El lingüista de la salsa: Una conversación con Alfredito Linares

Alfredo Linares es una de las figuras más emblemáticas de la salsa. El llamado "Rey del Teclado" nació en Lima auqnue y hoy está radicado en Cali. Linares ha puesto a bailar a millones de personas durante varias generaciones con su afamado sabor peruano. Para la capital del valle, Alfredo Linares es una leyenda y no hay feria de Cali ni Mundial de la Salsa en la que no suenen sus descargas más bravas. Ha trabajado con figuras del talante de Pete "El Conde" Rodríguez, Héctor Lavoe, Tito Puente y Louie Ramírez. Fue director de la orquesta Billo's Caracas Boys en Venezuela y recientemente ha trabajado con Quantic en su proyecto "Quantic and His Combo Bravo", por no mencionar su trabajo con Ondatrópica, en su primer álbum, en donde tuvo la oportunidad de ser arreglista, intérprete y compositor, y de tocar junto a grandes músicos colombianos como Marquitos Micolta, Michi Sarmiento, Fruko, Nidia Góngora y Mario Galeano.

Hablamos con él antes de su presentación en el marco del Festival Centro 2017 en Bogotá, donde dio un explosivo concierto en donde el público gozó al ritmo de una orquesta de doce músicos. Salsa de la buena.

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Miles de jóvenes de varias generaciones han bailado desenfrenadamente el Mambo Rock, incluso hasta la vejez. Hoy muchos lo seguimos gozando. ¿Por qué cree que su Mambo Rock causa este efecto tan particular en el alma de la gente?

¡Varias verdades! Yo cuando hago la composición del Mambo Rock, la tenía en un bosquejo y no sabía muy bien por dónde coger. A la vez, ya había disfrutado del ambiente de Cali y  de su manera de bailar salsa que en el mundo entero se diferencia. Yo ví algo que me llamó la atención y fue la manera dinámica del bailador caleño. Ese "golpe" me pareció muy especial y lo traduje musicalmente al incorporar la batería en esta canción. Por eso el Mambo Rock, porque el Rock se toca con batería. Yo no hice esta grabación aquí en Colombia, la hice en Perú, pero afortunadamente los músicos que participaron, también habían estado en Cali, por cuanto se impregnaron en el momento de la idea y supieron interpretarla como yo la imaginaba.  Ese "golpe" de batería que va en contra, fue definitivo para su éxito. Eso genera un efecto muy especial al bailar, y yo creo que por eso la gente jóven la disfruta tanto. Esa canción junto con Tiahuanaco son las canciones mías que más se ponen y se interpretan.

Siendo la salsa tan callejera, ¿Por qué decidió nombrar dos de sus temas más afamados con nombres de lugares tan alejados de este contexto como Tiahuanaco y Machu Picchu?

Con Tiahuanaco se pensó en un nombre que llamara la atención, por eso se evocó este nombre que es el de una cultura prehispánica. Este impactaba fuera y dentro de latinoamérica. Con este nombre pudimos atraer la atención de dos públicos distintos. Estas palabras prehispánicas de alguna forma suenan familiares para mucha gente acá en la región. Lo mismo sucedió con el tema Machu Picchu. Estos dos lugares tienen cierta mística y una salsa que lleve su nombre, automáticamente llama la atención.

¿Qué sucesos de su vida marcaron su estilo para tocar el piano?

Mi padre tenía compra y venta de pianos. Ahí hice mis primeros pinitos. Considero que mis influencias y mi estilo están muy marcadas por el Jazz. Aparte de eso, el folclor peruano yo ya lo había absorbido desde niño y mis viajes me hicieron descubrir la música de Chile, de Argentina, de Colombia… Eso sumado a que empecé a fortalecer el lenguaje de la salsa. Yo creo que puedo destacar estos elementos de mi estilo, además de haber escuchado mucha música cubana, ya que durante el embargo norteamericano y a pesar de haberlas cancelado, Perú volvió a sostener relaciones con Cuba, lo cual permitió una buena migración de discos.

Hablando de esa época quiero preguntarle por sus discos, sabemos que es un gran coleccionista. ¿Qué producciones o artistas considera de importancia para su carrera?

