de una casa al norte de Boston, atrapado los de arriba y los de abajo, que estaban locos y eran molestos. Lo más molesto eran las escaleras pálidas y largas. Él bajaba las escaleras cerca de las nueve de la noche, tocaba en mi puerta y me contaba historias de que era paramédico que había visto a muchos niños morir en sus brazos, y luego que era policía con un pastor alemán de compañero, y mecánico que ganaba 50 dólares la hora trabajando en máquinas de jardinería en el invierno. En verdad, era un mentiroso compulsivo y borracho viviendo en un mundo elaborado y de fantasía.

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En una ocasión, abrió una cerveza en la escalera y mencionó que era experto en kickboxing. Le pregunté dónde había entrenado. Me respondió que era privado. Me dijo que Kevin "Kimbo Slice" Ferguson había visitado su gimnasio hacía poco—a miles de kilómetros de la casa de The Ultimate Fighter, donde después me enteré que vivió durante ese tiempo— y que rechazó la oferta de Ferguson de hacer sparring. Luego mencionó que había tomado mucho Clonazepam.

La gente que toma benzodiacepina con cerveza podría ser la audiencia que busca atraer la pelea estelar de Bellator 149 el 19 de febrero, en la que Ferguson enfrentará a Dhafir "Dada 5000" Harris en Houston. ¿De qué otra manera explicas el atractivo de programar a dos peleadores con un conjunto de habilidades unidimensional presentándose en uno de los escenarios más grandes del MMA? ¿De qué otra manera justificas el incómodo progreso de Ferguson de 5-2 desde un nocaut técnico en el primer round contra Ken Shamrock (quien por cierto también estará en la cartelera enfrentando a Royce Gracie) a ser programado contra un promotor de peleas de patio con un record de 2-0 que probablemente nunca has visto antes?

Cuando se anunció la pelea en noviembre, el nombre de Harris me llamó la atención por coincidencia: Hacía unos días había visto Dawg Fight, un documental brutal sobre las peleas de patio ilegales del Sur de Florida en el 2010. Harris, la estrella y peleador de patio, representa un benefactor para el vecindario de Miami Dade donde él y Ferguson crecieron. Organiza peleas no sancionadas como un escenario para que los tipos rudos aclararan sus disputas como una plataforma para que los peleadores se foguearan y consiguieran carreras como profesionales.

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Una de las subtramas del filme presenta la separación de Harris y Ferguson. Harris dice que era parte del equipo de Ferguson y que el resto del equipo lo detuvo en camino a convertirse en estrella. Ferguson dijo que Harris era un colado que infló su papel y le robó el personaje a Slice. Después de la primera pelea legítima de MMA, el filme habla sobre una potencial pelea entre ambos.

Y aquí estamos, a una semana de que se lleve a cabo. En cuando a disputas se trata, esta es demasiado pueblerina—la parte más rara de la pelea es que será en Houston, no en Miami—pero Ferguson sigue siendo una celebridad reconocida. Es fácil olvidar que ha estado involucrado en algunas de las peleas de MMA más vistas en Estados Unidos. Incluso mu pinche vecino sabía quien era. Al regresar contra Shamrock después de un descanso de cinco años, la pelea fue la más vista en la historia de Bellator. Así que la tarea para el 19 de febrero ha sido presentar a Harris.

Olvidando por un momento la plataforma combativa en la que construyó su nombre, Harris parece un tipo decente que genuinamente se preocupa por su comunidad. Escucharlo decir eso, una parte de su disgusto por Ferguson es que ya no se preocupa por el lugar en el que creció desde que se convirtió en estrella. "El problema no es que se haya ido", le dijo Harris a Inside BJJ, "… el problema es que nunca regresó—a dar un discurso, ni a dar un solo pavo".

Harris también es un tipo de negocios incansable e ingenioso. Uno de los anfitriones de Inside BJJ sonó preocupado cuando Harris evitó la pregunta de si ha estado entrenando grappling, citando las diferencias que sabotearon la carrera de Ferguson. Harris responde: "Kimbo ha estado en las peleas durante ocho o nueve años. ¡Aún no sabe nada, hermano!"

La pelea es el denominador común más bajo para la pelea Gracie-Shamrock III. Como la misma pelea de Ferguson vs. Shamrock, la meta es construir narrativas viejas o asuntos sin resolver, manteniendo la extraña mitología de Kimbo Slice. Y algo tiene que llenar el vacío para una pelea que terminará rápida, fea, o extraña manera, y el drama de la indignación es igual de bueno que cualquier otro. Una revancha entre Ferguson y Sean Gannon está más cerca que nunca.

Pero vean a Ferguson y Harris, hay un atractivo que persiste incluso su nunca en la vida has visto una pelea o estado en una: tienes la oportunidad de ver a dos personas de las que no te gustaría recibir un golpe, pegándose uno al otro. Sin importar lo mucho que te afecte la mezcla de clonazepam y cerveza, ese hecho aún pesa.