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Casi todo el mundo que sigue viendo 'The Walking Dead' la aborrece

'La veo por inercia, con la esperanza de que termine de una vez por todas'.

El sheriff Rick Grimes se despierta de un coma y, tras unos minutos de desconcierto, descubre el apocalíptico mundo lleno de zombis y empieza una ardua travesía guiando a un grupo de personas hacia la supervivencia. Así comenzaban los primeros capítulos de la serie de The Walking Dead en 2010 y así continúa en su OCTAVA temporada.

No vamos a negar lo evidente. Gracias a la adaptación del cómic al formato serie, los zombis se convirtieron en todo un fenómeno mundial de la mano de la putrefacta e inmunda moda de los vampiros que brillan —Crepúsculo y esas perlas—. Se hicieron series, películas, zombie walks y todo tipo de merchandising. Un cansino e irrefutable éxito con buena nota en IMDb.

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Pero los gloriosos tiempos de la serie pasaron a la posteridad. Prácticamente con todo el mundo que hablo de ello, junto a críticos seriéfilos como Toni de la Torre, opinan bastante mal de sus últimas temporadas. Álvaro (24 años) lo tiene muy claro: “Pienso que es un mojón y lo manifiesto. Hay personas que no lo reconocen, pero yo no tengo problema. Lo veo por inercia, con la esperanza de que termine de una vez por todas. Creo que todo el mundo quiere que acabe; no es como Juego de Tronos o Breaking Bad”.

"Me atrevería a decir que desde 'El amanecer de los muertos vivientes' de George A. Romero nadie lo había hecho tan bien" — Aaron

Pero, aunque la mayoría de críticas sean feroces, para aquellos que aman el género como Aaron (31 años), The Walking Dead es y será siempre un referente. “Está entre mi top 3 de series favoritas por todo lo nuevo que ha traído al género zombi. Ninguna otra serie los trata con tanto mimo. Me atrevería a decir que desde El amanecer de los muertos vivientes, de George A. Romero, nadie lo había hecho tan bien, sin olvidar las manos talentosas a la hora de maquillar del señor Greg Nicotero. ¡Una delicia visual!”.

Volviendo al grueso de personas que no somos tan expertas ni tan frikis del género, intentaremos desgranar los principales problemas del naufragio de The Walking Dead.

*A partir de aquí hay spoilers.

Le pregunto a Sara (22 años) por qué la gente piensa que ha bajado el nivel y me responde que “ha bajado porque han perdido la esencia de supervivencia. Desde hace un tiempo, la guerra es únicamente entre humanos y han relegado a los zombis al último escalón. No tiene mucho sentido porque esto iba de zombis, ¿no?”.

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Entonces, tenemos el recuerdo de esos zombis inesperados que secuestraban a niñas y nos aterrorizaban, convertidos en meros transeúntes inofensivos y bastante estúpidos que únicamente estorban. Por no olvidar que “en las anteriores temporadas iba todo mucho más rápido y al grano. Pasaba de todo y había mucho más movimiento, no como ahora”, me explica Sheila (25 años).

“Si los personajes ya han llegado a su zenit y la acción me la estás quitando con un guion súperlento sin zombis, ¿qué le das al espectador? Nada” — Sheila

Y ahí, bajo la mirada somnolienta del público, habitan unos personajes que han ido cambiando con el tiempo, uno de los grandes fuertes que cautiva a Aaron: “Lo que más me gusta de The Walking Dead es la evolución de los protagonistas. Desde el chico coreano endeble que acaba siendo un superviviente de los más experimentados, al crío que apenas puede mantener las lágrimas al ver un muerto y acaba siendo el mayor peligro para los zombis. La tensión entre los grupos enfrentados por sobrevivir y sus villanos me motivan para que la siga viendo”.

Pero resulta que, en algún momento, esa distopía comenzó a regirse por una parsimonia que ha contagiado a sus protagonistas desde hace bastante tiempo. “Si los personajes ya han llegado a su cenit y la acción me la estás quitando con un guion superlento y sin zombis, ¿qué le das al espectador? Nada”, me comenta Sheila. “La sigo viendo porque es la octava temporada y necesito saber qué les pasa a los personajes, aunque los guionistas le hayan quitado a la serie todo lo bueno que tenía”.

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Me imagino al showrunner y su séquito haciendo malabares para seguir alimentando a la gallina de los huevos de oro de AMC —la cadena que la produce—, mientras deforman la trama construida en el cómic y se van adaptando a los mil contratiempos que una producción de este calibre puede tener. No es tarea fácil, pero el gran peso de las críticas recae sobre los guionistas.

“Deben trabajar mejor la personalidad de los personajes que van apareciendo, y dejar al final de cada capítulo un aliciente para querer ver el siguiente. Salvo algunos momentos de la quinta y séptima temporada, cuesta mucho que te atrapen. Yo, por ejemplo, dejé a medias la séptima temporada que prometía mucho al principio, porque después de dos o tres capítulos me aburría. Una vez más”, me comenta Javi (20 años) algo alterado.

"Yo, por ejemplo, dejé a medias la séptima temporada que prometía mucho al principio, porque después de dos o tres capítulos me aburría. Una vez más" — Javi

Sin duda alguna hemos vivido un vaivén de emociones durante todos estos años cuando gran parte de los protagonistas iban cayendo. Esas muertes que nos sacudían por dentro eran el aliciente que nos mantenía frente a la pantalla con ganas de saber qué ocurrirá. Una lástima que los guionistas no lo aprovechen. Al menos eso cree Sheila.

“Si Maggie me escuchara, me gustaría decirle un par de cosas. ¿Ahora qué pasa, que eres la Santa Diosa, la líder de las líderes, la mártir? ¡Suda! Negan le ha reventado el cráneo a tu novio de un porrazo. ¿Por qué no te lo cargas? No hemos llegado hasta aquí para que te vuelvas misericordiosa. ¡Venganza!”.

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Claro. Si dejamos fuera a los zombis y contamos con el agravante de que los personajes principales ya no son lo que eran, pues nos encontramos en este punto. “La trama no avanza porque es una especie de Guerra Fría con un malo malísimo. Siempre es lo mismo. Da la sensación de que no saben muy bien por dónde van a rematar o qué giro sorprendente pueden dar después de ocho temporadas. Me recuerda a una telenovela que puedes estar dos meses sin verla porque siempre sabes cómo ha ido la cosa en los últimos capítulos”, me comenta Álvaro desesperanzado.

"La trama no avanza porque es una especie de Guerra Fría con un malo malísimo. Siempre es lo mismo" — Álvaro

La realidad es que nos aproximamos a 2018 y seguimos sin saber nada del origen del virus, nos tragamos episodios monográficos de personajes irrelevantes y los malditos zombis son un manojo de peleles enclenques perfectamente maquillados que pintan cada vez menos.

Sí, The Walking Dead camina en círculos a un ritmo soporífero una nueva temporada y quienes la seguimos tenemos más esperanzas en un maldito Apocalipsis zombi real que en un buen porvenir de la propia serie. Solo falta que los flashbacks de Rick terminen como Los Serrano. Lo siento, pero de todas las series de éxito que llegan a España a día de hoy, esta es la que peor de todas. Aunque me duela: hasta aquí hemos llegado.