Como buen melómano colecciono lo que me gusta, no porque sea raro o inusual, sino porque realmente me gusta. Mis intenciones siempre han sido escudriñar y sumergirme en músicas que llamen mi atención. Así fue como hace años descubrí a pianistas como Dave Brubeck y Lalo Schifrin. Que creo que son dos de mis grandes influencias. Aprendí con ellos a apreciar el jazz, y emprendí la tarea de aprender también cómo interpretarlo.

Hoy en día el boogaloo, la salsa y los ritmos tropicales de latinoamérica tienen mucho auge en Europa. ¿Qué piensa usted de esto?

Yo he visto como mi música ha florecido en Europa. Y eso a uno lo impresiona, pero yo no soy de los que digo "Ah! Qué genialidad triunfar en Europa", no. Para mí eso es una fábula, porque la realidad es otra. Claro que la música de este lado del mundo tiene fuerza en países como Francia, allá tienen sus discotecas y todo. Pero hay que ponerse a contar cuánta de la gente que va allá es Colombiana, o Peruana, o Latina, o tiene alguna relación de tipo social que la acerque a estos ritmos. Es en gran parte el mismo público que hay acá, solo que allá.

Cuéntenos un poco de su experiencia en Venezuela durante el auge de las orquestas en Caracas…

Venezuela gozaba de un auge tremendo, las orquestas extranjeras iban a tocar cada semana. Son recuerdos muy gratos, ya que un grupo de músicos de los cuales yo hacía parte, pudo tener mucho visibilidad en los canales públicos y en los grandes escenarios de la industria del entretenimiento. En ese entonces, las orquestas que lo acompañaban a uno en televisión, eran orquestas que leían la música que les ponían a primera vista, y eso representaba un reto muy interesante, por cuanto también fue una época de mucha proliferación técnica. Los venezolanos tenían un alto poder adquisitivo y eso hizo posible que tuviera el privilegio de alternar en esa época con Pete "El Conde" Rodríguez y con Tito Puente en el Hotel Tamanaco en Caracas, con Paloma San Basilio en el teatro Teresa Carreño.

¿Y su vida en Cali, y la música allá hoy en día?

Se podría decir que había una diferencia marcada entre el caraqueño y el caleño: la forma de bailar. El caleño baila más dinámico, el caraqueño baila con un poco más de cadencia. Pero la forma de bailar del caleño me cautivó desde conocí la ciudad que hoy es mi hogar. Ahora la gente joven tiene mucho dinamismo para hacer música, veo muy bien el panorama y creo que las redes sociales y las nuevas tecnologías contribuyen mucho a esta proliferación musical.

Hablemos de Ondatrópica ¿Cómo fue la experiencia de juntarte a trabajar con un equipo de músicos tan tremendo en los que se encontraban Fruko, Michi Sarmiento, Nidia Góngora, Quantic y Mario Galeano? ¿Que tan posible hubiera sido años atrás una colaboración con Fruko, por ejemplo?

Realmente no sé si hubiera sido posible. Siendo un poco irónico, viene un inglés a fomentar esta reunión, y convoca estrellas de la música para poder grabar este disco. La selección de músicos que él hizo fue muy acertada. Yo le dije que le ayudaba casi sin pensarlo. El aplauso es para Quantic, porque tuvo un éxito rotundo. Will Holland y Mario Galeano son unos artilleros tenaces, sacada la producción, casi de inmediato comenzó la gira. En Europa todos los conciertos se llenaron, lo cual me sorprendió mucho. El combo de músicos es maravilloso y fue un gran placer trabajar en esta producción.

¿Por qué cree que lo llamaron para participar, además de su talento musical?

La realidad es que en aspectos de producción, yo llegué a tener mucha experiencia, grabé muchos discos. En Perú hay muchas grabaciones mías que acá nunca salieron al mercado. Hoy hay muchos coleccionistas y DJ's que están comprando las contadas copias que andan rondando. Eso uno nunca lo pensó uno, uno grababa no por querer ser famoso, ni por ganar montañas de dinero, uno grababa simplemente porque quería, por amor a la música. Y creo que eso supe transmitirselo a Quantic. Participé en muchos de los arreglos del disco, creo que esa fue una labor bien importante.

¿Qué proyectos musicales tiene vigentes en la actualidad, alguna producción reciente?

Ahora salió un compilado titulado "Las Perlas Escondidas". Hemos rescatado varias grabaciones que espero que le gusten a todo el público. Son grabaciones de hace años, no muy conocidas, pero que reflejan mucho el estilo de Alfredo Linares y sé que gustarán mucho entre el público rumbero.